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DANI BUSTO
GIJÓN.
Sábado, 4 de agosto 2018, 00:25
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Atentos a La Boticaria. Los piragüistas llegarán con las fuerzas al límite y deberán evitar el peligro latente de sufrir resbalones, pero podrán portear sus embarcaciones, un año más, por el islote que divide el río Sella en el último kilómetro del recorrido. Un tramo que será, de nuevo, decisivo en el resultado final del Descenso Internacional del Sella, que hoy celebra su edición número 82 con la participación de 1.150 palistas de veintiún países (12 horas, TPA).
Los candidatos al trono sellero saben bien de los riesgos y ventajas del porteo, y todos ellos se dejaron ver ayer, a lo largo del día, por La Boticaria y sus inmediaciones. El trasiego fue continuo: cálculos, reflexiones e inspecciones exhaustivas del terreno para asegurarse de dónde pondrán los pies si tienen que salir a la carrera. Los aspirantes se guardan sus bazas, pero no descartan recurrir a esta estrategia que puede llegar a desnivelar un final apretado, y que ayer mismo el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella (Codis) confirmó como válida.
Sin remontarse mucho más atrás, baste como ejemplo la pasada edición. En 2017 la dupla formada por Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza salió victoriosa en su mano a mano con Emilio Merchán y Leonel Ramalho. Un emocionante desenlace que podría repetirse en esta ocasión, aunque con protagonistas distintos.
Ni los 'reyes' selleros ni la K-2 astur-portuguesa participarán este año. Los primeros, Bouzán y Fiuza, decidieron no competir este año, por lo que dejan libre su trono, tras ocho triunfos consecutivos, mientras que Merchán y Ramalho no fueron admitidos este año, al no permitir la Federación Española de Piragüismo a parejas con distintas licencias federativas.
«Después de llevar casi una hora en la piragua, llegas a La Boticaria y aquí tienes que decidir si porteas o no», comenta, tras estudiar ese terreno por enésima vez, Miguel Castañón, uno de los aspirantes a la victoria en K-2 junto al leonés José Julián Becerro. El palista avilesino advierte de los riesgos, ya que «la zona no es que sea precisamente fácil de recorrer, hay piedras, verdín que te hace resbalar y maleza», por lo que se hace «complicado cuando vas al límite de fuerzas».
Castañón y Becerro llegan a la cita sellera en un gran momento de forma. Han sabido sacar rendimiento a su K-2, y el mes pasado lograron la medalla de bronce en el Campeonato de Europa disputado en Croacia. Aunque tienen un ojo puesto en el Mundial, en septiembre, acuden al Descenso con la ambición de enfundarse la montera picona de los ganadores.
Su primer puesto logrado el pasado jueves en la contrarreloj, para decidir los puestos de salida, les ha dado un plus de motivación. «A no ser que nos pase algún infortunio muy grande, creo que vamos a estar para disputar la victoria. Aunque no lo hemos preparado como otros años, creo que daremos un poquito de guerra», indica Castañón.
Si hay alguien que ha logrado sacar un gran rendimiento al porteo por La Boticaria ha sido, sin duda, Julio Martínez, vencedor en 2004 y 2008, con dos compañeros distintos, gracias a esta estrategia. «Indudablemente, para los que lleguen en cabeza, será en ese último kilómetro donde se decida la carrera», valora el palista cántabro, once veces ganador en el Descenso.
En esta ocasión, Martínez competirá con su paisano Rubén González. Se trata de una embarcación nueva a la que todavía le falta rodaje. «Afrontamos el Sella con ganas e intentaremos hacerlo lo mejor posible. No hemos tenido mucho tiempo para prepararlo y hay muchos detalles que mejorar», comenta Martínez, al tiempo que añade que «no sabemos cómo vamos en carrera, así que habrá que tirar de experiencia».
En liza estarán también los parragueses Milín Llamedo y Pedro Vázquez. Forman un equipo fuerte, pero este año no han preparado juntos el Descenso. Se inscribieron para competir en K-2 casi a última hora, ya que Llamedo tenía previsto participar junto al argentino Franco Balboa, quien finalmente no estará, por problemas federativos.
A pesar de las ausencias, el nivel competitivo de esta regata se mantendrá alto. Además del producto regional y nacional, muchas miradas apuntan a la dupla sudafricana que forman Andrew Birkett y Hank McGregor. «Tienen un palmarés bestial en larga distancia y en ríos. Son duros aspirantes y tendremos que pelearnos con ellos», advierte Castañón.
Además, el caudal del Sella es abundante este año, y ese aspecto es favorable para los sudafricanos. En la misma línea, Julio Martínez recuerda que McGregor, diez veces campeón mundial de maratón, «es un palista que nunca falla».
El joven piragüista cangués Alberto Plaza, vencedor en K-1 el año pasado, aspira en esta edición a revalidar su triunfo. Es el principal favorito en un ramillete en el que también se encuentran Emilio Llamedo, Borja Estomba, Guillermo Fidalgo, Kiko Vega y David Rodríguez.
En la categoría K-2 femenina, las grandes favoritas son Amaia Osaba -cinco veces ganadora del Sella en distintas categorías- y Tania Álvarez. Se trata de una dupla que llega en un buen momento de forma y que tratará de repetir victoria, como ya hizo el año pasado.
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