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Neymar, tras recibir una falta durante el Mundial. Reuters
Neymar, devorado y Brasil, por los suelos

Neymar, devorado y Brasil, por los suelos

Tite elaboró un plan en torno a la estrella, que pese a que brilló en los primeros cuatro partidos terminó desquiciado con el VAR y contagiando al resto

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Nizhny Novgorod

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Sábado, 7 de julio 2018, 17:56

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Tras la eliminación en octavos de final de sus dos principales rivales al Balón de Oro, Leo Messi y Cristiano Ronaldo, a Neymar le pareció que todo el sacrificio de la 17/18 había merecido la pena. Se marchó del Barcelona para no sentirse eclipsado por Messi y cuando una lesión le apartó de la remontada ante el Real Madrid en la Liga de Campeones decidió prepararse lo mejor posible para el Mundial. Era su torneo, después de no poder participar en la semifinal de Mineirao en 2014 (la histórica del 1-7 ante Alemania) por estar lesionado tras un golpe en la espalda del colombiano Camilo Zuñiga y haber liderado a los suyos en los Juegos de 2016.

Hasta llegar al duelo de Kazán, lideraba muchas de las estadísticas de la Copa del Mundo: el futbolista con más remates totales (23), más remates a portería (12), más ocasiones generadas para sus compañeros (16), más regates intentados (40) y más faltas recibidas (23). Tite, que había cambiado la dinámica de la Seleçao cuando el billete para Rusia estaba en duda, le había concedido un protagonismo absoluto en la búsqueda por la sexta estrella. «No vine a Rusia para competir, vine a ganar. A conquistar el sueño de mi vida que es levantar la Copa del Mundo con la selección brasileña», afirmó tras ser el mejor jugador del partido ante México: un gol y asistencia.

Catorce minutos en el suelo

Además el técnico, que no quiere hablar de su futuro en el cargo, esta vez no había afeado sus comportamientos en el campo (algo que sí hizo en el pasado cuando no era su jugador), pero sí insistieron en ellos sus rivales. La estadística que reveló sus catorce minutos en el suelo durante el torneo decían mucho de la agresividad de sus rivales a la hora de defenderle, pero también de sus exageraciones. El público ruso cambió de opinión con él, de la pasión al hastío. Su querencia por dar vueltas en el suelo animó a los más ofensivos, y también a algunos ingeniosos, a hacer todo tipo de montajes que circularon por la red. Los 'highlights' pasaron a ser de imágenes del '10' en el césped y no de sus acciones influyentes en un Mundial.

Si ante México se le vio recuperado de la cirugía en el pie derecho realizada a principios de marzo, preocupó verle tan desquiciado por las quejas (justificadas en la mayoría de los casos) del juego de su rival. «¡Neymar no es un actor! Los rivales son bastante más duros cuando se enfrentan a él. Le dan porque tiene calidades que no son normales», dijo Romelu Lukaku cuando le informaron que en algunos campus de verano por Europa bromeaban tirándose al grito de 'Neymar' hecho por su entrenador y se habían hecho virales. Sus compañeros, con los que mantiene una gran relación de cercanía, también salieron a defenderle en público.

Ante Bélgica el tema empeoró y pareció devorado por su propio 'meme'. Estuvo irreconocible en el momento que su equipo más necesitaba de él, aunque Tite destacó sus «esfuerzos de alta intensidad» para hacer regates (tres) o recuperar balones (dos). «Sería injusto responsabilizar a un solo jugador de la derrota, sobre todo porque Neymar hizo un gran encuentro, intentándolo de todas las maneras posibles», apuntó el técnico. Neymar se enredó polémicas y en peticiones de VAR; en exageraciones ante las infracciones o en palparse el vendaje de su tobillo tras los momentos ásperos del juego. Sólo pudo completar un disparo.

Dolido y sobreactuado

La cara de Neymar al borde del llanto saliendo del campo, solo y sin compañeros que le consolaran, hacían intuir su pesar. «Es el momento más triste de mi carrera», lamentó tras el partido casi a la vez que el capitán de México, Andrés Guardado, le pasaba factura por unas declaraciones de la estrella del PSG en las que se congratulaba de que los centroamericanos estuviesen ya en casa. «¿Y ahora quién se va para casa?», fue el mensaje (acompañado de tres 'emojis' de una cara pensativa) que el centrocampista del Betis, que siempre ha tildado a Neymar de piscinero y al que el VAR iba a castigar colgó a través de esta red social.

No sólo rivales, sino incluso algunos hinchas de la 'canarinha' la pagaron con él. «No es Ronaldo, ni Ronaldinho ni Romario», lamentaban. Y es que pese a que no hizo un mal partido, en una encuesta en el portal Globoesporte, el principal medio de Brasil, más de la mitad no aprueba su actuación ante Bélgica. Ya en frío, horas después de la eliminación y a través de la misma red social que su rival, Neymar se dirigió a esa afición. «El dolor es muy grande porque sabíamos que podríamos llegar, sabíamos que teníamos condiciones de ir más allá, de hacer historia... pero no fue (posible) esta vez. Es difícil encontrar fuerzas para querer volver a jugar fútbol, pero estoy seguro de que Dios me dará las fuerzas suficientes para enfrentar cualquier cosa, por eso nunca dejaré de agradecer a Dios, incluso en la derrota... porque sé que tu camino es mucho mejor que el mío. Interrumpieron nuestro sueño pero no nos lo quitaron de nuestra cabeza y nuestros corazones».

Neymar llegará con 30 años a Catar 2022, después de cuatro decepciones de Brasil en la Copa del Mundo. Una sequía similar a la vivida entre México 1970 y Estados Unidos 1994. La sexta corona se hace rogar...

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