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Ben Yedder marca el primer tanto del Sevilla.

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Ben Yedder marca el primer tanto del Sevilla. David Klein (Reuters)
Octavos | Vuelta

Sueño de invierno sevillista en Mánchester

El Sevilla se clasificó para los cuartos de final gracias a dos tantos de Ben Yedder en la segunda mitad y ajustició el juego defensivo de Mourinho pese al poderío económico de su equipo

LUIS F. GAGO

Martes, 13 de marzo 2018

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Día grande el de este martes para el sevillismo. «Esperamos al Sevilla de las grandes citas, un grande de Europa en los últimos años», avisa el presidente del club hispalense, José Castro. Se enfrenta el Sevilla al Manchester United en uno de los encuentros de los octavos de final más igualados de todas las eliminatorias disputadas hasta la fecha. Mourinho tiene ante sí una prueba de fuego para no fallar en su temporada en el United y así empezar a diluir las críticas, algunas muy duras desde los periodistas de la ciudad inglesa, por su mal juego y pobre bagaje como técnico local en Old Trafford.

Por su parte, los sevillanos aspiran a una de las últimas motivaciones que le quedan en la presenta campaña antes de poner rumbo hacia las vacaciones estivales: superar los octavos de la Liga de Campeones en los que se ha estrellado hasta tres veces desde 2008, la última la pasada temporada. Un choque en el viejo Mánchester y la final de Copa del Rey ante el Barcelona, únicos acicates para una plantilla devaluada y desnortada en el campeonato nacional tras caer en casa la última jornada contra el Valencia, desechando así toda oportunidad para alcanzar plaza en la Liga de Campeones del curso que viene.

Se presenta el Sevilla en el 'Teatro de los sueños' de Mánchester con la ilusión intacta tras el empate a cero cosechado en el Pizjuán. «La plantilla está ilusionada y metida en la necesidad de seguir haciendo historia. Hay que hacerlo en Old Trafford ante un equipo importante, pero el Sevilla no lo es menos y por qué no, traernos la eliminatoria para Sevilla», añadió Castro.

En la ida, los sevillistas demostraron que son capaces de plantar cara en los octavos de la final de la Champions a uno de los equipos más poderosos, por historia y presupuesto, del campeonato. De no haber sido por David de Gea, los ingleses tendrían que afrontar la vuelta con la necesidad de la remontada, empero la buena actuación del guardameta español y la inoperancia atacante de los andaluces desembocaron con el duelo en tablas. Ahora los hispalenses se presentan sabedores que un tanto les daría un pie y medio en la siguiente ronda. Unos cuartos de final en la máxima competición continental que sólo alcanzaron una vez, durante la extinta Copa de Europa hace más de 60 años.

Por ese motivo, Montella aterriza en tierras británicas con una lista de jugadores con clara referencia ofensiva. Aunque de la teoría a la práctica hay siempre matices importantes. Para el italiano lo importante es llegar con posibilidades y vivos al tramo final del duelo. «Son 90 minutos. o incluso más», recalcó durante toda la semana el preparador transalpino. La fragilidad defensiva expuesta por el Sevilla esta campaña, unida a su escasa maldad en el ataque siendo de los equipos de la Liga que peor diferencia de goles, hace pensar que la táctica italiana en versión sevillana será de aguantar el resultado e intentar marcar en algún contragolpe o jugada aislada. También sabe el técnico que sus hombres están exprimidos al máximo porque solo juega con 12 jugadores a los que intentar ir alternando sin apenas descanso. Por ello necesita también que el aspecto físico no sea un factor determinante. No quiere sorpresas desagradables.

Pondrá en liza el Sevilla, que nunca ha ganado en sus seis partidos oficiales disputados en Inglaterra (tres derrotas, tres empates), un once de gala, a excepción de Jesús Navas, que sigue recuperándose de su lesión. Será el lateral derecho el principal quebradero de cabeza para Montella. «No pueden jugar ni Navas, ni Layún ni Corchia, así que algo tendré que imaginar», espetó el técnico ante las bajas que acumula en ese puesto. Un agujero que podría marcar las diferencias sobre todo ante el Manchester de un renacido Marcus Rashford que parece contar cada vez más en el esquema del Mourinho. «Marcus tiene 20 años y estoy encantado con él. Juega él todos los partidos desde el inicio. No, por supuesto que no, pero es un jugador en el que confiamos y estamos contentos con él», explicó el técnico luso.

Mourinho anunció que Martial está recuperado pero no confirmó que Paul Pogba vaya a jugar, pese a que entrenó con el grupo minutos después de que la prensa se hubiese ido, y también que el capitán Michael Carrick está viviendo su última campaña como profesional. En principio Matic actuará junto al joven Scott McTominay, quien ha sido convocado por primera vez para la selección absoluta escocesa. «Está jugando bien, quiere mejorar y puede ser útil para el equipo. Es humilde por naturaleza y eso está haciendo que sea un buen jugador para nosotros».

El Manchester United, uno de los club más potentes económicamente y con mayor número de seguidores, tiene un fortín en Old Trafford ya que de los 20 encuentros que han jugado los 'diablos rojos' en su feudo esta temporada, han ganado 17, empatado dos y perdido uno (1-2 contra el City). «Los partidos ante Sevilla y Brighton (rival en cuartos de la Copa de Inglaterra) son a vida o muerte. Es un partido complicadísimo y vamos a intentar demostrar que somos mejores que lo que se vio en la ida», reconoció el ex técnico del Real Madrid que no quiso hablar de posible fracaso aunque siendo segundo en la liga inglesa a 13 puntos del líder, su rival en la ciudad, las esperanzas están puestas en la 'Champions', que ganó por última vez en 2008. «No sé qué decirte (respondió en español). Puedo imaginar que ser eliminado sería considerado un fracaso. No somos candidatos a ganar la competición pero no ganar aquí sería una desilusión».

Duelo por todo lo alto que tampoco se lo quiere perder el colegiado. El holandés Makkelie ya arbitró al Sevilla en tierras británicas en la liguilla de grupos ante el Liverpool. En aquella ocasión el resultado fue de empate a dos tantos. Resultado que firmarían, antes de empezar el choque, todos los sevillistas aferrados al sofá para soñar juntos por otra noche mágica sevillana.

Aterrizó el Sevilla en Old Trafford con el corazón en un puño soñando con unos cuartos de final de la vieja Copa de Europa. Era la gran esperanza a la que se aferraba un equipo que en la Liga recorre sin alma campos nacionales y que ve transformada su cara esta campaña cuando suena el himno de la Champions. Era la oportunidad de oro para arrancar una sonrisa dentro de una temporada de altibajos y de ello era consciente Montella, técnico sevillista que puso sobre el tapete inglés a los mejores hombres de los que disponía. Con la problemática sabida del lateral derecho, toda vez que Navas y Corchia eran bajas, se las tuvo que ingeniar el italiano para evitar que fuese un coladero esa banda del campo. La zaga del Sevilla ha pecado de debilidad en los últimos encuentros y el transalpino prefirió tener un equipo más compacto que abierto a verlas venir.

En el primer tiempo, José Mourinho, técnico del Manchester United, estaba más preocupado por decirles a sus hombres del centro del campo, Matic y Fellaini, que no arriesgaran buscando la portería de Sergio Rico y permanecieran atrás para evitar contragolpes peligrosos que otra cosa. Una realidad que no fue tal por la parte sevillana. Solo Muriel, que sigue sin ser un delantero centro de verdad y eficaz pese al alto costo de su fichaje, puso en algunos aprietos a David De Gea, aunque el portero español en esta ocasión no tuvo ni la necesidad de ser un héroe como en la ida. Vio como un espectador más cómo los suyos eran incapaces de inquietar todo lo que hubiesen deseado a su compañero Sergio Rico.

‘Mudo’ Vázquez era el único dentro del once hispalense con creatividad para combinar y temporizar el ritmo del choque. El resto de los compañeros estaban preocupados por mantener el empate a cero hasta el descanso para que la esperanza con lo que todo empezó siguiera existiendo un poco más.

Manchester United

De Gea, Valencia (Mata, min. 77), Smalling, Bailly, Young, Lingard (Martial, min. 77), Fellaini (Pogba, min. 61), Matic, Rashford, Alexis y Lukaku.

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Sevilla

De Gea, Valencia (Mata, min. 77), Smalling, Bailly, Young, Lingard (Martial, min. 77), Fellaini (Pogba, min. 61), Matic, Rashford, Alexis y Lukaku.

  • Árbitro: Danny Makkelie (Holandés). Amonestó con tarjeta amarilla a Banega, Correa, Sarabia y Rashford.

  • Goles: 0-1: min. 75, Ben Yedder. 0-2: min. 78, Ben Yedder. 1-2: min. 84, Lukaku.

  • Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en Old Trafford. El Sevilla logró el pase a cuartos con un marcador global de 1-2.

A vuelta de vestuarios ambos equipos estiraron un poco más en sus tácticas un tanto planas y sin ambición para intentar no llevar la eliminatoria a la prórroga. El físico hispalense, uno de los grandes hándicaps del equipo desde que comenzó la temporada, era el temor que rondaba sobre terreno inglés. Ante esta premisa comenzaron los cambios.

Primero y más importante el de Ben Yedder que sustituyó al uno de los hombres favoritos de Montella, Muriel. Empero, el delantero francés demostró por qué es un error estar relegado al banquillo y al ostracismo. En dos minutos finiquitó la eliminatoria para su equipo y provocó el jolgorio en la grada donde estaban los sevillistas. Dos hachazos, dos tiros imposibles para De Gea seguidos pusieron el 0-2 en la eliminatoria. La esperanza, el sueño y el anhelo sevillista frente a la racanería, cobardía e impaciencia de un equipo británico capitaneado por Mourinho. Dos goles fuera de casa que daban significado a ese ‘Teatro de los sueños’ que es Old Trafford. Un sueño de invierno para una ciudad que escuchó a miles de kilómetros cómo unos cientos de aficionados lo coreaban en territorio extranjero.

Era un arrebato, no solo por el fútbol desplegado en la segunda mitad por los de Nervión, sino porque el himno, ya conocido en casi todos los puntos del continente europeo, volvía a tronar con fuerza enmudeciendo toda Mánchester. La algarabía sevillana, entre palmas y ecos rocieros, campanillas que avisaban de que llegaba otra fiesta importante en Sevilla, quedó ensombrecida un instante con el tanto de Lukaku al filo del final. El 1-2 dejó la garganta a medio arrancar a todo el banquillo hispalense e incluso en el palco. Era tiempo de apretar los dientes y sufrir.

Jugando más con la cabeza y menos con el corazón, al final el Sevilla conquistó por segunda vez en su historia los cuartos de final. Lo hizo a la grande, como uno de los ocho mejores de Europa en casa de todo un histórico como el United. ¿Quién tenía miedo a los diablos rojos? A orillas del Guadalquivir solo se confía en la fe sevillista. Que pase el siguiente.

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