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Santi Cazorla, ayer, durante la concentración del equipo nacional en Las Rozas. EFE
Cazorla vuelve a sonreír
Fútbol

Cazorla vuelve a sonreír

«Mi convocatoria fue un shock, era un sueño muy lejano», afirma un Cazorla que no oculta que «pensé en retirarme durante el tiempo de la lesión»

RODRIGO ERRASTI

MADRID.

Miércoles, 5 de junio 2019, 00:10

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Sonríe. Siempre lo ha hecho. Incluso en los peores momentos. Santi Cazorla transmite estos días en Las Rozas mucha alegría y pretende que sea contagiosa en una concentración que arrancó triste por el fallecimiento de Reyes. Ahora mismo pocos pueden estar más felices que él. Y eso que Cazorla no viene de ganar ningún título, de esos con los que soñaba de pequeño y logró conseguir en la mejor época de la selección española. Dos Eurocopas consecutivas que mitigaron el dolor de no estar presente en Sudáfrica por una lesión. Y es que el asturiano sabe mejor que nadie lo que es estar lejos de los terrenos de juego por obligación.

Vuelve a disfrutar de la selección española cuando ya lo veía casi imposible. 1296 días después de su último partido con La Roja, en el que marcó un gol a Inglaterra en Alicante. «Mi convocatoria fue un shock. Era algo impensable llegar a la selección, solo esperaba volver a jugar. Un sueño muy lejano que estoy cumpliendo», desgranó ayer tras haberse ejercitado dos veces a las órdenes del nuevo cuerpo técnico de la selección, con métodos distintos a los que vio en sus etapas con Vicente del Bosque y antes Aragonés.

Tras más de dos años de duras operaciones, incluido un injerto de su antebrazo en su pie, vuelve a estar en Las Rozas luciendo el 'cangrejo' en el pecho tras una demostración de constancia, pundonor y esfuerzo. «Me costó asimilarlo varios días. Estaba entrenando y fue un shock. Con el paso del tiempo era un nuevo reto. Soy de los veteranos e intento aportar ese grado de experiencia a los más jóvenes. Era consciente de la edad que tengo, pero con la misma ilusión que la primera vez», rememora Cazorla sobre lo sucedido en 2008, hace 11 años.

No ha sido un año fácil para el centrocampista ya que el Villarreal ha sufrido mucho más de lo esperado para mantener la categoría. Ha disfrutado marcando goles al Real Madrid y haciendo un partidazo contra el Barcelona en La Cerámica pero también falló un penalti dramático ante el Betis en la prolongación que le hizo llorar. «Estoy aquí por lo que he conseguido deportivamente. En mi caso igual es un poco más especial por la lesión. Está claro que es un ejemplo para la gente de mi edad, que no descarten venir», reconoce.

Salida del Arsenal

En tierras castellonenses ha vuelto a disfrutar como no pudo hacer en sus últimos partidos con el Arsenal. Allí vivió unas primeras temporadas brillantes y también un calvario que casi termina con su carrera. En la primera temporada firmó un total de 12 goles, quedando por encima de delanteros como Olivier Giroud y Lucas Podolski. Las dos siguientes temporadas bajó su rendimiento anotador pero no el de su fútbol. No le renovaron pero no guarda rencor alguno: «Siempre he notado el cariño de la gente del Arsenal. Si algo me he llevado de ahí es el cariño de la gente y lo peor que llevo es no haberme podido despedir de ellos en el terreno de juego».

Era un fijo en la selección con Luis Aragonés y con Vicente del Bosque desde 2008 pero una rotura del ligamento externo de la rodilla le obligó a parar y se quedó sin Euro de 2016. Su registro en 'La Roja' se paró en 77 internacionalidades y 14 goles. Cuando estaba seleccionado por Julen Lopetegui para la lista ante Macedonia y Wembley (en noviembre de 2016) cayó lesionado en octubre de 2016. Unas molestias en el tendón de aquiles le impidieron continuar disputando el partido de Champions contra el Ludogorets. Su maltrecho tobillo le venía dando problemas desde 2013, (en un España-Chile) lo que le obligó a pasar por el quirófano en diciembre de 2016 por primera vez. Fue el inicio de dos años negros, un verdadero calvario capaz de tumbar la moral de cualquiera ya que tuvo que operarse otras siete veces más en seis meses. En la última tuvo varias complicaciones: desde coger bacterias en el quirófano, hasta la infección del hueso, pasando por un injerto de piel al existir complicaciones en la correcta cicatrización del tobillo del futbolista. La piel de su antebrazo -que incluye una parte del tatuaje con el nombre de su hija- sirvió como 'parche' para cerrar una herida imposible de sanar hasta ese momento. «Llegué a pensar en retirarme. En lo mental, en lo físico... Es una carrera de fondo y no quería tirar la toalla. Era un sueño seguir jugando al fútbol y así no me puedo reprochar nada», detalló este martes en Madrid recordando su etapa en Arsenal (seis temporadas, 180 partidos y 29 goles).

Un llamativo injerto

Los médicos ingleses tiran la toalla y así se lo comunicaron a Arsene Wenger, que le renovó pese a su situación. Cazorla buscó ayuda en España con uno de los mejores médicos españoles en cuanto a traumatología se refiere, el doctor Mikel Sánchez. El galeno vasco se encargó de poner fin a las bacterias que se habían comido ocho centímetros del talón de aquiles del jugador al reconstruirle el tendón con tejido semitendinoso extraído del muslo. Pero aún quedaba mucho para poder volver. Lo hizo gracias a Juan Carlos Herranz, el fisioterapeuta que ya le trató en 2008, que consiguió poco a poco que del diagnóstico inicial («Si vuelves a caminar con tu hijo por el jardín, date por satisfecho») su amigo Santi pasase a volver a jugar en la elite. Un proceso largo, con unas primeras carreras y pases en corto en el interior del Estadio Helmántico, a más de 1.200 kilómetros de su familia. «Hubo frases que me dijeron durante la lesión que no les di importancia. Lo encaré con optimismo, las cosas negativas no las pienso y he tenido esta recompensa», recuerda.

Cazorla recibió la propuesta del Villarreal para probarse en verano, y tras convencer a Calleja y sobre todo a sí mismo aceptó volver a ponerse la camiseta amarilla con ilusiones renovadas hasta regresar a la Roja: «Aquí la adaptación es muy fácil. He compartido vestuario con muchos de ellos y con los demás me he enfrentado y tengo buena relación. En ese sentido no ha costado nada». A sus 33 años, y con su palmarés, parece la voz autorizada para pedir comprensión y paciencia en esta nueva etapa. «Esta selección está preparada, pero lograr lo que se logró en el pasado es muy difícil y no hay que meter presión. Hay ciclos en el fútbol y cambios de futbolistas. En aquella selección teníamos un grupo ya armado. Van cambiando etapas, jugadores y llegan con mucho talento que vienen haciendo las cosas bien desde abajo. Me siento muy a gusto en las dos etapas».

Por último, hizo una reflexión sobre la 'Operación Oikos'. «Ojalá se demuestre que no sea nada. Creo en mis compañeros de selección».

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