Un gran Marino vuelve a frenar al Pontevdra

Unos 700 aficionados, con buena presencia gallega, asistieron a uno de los duelos destacados del grupo de Segunda Federación, más si cabe tras el tropiezo matinal del Numancia, que permitía a los de Yago Iglesias ponerse primeros en solitario.

Y el Pontevedra lo intentó. Fue uno de los mejores rivales que ha pasado por Miramar y llegó a botar nada menos que trece saques de esquina. Eso sí, el mejor del encuentro fue su guardameta, Edu Sousa, que con un puñado de paradas evitó que los gozoniegos sumasen los tres puntos.

Ya en el minuto cinco, el meta visitante advertía de lo que sería su partido. Óscar Fernández se escapó por banda derecha y su disparo, tras recortar, era desviado por Sousa. Una de las jugadas polémicas del encuentro llegaría en el minuto 21. El visitante Samu Mayo, amonestado dos minutos antes, se libraba de la segunda tarjeta tras un agarrón que bien le pudo valer el camino a los vestuarios.

Las únicas llegadas visitantes en la primera parte llegarían en la recta final. Un centro de Chiqui desde la banda que Brais de cabeza remató muy flojo a las manos de Denis; un disparo alto de Samu Mayo y una volea lejana del capitán Álex González que detuvo el meta luanquín, bien colocado.

Salió bien el Marino al segundo acto y tuvo dos claras de gol. En el primer minuto de la reanudación, Isma Cerro recibió un pase de Álex Arias y su disparo se fue rozando la escuadra. Y, en el minuto 55, un nuevo paradón de Edu Sousa impedía el tanto de Óscar Fernández e Isma Cerro no llegaba al rechace. El meta visitante volvería a lucirse en un saque de esquina cabeceado por Borja Álvarez a la cepa del poste.

El Pontevedra llevó la iniciativa, acumuló hombres en campo rival y trató de jugar directo sobre su última línea, pero fue incapaz de desarbolar a un ordenado Marino que defendió con mucho temple y fue capaz de amenazar a la contra.

En definitiva, un punto de mucho valor para los locales, que volvieron a frenar a uno de los mejores equipos de la competición y demostrando que pueden plantarle cara a cualquiera.