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Kike Gao Aladro observa el transcurso del choque, con Zidane atento en el banquillo visitante de Ipurúa. :: mikel askasibar
Un silbato joven entre camillas

Un silbato joven entre camillas

Kike Gao arbitra por tercer curso en Segunda B mientras ejerce como fisioterapeuta | El gijonés, que a sus 26 años acumula diez 'impartiendo justicia', fue el cuarto colegiado en el Eibar-Madrid de la pasada jornada

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Martes, 19 de noviembre 2019, 02:30

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Entre los campos de fútbol y las camillas pasa las semanas en el último lustro Kike Gao Aladro, que comenzó con el silbato cuando todavía era un adolescente de dieciséis años. En el camino a casa después de las clases de inglés, las historias que le contaba su amigo Diego Menéndez Riestra, ahora arbitro en Tercera División, alimentaron en el joven gijonés una curiosidad que le empujó a dar el paso y comprobar cómo se sentía el fútbol desde la otra perspectiva.

«Me animó a probarlo y fui a las clases. Vi que me gustaba todo lo que nos contaban allí, pasé las pruebas y empecé a arbitrar», rememora sobre el inicio de su trayectoria como colegiado en 2009 Gao Aladro, que desde los campos del fútbol formativo protagonizó una escalada en el arbitraje que le ha llevado a la categoría de bronce del fútbol español, en la que imparte justicia por tercera temporada consecutiva.

Graduado en fisioterapia, compagina su desempeño en los campos de fútbol, donde acumula más de una treintena de partidos dirigidos en Segunda B, con su trabajo en una clínica de Gijón. «El fútbol me encanta, pero también mi profesión es algo que me llena», confiesa. A sus 26 años, vivió su experiencia más reciente como cuarto árbitro en Primera División en la última jornada, en el duelo que enfrentó en Ipurúa al Eibar y al Real Madrid.

De un lado, la pasional figura bañada de elegancia de Zinedine Zidane. De otro, el temperamento espontáneo de José Luis Mendilíbar, uno de los técnicos más críticos con el VAR. «En el fútbol profesional a veces se magnifica un poco todo. En todos los partidos en los que he actuado como cuarto árbitro no he tenido problemas con ningún entrenador porque el comportamiento que han tenido ha sido el debido», asegura el gijonés, que ha ejercido esa labor tanto con el videoarbitraje presente como sin él.

La convivencia con el error

«Para nosotros el VAR no deja de ser un salvavidas. Convivimos con el error, desde Primera División hasta Tercera Alevín, y creo que los jugadores viven más tranquilos porque saben que si ha pasado algo relevante que a primera vista ha pasado desapercibido se va a subsanar», expone el joven colegiado asturiano, que con las pautas marcadas desde el Comité Técnico de Árbitros desarrolla su preparación semanal entre Las Mestas y las instalaciones del Grupo Covadonga. «Como arbitro la mejor cualidad que puedes tener es saber adaptarte al partido y pasar lo más desapercibido posible», sostiene, con su tocayo y paisano Mejuto González como uno de sus referentes.

«Ha llegado a lo máximo, arbitrando en fases finales FIFA y en una final de la Champions, manteniéndose muchos años en la élite», señala Kike Gao, que destaca el elevado nivel del arbitraje español.

Apasionado de la fisioterapia deportiva, durante su formación universitaria realizó parte de sus prácticas en Mareo, atraído por la posibilidad de conocer desde dentro la forma de trabajar del reputado Lorenzo del Pozo, actual readaptador de la Selección Española. Por las tardes acudía a su clínica con el propósito empaparse de conocimientos, al igual que durante las mañanas trabajando con el doctor rojiblanco. Con «los pies en la tierra», no oculta su ilusión por seguir progresando y pisar desde la otra línea de cal los estadios que ahora disfruta como cuarto árbitro.

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