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Casemiro, Kroos y Ramos se lamentan tras un gol del Tottenham.

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Casemiro, Kroos y Ramos se lamentan tras un gol del Tottenham. EFE
Fase de grupos | Jornada 4

El Madrid naufraga en Wembley

Pochettino impartió una lección magistral a Zidane en un duelo donde el orden, el músculo y un gran Dele Alli se impusieron al mayor talento del campeón

Ignacio Tylko

Miércoles, 1 de noviembre 2017

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Nada mejor que una victoria europea de prestigio en el nuevo templo de Wembley para sellar el pase a octavos de la Champions, despejar incógnitas y silenciar las críticas que hablan de crisis en el Real Madrid tras la derrota histórica ante el recién ascendido Girona que alejó al equipo de Zinedine Zidane a ocho puntos del Barça, líder invicto de la Liga.

El Tottenham de Mauricio Pochettino también se presenta en la gran cita del grupo H en un momento delicado tras haber caído en su último partido de la Premier ante el Manchester United, del que le alejan tres puntos en la tabla y ocho del City de Guardiola. Sin embargo, una victoria ante el campeón de la Champions elevaría la autoestima de los londinenses y les daría la clasificación de forma matemática en esta final por el liderato.

Los Spurs ya sacaron partido de la irregularidad de sus adversarios con un meritorio empate en el Santiago Bernabéu, donde el portero francés Hugo Lloris fue la gran figura. Ese resultado dejó a estos dos equipos empatados a todo al frente del grupo, con seis puntos de ventaja sobre el Borussia Dortmund, sorprendente por su flojo rendimiento, y el Apoel.

Para los madrileños supone un estímulo especial visitar por primera vez el estadio de Wembley, mítico aunque inaugurado en marzo de 2007 tras la demolición del antiguo. El club blanco se estrena en una catedral aliada con el Barça, que conquistó allí su primera y cuarta Copas de Europa frente a la Sampdoria (1-0) y el Manchester United (3-1) en 1992 y 2011, respectivamente.

Los antecedentes hablan de un rival propicio para el campeón español, ya que el Tottenham nunca ha vencido al Real Madrid, ha perdido tres de su cinco enfrentamientos y ha empatado los otros dos. El gol en propia puerta de Varane en la tercera jornada es el único que le han marcado los Spurs en 450 minutos.

En la primera campaña de los londinenses en la Champions, hace siete años, el Real Madrid superó al Tottenham en cuartos tras vencer 4-0 en la ida y ganar, merced a un gol de Cristiano Ronaldo, en el viejo White Hart Lane, donde aún jugaban como locales Luka Modric y Gareth Bale, quien por cierto no se ha recuperado a tiempo para jugar este partido con el que soñaba. Tampoco viajaron en Londres por lesión Keylor Navas, Carvajal, Kovacic y Varane.

Esta situación hace que el joven lateral Achraf siga ocupando el lateral derecho, donde Zidane tenía previsto situar a Nacho en Wembley. En la izquierda preocupa el flojo rendimiento actual de Marcelo. Zidane confía en que Isco esté apto tras el bocadillo sufrido en Montilivi y espera la versión europea de Cristiano Ronaldo, máximo goleador en Champions con cinco goles en tres partidos, por sólo uno en Liga.

Gafados ante los españoles

El Tottenham está gafado en casa ante los equipos españoles. Allí venció incluso el Getafe, con goles de Granero y Braulio, en la fase de grupos de la Copa de la UEFA en 2007; una campaña antes, el Sevilla empató (2-2) en cuartos, camino del título logrado ante el Espanyol de Ernesto Valverde; y, en el lejano 1982, el Barça igualó (1-1) en la semifinales de la Recopa que luego levantarían los culés tras ganar en la final al Standard de Lieja.

«Jugamos contra el mejor equipo del mundo y debemos ser valientes. Hay que disfrutar y jugar con libertad porque con miedo empiezas perdiendo», asegura Pochettino, animado por la vuelta de Harry Kane, recuperado una lesión en los isquiotibiales, y de Dele Alli, que ya ha cumplido la sanción de tres partidos que arrastraba de la pasada Liga Europa y es figura clave en el centro del campo. Kane ha sido el futbolista más destacado del conjunto del norte de Londres esta temporada, con 17 goles en 16 partidos entre su club y la selección inglesa.

Mauricio Pochettino sigue acumulando méritos para poder cumplir su sueño de dirigir algún día al Real Madrid. Si hace dos semanas ya realizó un planteamiento perfecto en el Bernabéu, donde su Tottenham logró un empate valioso, en el mítico Wembley le impartió una lección magistral a Zinedine Zidane y dejó patente que los problemas de este equipo blanco no son solo de actitud sino mucho más estructurales. Los Spurs supieron siempre a qué jugaron y sacaron los colores a una zaga blanca cogida con alfileres por las bajas de Carvajal y Varane, aunque en realidad el problema defensivo del Real Madrid se gesta en ataque, donde Cristiano y Benzema se quedan muy descolgados, y se agrava en el centro del campo porque Kroos y Modric no son tipos atentos a las vigilancias.

Ni con defensa de cuatro, ni mucho menos la segunda mitad con tres centrales, el Madrid fue capaz de neutralizar a un tridente soberbio formado por el danés Eriksen, el enganche Dele Alli y el gran Harry Kane, mucho más que un ariete al uso porque golea, juega y hace jugar a sus compañeros. Venía de lesión, no marcó pero hizo un partido perfecto. Vamos, más o menos lo que el madridismo reclama a un Karim Benzema decadente. Como dice el propio Pochettino, Alli es un joven con un potencial enorme que busca el equilibrio en su vida deportiva y privada.

TOTTENHAM

Lloris, Alderweireld (Sissoko, min. 24), Davinson Sánchez, Vertonghen, Trippier, Eriksen, Winks (Dembélé, min. 66), Dier, Davies, Dele Alli (Fernando Llorente, min. 79) y Kane.

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REAL MADRID

Casilla, Achraf, Nacho, Ramos, Marcelo, Modric (Theo Hernández, min. 80), Casemiro, Kroos, Isco, (Asensio, min. 73) Benzema (Borja Mayoral , min. 73) y Cristiano.

  • goles: 1-0: min. 27, Dele Alli, 2-0: min. 56, Dele Alli, 3-0: min. 65, Eriksen, 3-1: min. 80. Cristiano.

  • árbitro: Cüneyt Çakir (Turquía): Mostró amarilla a Dembélé, Ramos

  • incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga de Campeones en el grupo H. 70.000 espectadores en el mítico Wembley, de ellos unos 3.500 madridistas.

Exige mucho trabajo mental un tipo que había marcado tres goles en los últimos cuatro partidos, se las tuvo tiesas con Ashley Young en el último duelo ante el United y alterna detalles de gran futbolista con actitudes propias de un chico que sufrió una infancia complicada y no tiene contacto con sus padres, una pareja rota que se conoció en un club nocturno. Con su doblete al Real Madrid, fue figura clave para que los Spurs lograran su primera victoria ante los merengues tras cinco enfrentamientoas. El tercer británico que lo consigue en Champions, tras Beckham y Gerrard.

Escenario magnífico para un duelo de altos vuelos, ya que se medían el vigente campeón y un equipo de autor que se ha conjurado para crecer en esta Champions hasta ocupar un lugar entre los grandes. Un choque de lo más atractivos entre dos estilos diferentes. Al Real Madrid le gusta tocar más el balón porque sus jugadores tienen más calidad que los Spurs, pero los londinenses fueron mucho más decididos y determinantes en sus acciones. Mientras que los de Zidane improvisan en función de la genialidad de jugadores como Isco, sus rivales se mueven de forma más mecánica. El Tottenham es obra de un técnico forjado en el Espanyol, con el que perdió en sus siete duelos ante el Madrid, que domina muchos registros y sabe adaptarse a las circunstancias, al estado de forma de sus jugadores y a los pros y contras de los adversarios.

Ya demostró en el Santiago Bernabéu que estudió de maravilla a este Madrid, a su juicio el mejor equipo del mundo. En Wembley repitió con defensa, aunque en esta ocasión dispuso de laterales más específicos porque ya los tiene recuperados para la causa. En ataque, prescindió de salida de Fernando Llorente, que entraría cerca del final por un agotado Kane, y pudo disfrutar de Alli, que se estrenaba en esta Champions tras cumplir tres partidos de sanción por una una entrada brutal a Djaegere, centrocampista belga del Genk. El gran talento joven del fútbol inglés es listo en el campo, tiene gol y mezcla de marvilla con Kane.

Comenzó el Real Madrid la cita con jerarquía. Se hizo con el balón, dominó y entró casi siempre por el perfil del marroquí Achraf, lateral con gran desparjajo en ataque pero aún sin hacer en defensa. En ese inicio Cristiano trataba de hacer alguno de sus regates virgueros y Ramos rondó el gol al cabecear, a la salida de un córner. Pero el Tottenham se defendió con la zaga muy junta y fue creciendo con transiciones veloces y pocos toques. Un disparo del lateral Trippier tras un cambio de juego soberbio de Kane, que no solo sabe marcar goles, fue el primer aviso. Se lesionó el exatlético Alderweireld y Pochettino no cambió el dibujo. Dier al eje de la zaga, como en el Bernabéu, y Sissoko para darle más músculo al centro del campo. Llegó el gol en una acción parecida, aunque esta vez el centro-chut de Trippier, que arrancó en fuera de juego, lo remató a gol Alli. Respondió bien el Real Madrid, que pudo empatar antes del descanso pero ni Casemiro, ni Benzema, ni Cristiano acertaron a batir a Lloris, de nuevo soberbio.

Para tratar de neutralizar la superioridad de los Spurs en el centro del campo, Zidane cambió en el descanso y también puso defensa de tres. Casemiro se metió atrás, Kroos se situó de mediocentro y los laterales se situaron casi de extremos. Fruto de una internada de Marcelo pudo llegar el empate, pero fue Dele Alli el que golpeó de nuevo. Se aprovechó de que Casemiro se precipitó al irse al suelo y tuvo la fortuna de que su tiro lo desvió Ramos. No le perdió la cara el Madrid al duelo, pero se desordenó hasta convertirse en un caos en defensa. En una contra de libro, Kane asistió a Eriksen, que superó la salida de Casilla con pasmosa facilidad. El Madrid se rebeló ante la adversidad y se empleó a fondo hasta el final. Pero de nuevo se topó con un gran Lloris, al que solo pudo batir en Wembley Cristiano, que maquilló la derrota y el pichichi de esta Champions con seis tantos de los ocho que lleva el Madrid.

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