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Hamilton escucha el himno en el podio.
Hamilton conquista una carrera de héroes
Fórmula 1 | GP de Gran Bretaña

Hamilton conquista una carrera de héroes

El británico aprovecha el abandono de su compañero Rosberg para ganar en casa, y Alonso protagoniza un duelo épico con Vettel, rozando ambos los límites reglamentarios, y acaba sexto

David Sánchez de castro

Domingo, 6 de julio 2014, 00:24

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El GP de Gran Bretaña fue este domingo uno de los mejores espectáculos que se han vivido en la Fórmula 1 en los últimos tiempos. Tuvo de todo: abandonos imprevistos, una bandera roja de una hora, duelos imposibles y carreras muy inteligentes, trufadas incluso con algunas sanciones y actuaciones fuera de los límites de la normativa.

El resultado final, en frío, supone que el Mundial se calienta: Lewis Hamilton consiguió la vigésimo séptima victoria de su carrera deportiva, segunda que se lleva en Silverstone -la otra fue en 2008, y acabó siendo campeón del mundo-, gracias a un hecho inédito esta campaña, un abandono de Nico Rosberg. El alemán se quedó sin caja de cambios cuando había pasado la mitad de la carrera liderando cómodamente, y se vio forzado a retirarse por primera vez esta temporada. Sigue líder del campeonato, aunque ahora son sólo cuatro puntos los que tiene de ventaja sobre su compañero. Hamilton, por su parte, supo controlar su temperamento cuando debía hacerlo, y el ritmo mostrado durante toda la carrera le permitió cuajar una actuación que le devuelve la alegría tras el error del sábado que le llevó al sexto puesto de la parrilla.

El podio lo completaron otros dos héroes. El segundo puesto fue para un Valtteri Bottas que salía 14º después de un clamoroso error estratégico de Williams el sábado. Acabó en el segundo puesto, que supone no sólo su segundo podio consecutivo, sino también su mejor resultado en Fórmula 1. La actuación del piloto a las órdenes de Frank Williams es el perfecto ejemplo del gran momento que atraviesa la mítica escudería británica, con adelantamientos al límite y una actuación magistral que da argumentos a los que consideran a Bottas como uno de los más talentosos de la parrilla. Por su parte, Daniel Ricciardo firmó una carrera de menos a más, en la que la estrategia jugó un papel fundamental. A diferencia de su compañero, que paró dos veces, el australiano maximizó el rendimiento de sus neumáticos con una única entrada en boxes, que a la postre se vio como la estrategia óptima.

Bandera roja durante una hora

La carrera comenzó con un serio susto. No se había disputado ni una vuelta completa, cuando Kimi Räikkönen se salía de pista, se estrellaba contra el muro con una fuerza de 47 G y destrozaba el guardarraíl, además de romper la carrera de un Felipe Massa que también se veía afectado por el incidente. Dirección de Carrera decidió parar la prueba con una bandera roja, mientras los operarios reparaban la barrera metálica. Räikkönen fue evacuado en el coche médico, con dolores en el tobillo por el pisotón que tuvo que dar en el freno para evitar el accidente. Lo que parecía un momento de interrupción se acabó convirtiendo en un parón de casi una hora, para después salir tras el 'safety car'.

Tras la reanudación, Nico Rosberg comenzó a tirar sin paliativos, con Hamilton remontando desde atrás e intentando ponerle las cosas complicadas a su compañero, y con el tercer puesto en el aire. Por detrás, Esteban Gutiérrez y Pastor Maldonado resolvían otra de sus batallas, en este caso con el mexicano embistiendo al venezolano y haciéndole volar, como si fuera una venganza por lo sucedido entre ambos, pero con los papeles invertidos, en el Gran Premio de Baréin.

Pero el espectáculo estaba en la zona media, y lo firmaba un hombre: Fernando Alonso. El piloto asturiano se quitó de una tacada a Daniil Kvyat, demostrando que más sabe el diablo por viejo que por diablo, al enseñarle su monoplaza por un lado y meterle el morro por el otro. Después, sus víctimas fueron Nico Hülkenberg y Daniel Ricciardo, al que se quitó de encima por fuera de la mítica Copse. El español volaba, pero sobre su cabeza pendía una espada de Damocles. En la parrilla, tras la vuelta de formación, se había colocado su Ferrari casi un metro más adelantado de la línea amarilla de salida por un despiste, como luego confesaría.

Pese a que el incidente se había producido una hora antes, los comisarios comenzaron a investigarlo tras una queja formal de un equipo al respecto. Tan claras eran las imágenes, que al asturiano le endosaron un castigo de cinco segundos, que cumpliría en su siguiente parada en boxes. Tras dicha entrada en boxes, cuando aprovechó para colocar los neumáticos duros para disputar el final de la carrera, se vio obligado a volver a pasar a Hülkenberg, y comenzar a volar. Con los puestos de podio muy lejos y el de Force India con problemas para seguirle, en el punto de mira de Alonso se puso un viejo enemigo: Sebastian Vettel.

Alonso-Vettel, un duelo para la historia

Alonso tardó poco en quitarse a Vettel de encima. Con un coche con menos potencia, con neumáticos en peores condiciones y con notables problemas para sostenerlo en pista, el asturiano se batió a cara de perro con su viejo rival, aunque fuera por un quinto puesto. Alonso pasaba a Vettel por fuera de Copse, su lugar predilecto en el fin de semana, pero Vettel no se rendía y comenzaba un asedio para la historia.

El español le cerraba una y otra vez la puerta, mientras el alemán se quejaba por radio de que las maniobras de Alonso eran ilegales y muy peligrosas. El de Ferrari respondía por radio diciendo que Vettel estaba aprovechando las escapatorias para intentar pasarle, algo ilegal. Más allá de los lloros mutuos, la batalla que protagonizaron estos dos pilotos hizo vibrar a todos los aficionados, incluidos aquellos que ven aburrida la actual Fórmula 1. Al final, Vettel se llevó el gato al agua al pasar a Alonso a falta de dos vueltas, aunque según el español fue con el DRS activado en una zona ilegal. Después de la carrera, ambos hablaron y zanjaron lo ocurrido en la cancha con deportividad y a sabiendas de que se volverán a ver las caras en pista.

Al final, Hamilton se llevaba el -según sus propias palabras- horrible trofeo del GP de Gran Bretaña, por segunda vez en su vida deportiva, y deja en un puño el liderato del Mundial. El próximo duelo será en quince días, en Hockenheim, y toca territorio Rosberg. ¿Quién se atreve a dar un pronóstico?

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