Luis Enrique: «Jugar sin público es más triste que bailar con tu hermana»
El seleccionador español desea regresar al fútbol «por lo que significa» y confía en que la pandemia repercuta en una mejora de las normas de higiene
Desde su casa en Barcelona, donde pasa un confinamiento preludiado por un herpes que le tuvo dos semanas en la cama, Luis Enrique desveló cómo afronta este período de inactividad competitiva. Con una rutina en la que se alternan sus estudios de inglés con el visionado de fútbol en diferido, las partidas de parchís con su mujer y las series forman parte ineludible del día a día del seleccionador español, que mostró su lado más desenfadado en el programa 'Colgados' del Aro, en la que se pronunció acerca del nuevo contexto, con los partidos a puerta cerrada.
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«Jugar sin público es más triste que bailar con tu propia hermana», afirmó jocoso el gijonés, que indicó que apreció esos cambios con el regreso de la Bundesliga. Se oyen hasta los insultos, ya se pierde hasta la intimidad de los buenos momentos», bromeó el técnico, que a renglón seguido puso el foco en la necesidad de retomar las competiciones. «Hay que entender que es un 'business' a nivel mundial que genera mucho dinero y a pesar de que el espectáculo dista mucho del deporte con gente puede ayudar a pasar este confinamiento», agregó el excentrocampista, que ironizó sobre los aplazamientos ligueros que obligaron a posponer al próximo año la Eurocopa.
«Un torneíto amistoso de verano por toda Europa», indicó con sorna el exjugador sportinguista, que subrayó que «ahora otras cosas son lo más importante». «Como entrenador me gustaría empezar, pero por lo por lo que significa, no por las ganas que pueda tener. Podría estar confinado el tiempo que tenga que ser», aseguró el seleccionador, que confesó que no tiene «ningún temor» a la pandemia. «Solo he pasado algún momento en esta pandemia en el que he sufrido un poco por mis padres y por mis suegros, la gente mayor que aprecio. A nivel personal tengo cero miedo a salir a la calle», afirmó antes de darle la vuelta a la situación y buscarle el lado positivo a la pandemia.
«Todos hemos mejorado en las normas de higiene personal. A partir de ahora todos aceptaremos que cuando alguien tenga un resfriado se ponga una mascarilla y no vaya dando besos por ahí, que era una cosa inaceptable», indicó el gijonés, que al hilo de las recomendaciones de estornudar sobre el codo volvió a lucir su sentido del humor refiriéndose a la agresión sufrida en el Mundial de 1994 en Estados Unidos, convertida en icono de las crueles derrotas sufridas por la Selección Española. «Tassotti debía de ser alérgico, porque no le vi tomada la voz ni nada», señaló picante el actual seleccionador, convencido de que los jugadores acatarían las concentraciones y «acabarán aceptando lo que dictaminen los organismos para que esto tenga vías de que sea factible».
«Se ha puesto en riesgo la salud de la gente que trabaja en los hospitales, en las farmacias y de todos los que se han dedicado a dar servicio estos días. Le va a ocurrir igual a los futbolistas. Estoy seguro de que lo aceptarán sin ningún problema», expuso el que fuera entrenador de la Roma, orgulloso de los elogios que le ha dedicado recientemente el legendario capitán 'giallorosso' Francesco Totti. «Es una de las grandes satisfacciones que se tienen como entrenador. De mano nos enemistaron, como suele ser habitual siempre que llegas a un gran club. Tengo fama y algo habré hecho para ganarme esa fama, pero independientemente de eso he tenido buenas referencias con la mayoría de jugadores», concluyó.
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