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El Sevilla se quita las penas en Europa
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El Sevilla se quita las penas en Europa

Los de Emery fueron muy superiores a un flojo Standard de Lieja en un encuentro donde sólo las lesiones de Beto y Reyes ennegrecieron la gran noche hispalense

Luis F. Gago

Jueves, 6 de noviembre 2014, 03:58

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Se presentaba el Sevilla en la cuarta jornada de la fase de grupos de la Europa League entre la resaca de perder en San Mamés y la necesidad de vencer al Standard de Lieja para no encontrarse desagradables sorpresas al final. Salieron los sevillistas sabedores que el liderato en su grupo era más irreal que algo merecido. Con tan solo un punto de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores, en Nervión debían ganar a los belgas en casa para tapar los agujeros de crisis por los empates anteriores en Europa. Lo hicieron finalmente con más sobresaltos de lo esperado. Ahora son más líderes aún y con un pie en los dieciseisavos de final.

Empezaron los rojiblancos con clase y calidad, dejando de lado el palo en la competición local acaecido en tierras vascas, donde perdieron la oportunidad de un liderato en solitario que hubiera hecho las delicias de su afición. Con un fútbol total, en el que hasta Reyes y Deulofeu defendían como si sus vidas dependieran de ello, el Sevilla se colocó pronto por delante el marcador. De nuevo a balón parado, cómo no, la gran apuesta personal de Unai Emery en este Sevilla campeón que está construyendo, Gameiro marcó en una falta botada magistralmente por Deulofeu, un catalán que cada vez parece más sevillano. El tanto daba respiro a la parroquia hispalense, pero también reconocía el gran trabajo realizado hasta ese instante por unos jugadores con profesionalidad profusa.

Pese a las circunstancias que rodeaban el duelo, el Standard no se amilanó. Sabían los belgas que su única baza ante el vendaval que estaban sufriendo era el contragolpe, la oportunidad de un rechace o la suerte aparecido en formato especial para ellos. Una mezcla de todo ello ocurrió al poco de anotar el delantero galo. Mpoku tiró una falta al borde del área de una manera poco ortodoxa, aunque valió para que rozara en la barrera y despistara a Beto colocando el empate en el marcador. El jarro de agua fría en las ya de por sí bastante heladas gradas del Pizjuán fue un detonante para empezar a llamar a la desesperación. Entonces surgió la figura de Reyes, el gran arquitecto del balompié sevillano en la noche europea del jueves para tranquilizar a las masas. Primero dio en el palo, avisando. Después materializó en gol una hermosa jugada trenzada por todos y cada uno de los jugones que Emery dispuso sobre el césped.

Segunda parte para olvidar

Con la victoria en el bolsillo, para la segunda mitad las lesiones decidieron hacer acto de presencia en el bando local. Primero Beto tuvo que marcharse por unas molestias que aconsejaron al cuerpo técnico tomárselo con precaución. Empero, la importante baja sucedió con Reyes, el mejor hasta ese momento del choque, que vio cómo su noche de gloria por el viejo continente se truncaba por una lesión inoportuna. Este desbarajuste táctico y nefasta casualidad llevaron a que un encuentro en teoría atado por los nervionenses se tornara en un compromiso difícil y complicado. Aprovechó el Standard para dar un par de pasos hacia delante, proponiendo el otro fútbol que no se había visto hasta ese momento sobre el Sánchez-Pizjuán. Empezaron los belgas a hacer jugadas combinadas, merodear el área defendida por Sergio Rico y a empezar a dar algún que otro susto a la afición sevillista.

Cerca estuvieron Andrade y Camargo de hacer temblar los cimientos del estadio con un tanto que pusiera la flor de piel a los respetables que decidieron presentarse a ver en directo el partido. De ahí que Emery decidiera no permitirse un paso atrás más y diera salida a Bacca, cuestionado por sus últimas pésimas actuaciones. La entrada del colombiano aportó estabilidad y control a un duelo convertido en un ida y vuelta peligroso. Su tanto en el descuento fue un gran alivio para los intereses sevillistas, que ven en Europa un bálsamo para las penas de la Liga.

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