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Manjarín, con Cristóbal Parralo, sobre el césped del estadio de Santo Domingo. ALCORCÓN
Manjarín regresa a su banda

Manjarín regresa a su banda

Cristóbal Parralo, técnico del Alcorcón, lo reclutó el pasado verano para el proyecto madrileño, una de las revelaciones de la primera vuelta El gijonés pisará El Molinón veinte años después de su último partido oficial

VÍCTOR M. ROBLEDO

GIJÓN.

Jueves, 17 de enero 2019, 00:26

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Seguramente Javier Manjarín (Gijón, 1969) no imaginó aquel 13 de enero de hace exactamente veinte años que estaba pisando por última vez el césped en el que presentó ante el mundo del fútbol. El talentoso extremo gijonés visitó entonces El Molinón con el Deportivo, el equipo en el que desarrolló la mayor parte de su carrera tras abandonar en 1993 el Sporting. El domingo volverá a la que un día fue su casa, aunque lo hará como rival, ya que desde el pasado verano ejerce como segundo entrenador del Alcorcón.

La trayectoria de Javier Manjarín en los banquillos no es muy larga. Sus primeros pasos como técnico han estado estrechamente vinculados a Cristóbal Parralo, exjugador del Oviedo y actual entrenador del Alcorcón. Cuando el Deportivo de La Coruña colocó a Parralo al frente del filial en el verano de 2016, los responsables del club decidieron que un hombre de la casa como Manjarín lo acompañara.

Manjarín y Parralo forman tándem en los banquillos desde entonces. «Lo veo más a él que a mi mujer», bromeaba el gijonés hace unos meses». Ambos dieron el salto al primer equipo del Deportivo el pasado año tras la destitución de Pepe Mel. De cara a esta temporada, Cristóbal no dudó en llevarse a Manjarín consigo a Alcorcón tras aceptar la propuesta que le presentó el conjunto madrileño.

«Siempre me pareció una gran persona, pero una vez trabajando juntos y conociéndonos, para mí ha sido muy importante tenerle al lado y llevar juntos la nave que conducimos», apuntó recientemente Cristóbal. «Cada temporada que pasa vemos que hay esa sintonía. Es una persona honrada, trabajadora, que lucha por conseguir los objetivos marcados», destaca del gijonés.

Para Manjarín, el partido del domingo será en parte un pequeño duelo familiar, ya que su hermano Carlos ejerce como delegado del juvenil del Sporting. El segundo entrenador del Alcorcón, además, ha sido un habitual de El Molinón y de Mareo en los últimos años pese a residir en La Coruña e incluso ha mantenido su abono del club.

«Un caso como el de Muñiz»

Manjarín abandonó el Sporting en julio de 1993, después de el presidente deportivista accediese a abonar algo más de 1,3 millones de euros (218 millones de pesetas) por sus servicios. En Riazor vivió su mejor etapa futbolística, con una Supercopa y una Copa del Rey en su palmarés. También allí alcanzó la internacionalidad con España, con la que disputó la Eurocopa de 1996. Antes, en 1992, logró el oro olímpico en los Juegos de Barcelona, aunque no disputó ningún partido al encontrarse lesionado.

Por el momento, Manjarín no se plantea iniciar una etapa en los banquillos en solitario, aunque no descarta hacerlo en un futuro. «Necesito más experiencia», admitió recientemente. Cristóbal, su compañero, le vaticina un buen futuro si se decide a dar el paso: «Si un día necesita entrenar porque se lo pide el cuerpo, sé que está preparado».

Carlos García Cuervo, el técnico que le dio la alternativa definitiva en el primer equipo, admite que el de Manjarín puede ser «es un caso como el de Muñiz». «Quizás por su carácter no me esperaba verlo en un banquillo, pero puede convertirse un gran entrenador perfectamente, porque tiene conocimientos para ello», añade. Antes aún tiene que volver a El Molinón, un hábitat que nunca le han sido del todo extraño.

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