El Hostelcur remata un año de ensueño

También fue un encuentro de despedidas y de muchas emociones. María Díez 'Peke' y Anna Casarramona, dos de sus cuatro campeonas mundiales, dijeron adiós a sus incondicionales, aunque la primera de ellas -la máxima goleadora de la historia del Hostelcur Gijón- no pudo anotar para despedirse con lo que mejor que sabe hacer: perforar la meta contraria. Sí consiguió marcar su compañera Casarramona, y en dos ocasiones, lo que fue muy celebrado por los fieles seguidores del quinteto fabril.

A ellas también hay que sumar la marcha del entrenador Rubén Muñoz, tras una campaña intachable, y del presidente Xuan Ramón Naves, que deja la modesta entidad de La Calzada después de dieciséis años, en los que sus jugadoras lograron once coronas.

Bajo este ambiente, el encuentro de ayer puede parecer un fin de ciclo ante las numerosas ausencias que habrá la próxima temporada en los distintos estamentos. Ya se habla de una posible vuelta de la estrella argentina Luchi Agudo o incluso de Natasha Lee, aunque por el momento parece poco probable.

La conquista de la OK Liga femenina es la guinda a un campaña más que brillante de un modesto club, que lo ha logrado casi todo en el hockey sobre patines con recursos muy limitados. El ejemplo del Club Patín Solimar es el reflejo del sacrifico y la constancia de más de tres lustros con el trabajo en la base, unido al gran acierto en todos los fichajes que se realizaron en los últimos años, lo que ha llevado el nombre de Gijón a lo más alto en las pistas de toda España y del viejo continente.

Y es que el equipo representativo de La Calzada ha logrado reunir en estas dos últimas campañas a nada menos que cuatro jugadoras campeonas del mundo con la selección española, con la que también fueron campeonas de Europa. Sara Lolo, Marta Piquero, María Díez Peke y Anna Casarramona, junto a Julieta Fernández, que es subcampeona del mundo con Argentina, formaron un quinteto invencible con el que se estuvo a punto de lograr el triplete. Es sin duda un equipo con el que soñaría cualquier entrenador.

Ahora, con los relevos que se van a producir en el club gijonés, queda la incógnita de saber si se volverán a producir los éxitos a los que tiene acostumbrados a su parroquia una tarde tras otra en el polideportivo de Mata-Jove.

En lo que se refiere al partido de ayer, el tanto de Marta Piquero a los cuatro minutos, con un duro disparo desde casi el centro de la pista que entró por la escuadra, fue el presagio de que el encuentro terminaría con una celebración por todo lo alto.

A los cinco minutos, Sara González, con un rápido giro, logró el segundo, que también fue muy aplaudido por la animada hinchada local, testigo de un verdadero espectáculo. Pero es que el tercer gol fue de tanta calidad como los dos anteriores. Julieta remató raso tras una perfecta combinación de todo el equipo. No había transcurrido la mitad de la primera parte y el encuentro estaba prácticamente encarrilado. Poco después, Peke, que quería despedirse a lo grande, falló un penalti. Pero Casarramona, la otra catalana del equipo, marcó el cuatro antes del descanso en una perfecta triangulación.

El encuentro estaba visto para sentencia, con la diferencia que las locales contaban en el marcador (4-0), por lo que iniciaron la segunda parte con mucha tranquilidad.

A medida que transcurrieron los minutos, los cánticos y el ambiente festivo fueron creciendo hasta la conclusión del encuentro. A los cuatro minutos de la reanudación, Casarramona hizo el quinto, tras una bonita jugada que fue muy aplaudida.

Poco después, Julieta hizo subir al electrónico de Mata-Jove el sexto, el 21 de su cuenta particular esta temporada. Las gijonesas quisieron hace disfrutar a sus seguidores y la bola se estrelló en el palo tras los intentos de Nuria y Peke.

Con el sonido de la bocina que anunció el final del partido, la emoción se reflejó en la pista con el corro que formaron las jugadoras locales, que aplaudieron a la grada. Los técnicos Rubén Muñoz y Dani Sierra se fundieron en un abrazo, al igual que el presidente Xuan Ramón Naves con Ramón Tuero, director general de Deportes, a los que se sumaron las lágrimas de María Díez 'Peke' y Casarramona.