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Mickael Correia, autor de 'Una historia popular del fútbol'. HDL
«Existe un gran movimiento social en torno a un balón»

«Existe un gran movimiento social en torno a un balón»

Mickael Correia. Periodista y escritor ·

El autor francés presenta mañana en el Aula de Cultura de EL COMERCIO el libro 'Una historia popular del fútbol'

VÍCTOR M. ROBLEDO

GIJÓN.

Miércoles, 6 de noviembre 2019, 00:27

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Hincha del Red Star, el equipo de un barrio a las afueras de París, el periodista francés Mickael Correia (Tourcoing, 1983) arrancó en 2014 la escritura de 'Una historia popular del fútbol'. El libro, editado por Hoja de Lata, analiza la trascendencia del deporte rey desde un punto de vista social. Mañana se presenta a partir de las 19 horas en la Biblioteca Jovellanos como parte de las actividades organizadas por el Aula de Cultura de EL COMERCIO. En el acto participarán el músico Igor Paskual, el librero Rafa Gutiérrez y el presidente del Ceares, Alberto Álvarez, además del autor.

-En el prólogo, Carlos Viñas dice que el fútbol «es una metáfora que nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea». ¿Es esa la esencia de su libro?

-Estoy de acuerdo con él. El fútbol es un espejo que hace el foco más grande sobre las problemáticas de las sociedades. Un club, o lo que se vive en su estadio, puede ser una pequeña identidad de toda una ciudad. Todos los problemas que tiene la sociedad desde el principio del siglo pasado se ven en el fútbol. El mejor ejemplo es lo que pasó hace unos días en Italia con los gritos sobre Balotelli por racismo. Eso es un problema en Italia y en Europa, como la homofobia en las gradas.

-¿Qué encontrará el lector en este libro?

-Instituciones como la FIFA o las federaciones territoriales han escrito su propia historia y dicen que el fútbol solo es deporte, que no debe ser política. Con este libro he escrito una historia por debajo del fútbol. El fútbol puede favorecer un espacio de expansión para los obreros, mujeres, juventudes de barrios populares, pueblos colonizados... Puede ser un espacio de resistencia contra el orden y el patriarcado. Es un espacio de emancipación y resistencia a diferentes grados. Sobre el terreno de juego, la manera de jugar también puede ser política.

-Explíquese.

-El pase fue inventado por la clase obrera en las fábricas, que tenían que apoyarse para sobrevivir. Cuando comenzaron a jugar hicieron lo mismo, apoyarse en los compañeros. Con el regate sucede lo mismo. El regate es un gesto importante en el fútbol brasileño. Los primeros que lo hacían eran los jugadores negros. El fútbol allí en los años veinte era solo de blancos, que siempre les pegaban con la connivencia de los árbitros, así que descubrieron que la mejor manera de evitarlo era regateando.

-¿Cómo surgió la idea de comenzar a escribir sobre un tema así?

-Hace unos años, en 2014, fui a hacer un reportaje a Estambul durante el primer movimiento social de las juventudes turcas contra el régimen. Lo primero que vi fue que los hinchas del Besiktas estaban en primera línea de las manifestaciones y enseñaban a los jóvenes a defenderse de la policía y a hacer canciones contra el régimen. Eran un actor político muy importante. Junto a otras historias que ya conocía, me animé. En los libros había historia de las Copas del Mundo o de Pelé, pero no las historias de la resistencia. Así fue como surgió.

-¿Cómo fue el proceso de creación?

-Fue más o menos un año de preparación para estructurarlo, elegir los capítulos, las preguntas... Empecé a leer grandes libros sobre el deporte y luego dediqué dos años a escribir cuatro horas diarias. Leía documentos en la prensa, en archivos y en universidades. Había mucho material. Yo quería meter el poder de la gente en primer lugar, darles voz.

-¿En qué momento comenzó la mercantilización del fútbol?

-El fútbol nació 1873 por la aristocracia inglesa. Solo quince años después ya había competiciones lucrativas, como la Copa de Inglaterra. Para ellos el fútbol era una industria como otras. El dinero estaba desde el principio. A finales del siglo XIX había en Inglaterra doscientos jugadores profesionales. La hipermercantilización llegó en los años sesenta con los derechos de televisión. Joao Havelange, presidente entonces de la FIFA, dijo que él estaba para vender un producto que se llama fútbol. El segundo punto llegó con la Ley Bosman, en 1997, que abrió el mercado internacional.

-Hay quien dice que acabará convirtiéndose en un artículo de lujo.

-Hoy en día, un abono para la Premier League cuesta seiscientos o setecientos euros. En Marsella el precio de las entradas ha aumentado un 120% en cuatro años. Es un escenario americano. En el futuro, los más ricos acudirán dócilmente al estadio para ver los partidos sentados y los más pobres los verán por televisión. Habrá una división muy clara entre ricos y pobres. Pero en el fútbol tenemos una cosa mágica: es una práctica muy pobre. Solo se necesita una pelota y un solar con un par de amigos.

-¿Qué historia de las que cuenta en el libro le emociona más?

-En Argelia, en Túnez y en Marruecos, los graderíos son los únicos espacios liberados. Ahí se forja una verdadera cultura política organizada por los jóvenes. No dudan en gritar contra el autoritarismo del régimen. El himno de la contestación del movimiento social argelino es una canción de estadio, Casa d'El Mouradia, y sale del graderío del estadio de la USMA. En muchos lugares existe un gran movimiento social en torno a un balón.

-¿Cuál cree que es el reto del fútbol en el próximo siglo? Se habla mucho del fútbol femenino.

-La Copa del Mundo en Francia fue un verdadero éxito. El fútbol femenino es un nuevo mercado y están empezando a poner mucho dinero dentro de él. De otro lado, puede ser un laboratorio para explorar un fútbol más popular, menos en manos de especuladores, con las jugadoras más próximas a los aficionados. Será bastante interesante ver su evolución.

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