La aventura de tener una cuadra propia
Iniciativa. Poner en marcha un negocio en tiempos adversos como los actuales es todo un reto. Muchos gastos y una enorme ilusión para hacer realidad un sueño
FRAN GAYO
Domingo, 16 de mayo 2021, 17:15
Álvaro Díaz García (Gijón; 1983) ha tenido siempre la ilusión de tener su propia cuadra, donde criar a sus caballos, algunos de ellos muy prometedores. Es el caso de 'Óscar CG', un precioso ejemplar de 7 años de origen belga, que ya ha conseguido muy buenos resultados al comienzo de esta temporada. No es el único proyecto que tienen entre manos el jinete y su pareja, la amazona Mónica Hernández-Abad de Armas. Su idea es trabajar día a día para que esos caballos evolucionen y se conviertan en una referencia dentro de la hípica.
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No es fácil tomar una iniciativa así en un contexto como el actual, con dificultades económicas para todos. Álvaro Díaz asume el reto. «Trabajar para uno conlleva una enorme satisfacción personal, y cuando las cosas te salen bien, la satisfacción es doble», explica mientras observa a su preciada montura. El primer paso para formar una cuadra propia es acudir al 'mercado' para comprar caballos. Depende de la edad y obviamente de la calidad del caballo, pero su precio puede oscilar entre 30.000 y 400.000 euros. La pandemia y las dificultades para viajar han obligado a adquirir los corceles en las subastas online: «Se puede ver al caballo en videos y se puja por él online, lo único que se compra sin poder probarlo y hay más riesgo. A la hora de comprarlo te basas en los orígenes del caballo, su físico y su manera de saltar», explica Álvaro.
Para ayudar a elegir el caballo idóneo se tiene disponible toda la información necesaria, desde saber quiénes fueron sus padres o su abuelo hasta un control veterinario que le hacen para atestiguar que su estado de salud es el correcto. Según Álvaro Díaz García encontrar una buena madre hoy en día resulta realmente complicado: «Hay muchos sementales, pero lo que más cuesta es encontrar una madre que tenga buenos potros».
Evidentemente la inversión económica no se detiene una vez comprado el caballo: «Mantenerlo te puede costar unos mil euros al mes entre comida, veterinario, herrador, un mozo que lo cuide. Son muchos gastos», detalla Álvaro. Dependiendo de la masa muscular que tenga el caballo, puede comer entre 4 y 6 kilos al día, además de consumir bastante agua. En cuanto a los gastos de veterinario, si se trata de un caballo joven no necesita ser revisado cada mes salvo que se produzca una urgencia. En cuanto a los materiales básicos como cabezadas, riendas, tijerilla, montura, mantilla o protectores para que los caballos no se hagan daño, «uno se puede apañar con un material básico, pero cuando tienes muchos caballos no», señala el jinete gijonés. «Las cosas duran bastante si se cuidan pero siempre hay cosas que se rompen o material adicional que comprar», abunda. Además se requiere de una persona que cuide al caballo, el mozo de cuadra, una figura indispensable según Díaz García: «Para los amateurs, los clubs dan el servicio de tener esa gente que los cuiden. A nivel profesional, ya necesitas el apoyo de una persona que esté en la cuadra constantemente». A todo esto hay que sumarle los gastos de transporte a los diferentes concursos, las licencias y otros costes que en tiempos como los que se viven actualmente no disminuyen. «Ahora es mucho más difícil ganar dinero, pero los costes de un caballo son los mismos. El caballo hay que cuidarlo a diario, no es como un coche que lo aparcas y lo dejas ahí», apunta.
Su idea es contar con un máximo de cuatro o cinco caballos con los que trabajar durante unos años antes de poder venderlos. Además, le gustaría poder contar con algún propietario que ponga algún caballo joven en sus manos, con el objetivo de llevarlo al más alto nivel competitivo.
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