Montse Tomé, en un entrenamiento de la selección femenina junto a Alexia Putellas. Efe

El discurso enérgico, pero con tacto de Montse Tomé

La sierense fue futbolista antes que entrenadora y su etapa en el Oviedo Moderno fue el trampolín para forjarse una notable carrera en el Levante y Barcelona

Jueves, 7 de septiembre 2023, 01:17

Apasionada del fútbol, un arte que se le daba de miedo como jugadora y que se le sigue dando ahora como entrenadora. El balón es su vida, su refugio, su entretenimiento. Le gustaba mucho Guardiola. Se fijaba años atrás en jugadores de su posición: Xavi Hernández, Iniesta... También en David Villa, por, decía, su juego y personalidad. Incluso en Zidane. «Ibas cogiendo un poco de todos», confesaba horas antes de proclamarse campeona del mundo con la Selección Española femenina en una entrevista con EL COMERCIO.

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Nacida en Oviedo, pero criada en Pola Siero, de 41 años, Montse Tomé ha estado pegada desde bien pequeña a un balón. Era su pasión. Primero, en la calle, en el barrio de La Isla. No fue hasta los trece años cuando dio un paso al frente y se puso la elástica del Romanón, donde la empezaron a 'educar' en esto del fútbol. Porque la nueva seleccionadora nacional fue futbolista en su época. Defendió el escudo del Oviedo Moderno, Levante y Barcelona. Aunque, por aquellos años, el fútbol era más una afición que otra cosa porque no había recursos ni una gran competición. Tampoco otros equipos nacionales que la Sub 18 y la absoluta.

Montse Tomé, en sus diferentes etapas como jugadora del Oviedo Moderno, Levante y FC Barcelona.

Pese a la aparente barrera de su timidez -más vale una palabra de menos que de más-, su carácter, que lo tiene, y la contundencia de quien ha decidido que lo mejor es dejar bien claras una, o como mucho, dos cosas-, Tomé fue cocinera antes que monja y sabe guiñarle a la vida. Este entrenadora asturiana no intenta dar lecciones en un mundo lleno de estridencias con el que nada tiene que ver. La seleccionadora, que será presentada la próxima semana como nueva titular del banquillo de 'La Roja' y cuyo nuevo equipo estrenará la estrella de su escudo y su condición de número dos del ránking FIFA el próximo 22 de septiembre en Göteborg frente a Suecia en el estreno de la Nations League, disfruta de estas primeras horas como le dejan. De repente interesa saber su actor preferido, si tiene pareja y si tiene coche, su comida preferida, si lee antes de dormir...

Con solo 30 años decidió colgar las botas y se retiró, pero no dio el salto a los banquillos de forma inmediata

La entrenadora asturiana creció como centrocampista durante su etapa como jugadora en el Oviedo Moderno. El club ovetense fue el escaparate para dar el gran salto. Llamó la atención y en 2007 hizo las maletas y se incorporó al Levante, con el que ganó su único título como jugadora, la Superliga de aquella temporada. Tres años después emigró a Barcelona. Dos temporadas estuvo de azulgrana hasta que, en 2012, con sólo 30 años, decidió colgar las botas.

Se retiró, pero no dio el salto a los banquillos de forma inmediata. Antes estuvo trabajando en un colegio de Primaria como profesora de Educación Física. Pero no quería desvincularse de su pasión y comenzó su sueño de convertirse en entradora en la Federación Española de Fútbol. Allí conoció a Jorge Vilda, que era profesor de táctica. «Cuando acabé el nivel D2 me llamó y me propuso entrar en el staff de la absoluta», explica Montse. Ahora, ella, que además llevó a la gloria mundial a las selecciones Sub 17 y Sub 20, coge el relevo del ya exseleccionador. La duda será si con ella llegará la calma porque no todas las jugadoras aprueban el cambio.

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