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Fernando Alonso, el adiós de un campeón

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Fernando Alonso hace un gesto con la mano durante un acto promocional. EFE

El adiós de un campeón

El ovetense se despide con el resquemor por los últimos años en McLaren pero con la ilusión de conseguir triunfos en otras competiciones

JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

GIJÓN.

Miércoles, 15 de agosto 2018, 00:39

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Se va, por ahora, el mejor deportista asturiano de la historia. El hombre que enganchó a toda España a las televisiones y más de un madrugón. El piloto que provocó que un país entero hablara de neumáticos y comprendiera lo que es un 'pit-stop'. El asturiano que llevó la cruz de la victoria en su casco, presumiendo de sus orígenes en cada uno de los circuitos donde han admirado su pilotaje. Fernando Alonso da un paso al lado y anuncia que no continuará el próximo año en Fórmula 1, deslizando que pretende centrarse en otros retos. Tiene entre ceja y ceja el ovetense conseguir el triunfo en la Fórmula Indy y nadie se lo quita de la cabeza. Sabe que ese triunfo le permitiría lograr la 'Triple Corona' y las puertas de la historia se abrirían para él, ya que solo un automovilista antes ha sido capaz de una hazaña tan grande.

Fernando Alonso no es un tipo corriente. Sus mensajes a través de las redes sociales tampoco lo son. En los últimos tiempos, le gusta recurrir al sarcasmo y la ironía, creando en más de una ocasión confusión a su paso. Avanzaba en los días previos que el día 14 iba a ser un día grande y no decepcionó. La bomba estalló a mitad de tarde. Fernando Alonso, el mejor piloto español de Fórmula 1 de todos los tiempos, anunciaba mediante una emotiva carta y un vídeo, grabado recientemente en el Museo que lleva su nombre en Llanera, que deja la competición en la que, por sus propias palabras, ha disfrutado y crecido.

«Tú no me esperabas y yo no estaba seguro de querer conocerte. Tú me diste mucho, pero yo te lo di todo. Cuando apenas sabía andar, ya corría hacia tu ruido, hacia tus circuitos, sin saber nada de ti. Juntos hemos pasado muy buenos momentos, algunos inolvidables, otros, realmente malos. Me has visto crecer, emocionarme, hemos jugado juntos, contra rivales increíbles. Te he visto cambiar, a veces para bien y, otras, en mi opinión, para mal. Cada vez que cierro la visera del caso siento tu abrazo, tu energía, no hay nada parecido. Pero hoy tengo otros retos más grandes de los que me puedes ofrecer. Y este año, pilotando a mi mejor nivel, es como quiero recordarte. Solo puedo estarte agradecido, a ti y a las personas que sois tú, por haberme enseñado tantas culturas, costumbres, idiomas, personas maravillosas...por haber sido mi vida. Sé que me quieres. Y tú también sabes que te quiero», afirma Alonso.

La decisión de dejar el 'circo' ha sido muy meditada. El propio Alonso lo explica en el comunicado con el que McLaren confirmaba la noticia, y en el que no dio nada más allá de unas palabras de agradecimiento al piloto con el que aún quieren contar para su vuelta a la IndyCar. «Tomé esta decisión hace unos meses y es una decisión firme. Aun así, quiero agradecer sinceramente a Chase Carey y Liberty Media por sus esfuerzos para que cambiara de opinión, así como a toda la gente que se ha puesto en contacto conmigo durante este período de tiempo», señala el asturiano.

¿Motivos? Es evidente que Alonso disfrutó mucho cuando se subió al MCL33 y al Toyota TS050. La sensación de la victoria, de volver a beber champán al volante del prototipo con el que ha ganado las 6 horas de Spa y, lo que es más importante, las 24 horas de Le Mans, es algo que no va a olvidar nunca. Y, sobre todo, el amargor que le dejó en la boca saber que esa sensación se iba a olvidar si seguía en la Fórmula 1, una competición en la que no se subirá nunca más al podio, salvo un milagro de aquí a final de temporada.

Trayectoria brillante

Valorar a Fernando Alonso es una cuestión subjetiva. Habrá quien piense que se ha pasado gran parte de su carrera desaprovechando un talento único, pulido desde niño. Puede ser que no haya estado acertado a la hora de elegir sus equipos, pero es incuestionable que él contribuyó a elevar su grandeza. Conviene no olvidar que tiene dos títulos mundiales, 32 victorias, 22 'poles', 97 podios. Son números que le permiten estar en un selecto club de pilotos dentro de la competición más grande del automovilismo. Y lo ha hecho durante 17 años, en los que ha compartido pista con leyendas como Michael Schumacher, a quien 'jubiló', o Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, hombres que le han apartado de la gloria, pero que también le han respetado.

En la memoria colectiva residen aquellas instantáneas que los aficionados guardan de un Alonso eufórico tras ganar el primer título en Brasil (2005) o su victoria tres años después en Singapur 2008, marcada por la polémica del 'crashgate' o su agrio año 2007 en su primera etapa en McLaren. Quizás, la derrota más dura de su vida: Abu Dabi 2010, cuando el muro de Ferrari le pifió el que pudo ser su tercer título mundial de los, quizá, ocho que, estima, habría ganado de haberle salido las cartas de cara.

Alonso pasa página y mira con ambición al futuro. «Otros retos más grandes», resume, asoman en el horizonte. Tras ganar las 24 horas de Le Mans con Toyota este año, tiene claro que quiere entrar primero en las 500 Millas de Indianápolis próximamente. No le pueden hacer más guiños desde la competición americana: saben que es un talento innato que aun rozando los 40 años aún puede dar muchos momentos de gloria. La Fórmula 1 pierde a Fernando Alonso, pero nos consolamos: el automovilismo todavía no.

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