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Kalidou Koulibaly, junto a Carlo Ancelotti, tras su expulsión. Marco Bertorello (Afp)
Sombrío saldo del 'Boxing Day' a la italiana
Serie A

Sombrío saldo del 'Boxing Day' a la italiana

El Inter de Milán tendrá que jugar dos partidos a puerta cerrada por los cánticos racistas contra Kalidou Koulibaly durante el encuentro con el Nápoles, en cuyo marco murió también un aficionado

Stanislas TOUCHOT (COLPISA / AFP)

ROMA

Jueves, 27 de diciembre 2018, 13:21

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Repetidos gritos racistas proferidos el miércoles contra el defensa senegalés Kalidou Koulibaly, además de la muerte este jueves de un aficionado milanés después de los incidentes en los alrededores del estadio de San Siro, volvieron a poner de manifiesto aspectos sombríos del fútbol italiano con el trasfondo del partido entre el Inter de Milán y el Nápoles (1-0).

«Triste por la derrota y sobre todo por haber abandonado a mis hermanos. Pero estoy orgulloso del color de mi piel. De ser francés, senegalés, napolitano. De ser hombre», tuiteó Koulibaly en italiano después del partido.

Una hora antes, el central había sido expulsado del terreno de juego por dos amarillas consecutivas, la primera por una falta y la segunda por aplaudir irónicamente al árbitro. En ese momento resonaron gritos de mono procedentes de las tribunas del estadio de San Siro, como había ocurrido en varias ocasiones desde el inicio del partido. «Pedimos tres veces la suspensión del partido y hubo tres anuncios. Pero el partido continuó», lamentó su entrenador, Carlo Ancelotti, en la cadena Sky.

Este jueves, el Inter ha sido sancionado. Tendrá que disputar dos partidos a puerta cerrada por esos gritos, una medida más severa de lo habitual. Además se ha decretado el cierre parcial de la zona del estadio denominada Curva Norte, en la que se instalan los principales grupos de aficionados del club 'nerazzurro'. En un comunicado, el Inter ha asegurado después de conocer su castigo que «desde el 9 de marzo de 1908 (la fecha de creación del club), el Inter significa integración, acogida y futuro» y que la entidad siempre «dice no a toda forma de discriminación».

Los sonidos de mono son un fenómeno recurrente en el fútbol italiano, y Koulibaly, quien ha recibido este jueves el apoyo de Cristiano Ronaldo -«No al racismo y a todas las ofensas y discriminaciones», ha escrito el portugués en Instagram- ya fue víctima de racismo en Roma en 2016, durante un partido contra la Lazio.

Más recientemente, el centrocampista francés de la Juventus de Turín Blaise Matuidi fue víctima de hechos similares en dos ocasiones, en enero de 2018 en Cagliari y en diciembre de 2017 en la cancha del Hellas Verona. En el curso 2016-2017, el ghanés Sulley Muntari, que jugaba en el Pescara, abandonó el césped de Cagliari después de haber sido objeto de gritos racistas. Eso le costó una segunda amarilla y la consiguiente expulsión, finalmente anulada tras un recurso. Antes de ellos, el marfileño Zoro, el ghanés Boateng, el nigeriano Omolade o el camerunés Samuel Eto'o tuvieron que sufrir actos racistas sin que conllevasen sanciones reales.

El alcalde de Milán pide perdón

«Casi ningún incidente responde a los criterios que deben reunirse para que los clubes sean sancionados. Y las sanciones, cuando las hay, son provisionales. Es ridículo«, ha declarado a la AFP Mauro Valeri, responsable del observatorio sobre el racismo y el antiracismo en el fútbol.

Este jueves, el alcalde de Milán, Giuseppe Sala (centro-izquierda), ha dicho sentir «vergüenza» por los cánticos racistas a Koulibaly y ha pedido «perdón» en nombre de la ciudad al zaguero del club napolitano. «Si Italia no logra derrotar este cáncer, entonces no hay futuro», ha manifestado Mino Raiola, nuevo agente de Koulibaly. «El fútbol es un espejo de la sociedad. Hace falta un único objetivo, valentía, ideas sanas, hacen falta 'pelotas'», ha añadido el influyente agente. «Condenamos toda forma de violencia, sea física o verbal, siendo la discriminación racial un factor agravante. No aceptamos esos comportamientos dañinos para el fútbol», ha indicado el nuevo presidente de la Federación italiana de Fútbol, Gabriele Gravina.

Un aficionado muerto

Además, otros incidentes de gravedad tuvieron lugar en los alrededores del estadio el miércoles por la noche que provocaron la muerte de un joven aficionado del Inter, de 35 años, que fue atropellado por un vehículo en el marco de un ataque perpetrado por un centenar de ultras contra minibuses que transportaban a 'tifosi' napolitanos.

Según el prefecto de policía de Milán, Marcello Cardona, exárbitro de la Serie A, varios ultras del Inter, pero también del Varese y del Niza, participaron en este ataque «ruin» en el que cuatro aficionados del Nápoles resultaron heridos. Tres ultras del Inter han sido detenidos y el prefecto ha anunciado que pedirá la prohibición de desplazamiento de aficionados del Inter hasta final de temporada.

El ministro de Interior y hombre fuerte del Gobierno italiano, Matteo Salvini, ha anunciado que convocará en enero a dirigentes de clubes de la Serie A y la B. «No puede ser que alguien muera en un partido de fútbol», ha insistido, sin hacer alusión a los insultos contra Koulibaly.

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