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Borja Fernández, en el Valladolid-Valencia. Afp
El Valladolid investiga a su plantilla por amaño
Primera

El Valladolid investiga a su plantilla por amaño

Aranda asegura en una grabación que había «siete jugadores comprados» y a Borja Fernández se le considera intermediario

Amador Gómez

Madrid

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Martes, 4 de junio 2019, 10:49

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«Había siete jugadores (del Valladolid) comprados, nada más», asegura Carlos Aranda, uno de los considerados cabecillas de la trama de amaños de partidos en Primera y Segunda División, en una grabación interceptada por la Policía que ha salido a la luz una semana después de que estallase la llamada 'operación Oikos', en la que también están implicados, entre otros jugadores, Raúl Bravo y Borja González, excapitán del equipo pucelano recién retirado. «Apuesta 10.000 euros y te llevarás 20.000», le aconseja Aranda a una empleada de las dos casas de apuestas que regenta el exfutbolista malagueño. «Mira, hermano, el Valencia gana la primera parte y la segunda, ¿vale? O sea, que gana la primera parte y el partido lo gana también; no que gana, que tiene que marcar dos goles en las dos partes, que gana primera y segunda (...). Mira, tú sabes lo que es, no se puede enterar nadie, pero sabes lo que es. Nadie. Nadie es nadie, nadie, ni tus amigos, ni nadie», le insiste Aranda a un amigo durante una conversación previa al Valladolid-Valencia de la última jornada de Liga (0-1 al descanso y 0-2 al final), que culminó el 18 de mayo con la clasificación del conjunto visitante para la Liga de Campeones.

Ni el Valencia ni sus futbolistas están involucrados en el supuesto amaño, como tampoco el Valladolid, que este martes mostró su «sorpresa, total desconocimiento e indignación» por el presunto amaño y, al sentirse «perjudicado», anunció que se personará en las actuaciones judiciales y que ya «ha iniciado una investigación interna a los futbolistas convocados» para el encuentro ante el Valencia. El Valladolid recordó que ya abrió expediente disciplinario a Borja Fernández después de ser acusado de los delitos de corrupción en el deporte y estafa y habérsele impuesto una fianza de 50.000 euros para evitar su ingreso en prisión. Precisamente, según fuentes policiales, es la misma cantidad que presuntamente se le garantizó a Borja Fernández por ejercer de intermediario entre Aranda y Raúl Bravo -en libertad provisional tras pasar por la cárcel- y algunos jugadores del Valladolid.

Hasta siete jugadores del equipo blanquivioleta presuntamente colaboraron en la compra-venta del encuentro ante el Valencia, con el objetivo de obtener beneficios con apuestas ilegales, según la transcripción de las escuchas telefónicas a Aranda a la que ha tenido acceso 'El Mundo'. El juez instructor de la causa por el escándalo que ha sacudido el fútbol profesional español y cuyo origen está en el Huesca-Nàstic de Segunda de la pasada temporada (0-1) sitúa, no sólo a Aranda y Raúl Bravo en la cúspide de la trama, sino también a Borja Fernández como una de las piezas clave de la trama.

«Al parecer, el resultado pactado fue la victoria del Valencia CF en la primera parte y la victoria final del mismo equipo, pronóstico éste que efectivamente se cumplió con la ayuda de jugadores del Valladolid. Por su parte, Carlos Aranda y Raúl Bravo hicieron apuestas deportivas en la línea con el resultado previamente pactado», se destaca en la tesis de la investigación policial asumida por el juez instructor en Huesca. El «amaño» del partido disputado en Zorrilla se habría llevado a cabo de «forma concertada con Borja Fernández», a cambio de un pago de dinero que, según la documentación judicial, estaría pendiente de realizarse o de acreditarse con pruebas.

Las investigaciones apuntan a que Borja Fernández se reunió con Raúl Bravo dos días antes del partido en un bar de su propiedad en Valladolid, y también se destaca que, en casa de Keko, otro futbolista del Valladolid, se celebró una barbacoa con la presencia del excapitán y «varios jugadores» de la plantilla. Borja Fernández defiende que el motivo de la reunión fue por su despedida del fútbol, ya que ante el Valencia el excapitán jugó su último partido como profesional. Según el juez instructor, Borja Fernández, como capitán, disponía de una «posición privilegiada para proponer e influir sobre todos o algunos jugadores».

La Policía tiene acreditada también al menos una conversación entre Borja Fernández y Raúl Bravo, «que cambia constantemente de teléfono, toma muchas precauciones y utiliza teléfonos encriptados», y también constancia de más de una cita considerada sospechosa entre ambos jugadores canteranos del Real Madrid. La investigación revela encuentros entre Borja Fernández y Raúl Bravo, no sólo en un bar de Valladolid propiedad del excapitán del equipo, sino también en la sede del club, cuyo consejo de administración aprobó el pasado viernes un protocolo contra el fraude deportivo.

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