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El Barça se deprime en el peor momento
Fútbol

El Barça se deprime en el peor momento

Sin 'Champions' y con la Liga cuesta arriba, la final de Copa ante el Madrid amenaza a un club y a un equipo con la autoestima muy baja

P. RÍOS

Domingo, 13 de abril 2014, 21:05

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Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça, felicitó este domingo a través de su Twitter al equipo femenino de las Sonia Bermúdez, Marta Corredera y Virginia Torrecilla por ganar con brillantez su tercera Liga consecutiva. El viernes ya había celebrado la de la sección de balonmano en el Palau Blaugrana con los Karabatic, Juanín, Víctor Tomàs y compañía. Y este lunes acompañará al prometedor Juvenil A de los Adama Traoré y Munir en Nyon (Suiza) en la final de la Liga de Campeones de la categoría ante el Benfica. Los únicos que no le dan alegrías son los únicos que cuentan para hacer el balance del club al final de temporada: el Tata Martino y los jugadores del primer equipo de fútbol, que en cuatro días han dicho adiós a Europa aplastados por el Atlético y que comienzan a despedirse de forma agónica de la Liga tras la derrota en Granada, donde el equipo sí mostró más o menos la actitud esperada para un momento tan importante, pero con una falta de confianza en el remate alarmante en las más de 20 oportunidades creadas.

El Barça ya no depende de sí mismo para ganar el título y se presenta al borde de la depresión en Mestalla para jugar el miércoles la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid. Es un equipo triste que ya sabe que la renovación de la plantilla está en marcha (si la sanción de la FIFA no lo impide), con un entrenador desanimado y loco por volver a Rosario para olvidarse del entorno azulgrana y un presidente no elegido (sustituyó a Sandro Rosell tras su fuga) al que le va a ser casi imposible convocar una elecciones anticipadas con el aluvión de críticas que se le viene encima.

Ahora sí que ya está aquí el fin de ciclo que se venía anunciando con demasiadas prisas desde hace más de dos años, frenado por la calidad puntual de los jugadores y la ambición de Messi. El 10 lleva meses preparando el Mundial, aunque hasta Argentina ya está preocupada por el nivel que muestra a falta de dos meses, y el resto no sabe cerrar los partidos, ni mucho menos remontarlos, sin la voracidad goleadora de su crack.

A estas alturas, ganar la final de Copa al Madrid ya no cambiaría casi nada la visión catastrófica de la campaña. Sería una alegría lógica ante el eterno rival, pero con el equipo blanco aspirando todavía a la Liga de Campeones, con permiso del repentinamente decaído Bayern de Pep Guardiola, y a la Liga, con el mejor calendario de los tres candidatos. Y un doblete merengue haría mucho daño en el Camp Nou.

Y, por supuesto, cerrar la semana trágica de abril perdiendo la final de Copa ya conllevaría una pañolada monumental el domingo 20 en el Camp Nou ante el Athletic que dejaría a la actual junta directiva contra las cuerdas, si no lo está ya...

Aunque parezca mentira, en el Barça ya apenas se está pendiente de si Sergio Ramos se recupera en el Madrid o si al final hay milagro con Cristiano Ronaldo. Cuando se pierde 1-0 en Valladolid y Granada, dos equipos que luchan por la permanencia, queda claro que el equipo azulgrana no tiene ninguna fiabilidad. Ya ha ganado dos veces esta temporada al Madrid, es decir que cuando quiere, puede. Pero el misterio es porque no quiere más a menudo.

Y el Madrid, tranquilo y animado por su 4-0 al Almería y por la vuelta de Khedira a los entrenamientos después de cinco meses de lesión. No obstante, el club blanco sabe que no puede fiarse del Barcelona porque ya le demostró recientemente en el Santiago Bernabéu con el 3-4 liguero que tiene capacidad para resucitar. Aquel día ya se hablaba de goleada local en otro momento dubitativo del Barça. Como ahora.

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