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Tati, el pasado domingo, en la Escuela de Fútbol de Mareo, junto al campo número 2. Jorge Peteiro
El honor de debutar ante tu ídolo

El honor de debutar ante tu ídolo

El gran día de... Tati ·

Tati se estrenó con el Sporting en un partido frente al Barça de Migueli en El Molinón

Víctor M. Robledo

Viernes, 18 de mayo 2018, 12:41

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En un montón de carpetas antiguas guarda Tati Alcalde (Salinas, 1964) los recortes de periódico y las fotos de toda una carrera deportiva. Entre los viejos papeles asoman las crónicas del 0-4 del Sporting en el Camp Nou o la eliminatoria de Copa de la UEFA ante el Milan de Sacchi, aunque el exfutbolista se queda por encima de todo con otro momento: «Mi recuerdo más emotivo y el que conservo más fresco es el de mi debut con el Sporting, en 1985». «Yo estaba en el RealAvilés Industrial y antes de que acabara la temporada, como no nos conseguimos clasificar para la fase de ascenso a Segunda B, me pude ir a Gijón. En una semana pasé de jugar en Tercera a hacerlo en el Sporting y además me estrené contra el Barça de Migueli, mi ídolo. Fue un salto y un impacto muy grande, como un sueño», explica el exrojiblanco.

Con Migueli como referencia creció deportivamente Tati, que absorbió muchas de las virtudes del bravo defensa internacional. Sus primeros pasos futbolísticos los dio a los nueve años con un equipo formado en el barrio de Raíces Nuevo para participar en el torneo JuanMuro de Zaro. «Ahí me seleccionaron para jugar federado en la escuela del Ensidesa y estuve allí hasta la fusión con elAvilés Club de Fútbol. Luego me tocó hacer el servicio militar y jugué en el Melilla en Tercera». Fue de vuelta alReal Avilés Industrial cuando el Sporting se fijó en él y concretó su incorporación.

Tati disputó más de ciento cincuenta partidos con la camiseta rojiblanca durante las ocho temporadas que permaneció en el club. Aquella etapa le reservó honores como lucir el brazalete de capitán en la eliminatoria de la Copa de la UEFAante el Steaua de Bucarest.

El exfutbolista, durante un partido contra Las Palmas en 1987.
El exfutbolista, durante un partido contra Las Palmas en 1987. E. C.

En el último entrenamiento antes del inicio de la Liga 1992-1993, con Jacobs en el banquillo, el defensa sintió un pinchazo en el gemelo que fue el punto de partida de un largo calvario y su adiós alSporting. «Era una microrrotura, pero no fui capaz de recuperarme. Mejoraba, forzaba y recaía. Solo pude jugar tres partidos», lamenta Tati. El dolor de la lesión, no obstante, no fue tan grande como el de su salida del Sporting.

«Teniendo tantos despachos en Mareo, que te cojan en la calle y te lo digan... Yo había puesto todo de mi parte y me había arriesgado físicamente para ayudar al equipo», recuerda Tati, que se reconcilió con el club años después cuando le reabrieron las puertas de Mareo para entrenarse con el filial durante un año mientras encontraba un equipo donde continuar su carrera: «Ramiro Solís estaba de entrenador y me hizo sentir uno más. Notaba el reconocimiento de la entidad».

Un precursor en el extranjero

En las navidades de 1993, Tati telefoneó a su excompañeroJoakim Nilsson para desearle unas felices fiestas. Tras contarle que se encontraba sin equipo, Nilsson le ofreció la posibilidad de irse a jugar a Suecia con él. Fue el inicio de otra etapa en su carrera, que lo llevó también al fútbol portugués en una etapa en la que pocos jugadores españoles se animaban a probar suerte en el extranjero. «También pude ir al fútbol francés y probé con un equipo de Corea del Sur en Portugal, pero me lesioné en el primer entrenamiento y no se concretó», afirma.

Tati se retiró en 1998 en las filas del Avilés. Actualmente trabaja en el sector inmobiliario, aunque se mantiene vinculado fútbol como tutor deportivo de jóvenes jugadores asturianos. «Me propuse que mi experiencia pueda servir. Estoy con Rubén Expósito, del Avilés, César, del Sporting juvenil; Adán, del Oviedo cadete y Lucas, del Avilés cadete. Trato de ayudar a que se conozcan y descubran lo que les conviene. Es muy satisfactorio», concluye Tati. Él sabe mejor que nadie que una carrera deportiva puede cambiar de una semana a otra, como cuando pasó de jugar en Tercera a medirse a su ídolo Migueli.

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