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Blanca saluda desde el podio, tras lograr el bronce en el eslalon gigante en Albertville en 1992. EFE
Blanca Fernández Ochoa | Asturias, a media asta

Blanca Fernández Ochoa | Asturias, a media asta

La esquiadora visitó muchas veces el Principado, donde se la recuerda con cariño

SUSANA D. TEJEDOR

GIJÓN.

Jueves, 5 de septiembre 2019, 00:12

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La noticia del fallecimiento de la esquiadora Blanca Fernández Ochoa caló ayer muy hondo en Asturias, una comunidad que visitó en varias ocasiones. Tantas que, en un primer momento, se pensó que podría haber venido para pasar unos días de descanso en una casa rural de la región, aunque pronto se descartó esta posibilidad. Fueron varias las veces que la esquiadora pisó el Principado. Muchas también en compañía de su familia, atraída por sus montañas, con muchas posibilidades para el senderismo, una de las grandes aficiones de Fernández Ochoa y los suyos. De hecho, uno de los hermanos de Blanca, Juan Manuel, era un enamorado confeso de Asturias, llegando a construir una promoción de chalés.

Así lo recuerda Armando Valdés, director en la actualidad de la Escuela de Esquí y Snowboard Fuentes de Invierno. «Su familia llegó a tener varios negocios por la zona y por eso venían con frecuencia, especialmente 'Paquito', con el que estuve varias veces», confirma. De todas esas fotografías, Valdés tiene muy presente la visita de la deportista a San Isidro de hace 17 años: «Ella era una figura de primer orden. Venía del Campeonato de Sierra Nevada, pero se mostraba muy cercana y alegre con todos. Tenía un carácter muy abierto y siempre estaba sonriendo».

El director de la Escuela de Esquí prosigue con los recuerdos y concluye sobre los Fernández Ochoa que «siempre fueron una familia muy entrañable, muy campechana. Me da mucha pena este final y lo lamento profundamente. Es una terrible pérdida. Espero que la Federación le haga algún homenaje». La tristeza es compartida con la fatal noticia. «Se ha ido una mujer que transmitía energía, positivismo y fuerza. La Federación quiere manifestar su apoyo y envía un abrazo a su familia en estos momentos difíciles». Lucía Noriega, presidenta de la Federación de Deportes de Invierno del Principado, transmite con estas palabras el sentir de los esquiadores asturianos.

Noriega también conserva un cariñoso retrato de la esquiadora madrileña. «Era de esas personas que te dan energía. Se nos ha ido un referente en el esquí alpino a nivel nacional», observa. Además, destaca, «Blanca fue una gran impulsora, junto a su hermano Paco, del esquí». En una de sus visitas al Principado, en ese sentido, la esquiadora visitó la Estación de Fuentes de Invierno, a la que auguró entonces un «futuro prometedor», alabando sus instalaciones.

«Yo estaba allí»

Corría el año 2007. «Estas instalaciones se encuentran en un entorno coqueto y familiar», subrayó entonces, hablando largo y tendido en una charla titulada 'Caer y levantarse. El gran slalom'. Allí explicaría su experiencia personal a lo largo de toda su carrera, plena de éxitos, pero en la que también hubo sombras, como ella misma contó al numeroso público asistente. De su afición por Asturias da buena cuenta otra de sus visitas, en 1996, cuando vino a inaugurar la pista de nieve artificial Pinzales, en Aguda. En aquella ocasión estuvo acompañada por su hermano Juan Manuel, haciendo de cicerone Chus Valgrande.

El veterano esquiador Ángel González de Lena, 'Gelito', fue otro de los que conoció muy de cerca a Blanca, trabando una estrecha amistad con toda su familia: «A Blanca la conocí en casa de sus padres, aunque, en realidad, la conocí nada más nacer». Explica Gelito que los padres de la deportista fallecida regentaban la Escuela de Esquí de Navacerrada, motivo por el que estuvo allí en numerosas ocasiones. En uno de esos viajes, nació Blanca: «Yo estaba allí».

Además, cuando él empezaba a esquiar estuvo en la Escuela de Navacerrada. «Viví con ellos una temporada en su casa. Solo puedo tener buenos recuerdos de una familia de origen humilde, muy sencillos y cariñosos», apunta.

El veterano esquiador recuerda con dolor los últimos días y explica que, desde que saltó la noticia de su desaparición, «estuve pendiente de las noticias que contaban sobre ella. La verdad es que conozco muy bien esa zona en la que se encontró el coche y no es peligrosa. Es una montaña redonda y fácil». A renglón seguido, 'Gelito' califica a Blanca como «una esquiadora muy buena y una persona encantadora». El recuerdo de la pérdida, en ese momento, vuelve a aflorar: «Estoy muy afectado. No esquié con ella nunca, aunque sí con su hermano Paquito, con el que tenía mucha relación y a cuyo entierro asistí. Me trataron entonces como a uno de la familia». 'Gelito' aprovecha para enviar «mi pésame. Por razones de salud no podré asistir a las exequias, como hice cuando Paquito, pero me uno al dolor de su familia, a la que estoy agradecido eternamente».

Amor por el deporte

Félix Fernández, presidente del Club Tenis Gijón durante varios años, coincidió con la esquiadora hace unos quince. Su tristeza es grande. Blanca Fernández Ochoa manifestó en su día su deseo -rememora Fernández- de «conocer nuestro club. Con ella recorrí las instalaciones y se interesó mucho por distintos aspectos. Preguntó varias cosas y le encantó todo». Se interesó especialmente, sigue, por la escuela de tenis: «Dijo que una escuela como esta era fundamental para los niños». Y es que a Blanca Fernández Ochoa le gustaba sobre todo el deporte, por lo que practicaba el tenis con mucha frecuencia: «Le gustaba mucho, por eso se interesó por todo lo que hacíamos aquí».

Fernández continúa hablando de sus vivencias con la esquiadora, apuntando que «me pareció una persona con un afán de superación terrible. Le gustaba mucho la competición». Además, recalca, «en aquella visita habló varias veces de su hermano Paquito. Le tenía un gran cariño». Para él quedará siempre la idea de que la esquiadora «era una persona cercana y cariñosa». Y no puede pensar en otra cosa que «ha sido un triste accidente que nos ha conmocionado a todos».

Con todo esto resulta inevitable pensar que, precisamente este año que el Premio Princesa de Asturias de los Deportes se le ha concedido a una esquiadora, la estadounidense Lindsey Vonn, Blanca no pueda asistir como testigo directo de este honor hacia el deporte que tanto quiso y al que entregó muchos años de su vida. También resulta inevitable pensar al mismo tiempo que su querido hermano Paquito, fallecido en 2006, contaba con 56 años en ese momento, los mismos que tenía Blanca Fernández Ochoa. Una cruel casualidad.

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