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Los pilotos realizan una curva en una carrera de Moto GP EFE
La última prueba de MotoGP promete otro Mundial muy igualado
Entrenamientos

La última prueba de MotoGP promete otro Mundial muy igualado

Zarco domina en la vuelta rápida en un buen test para Honda y, sobre todo, para Dovizioso

bORJA GONZÁLEZ

Losail, Catar

Sábado, 3 de marzo 2018, 23:13

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Salvedad número 1: el de Losail es un circuito un tanto peculiar, por lo que es complicado sacar conclusiones a largo plazo, aunque sí que da pistas sobre qué puede pasar en la cita inaugural del Mundial de MotoGP, que comenzará el fin de semana del 18 de marzo. Salvedad número 2: después de tres días de entrenamientos en un mismo escenario, es normal que más o menos todos los pilotos sean capaces de hacer un buen tiempo, y de despistar con una buena clasificación en la lista de tiempos; otro gallo cantará cuando la competición real entre en juego, el tiempo de entrenamiento sea limitado y los objetivos reales.

En Catar las Honda siempre han sufrido, por lo que para la marca que defiende el título de 2017, logrado por Marc Márquez, es un buen termómetro sobre el rendimiento de su RCV. En los tres días de entrenamientos que finalizaron este sábado, las motos japonesas siempre se mostraron competitivas, sin dominar, pero con el potencial suficiente como para pensar que se confirman las sensaciones dejadas en las tres pruebas anteriores, primero en Valencia en noviembre, después en Malasia y Tailandia ya este año. Márquez, Dani Pedrosa y Cal Crutchlow no desentonaron en la vuelta rápida, e incluso en la prueba de más larga distancia se mostraron competitivos -sobre todo el primero y el último-, aunque el favoritismo para Qatar siga señalando hacia otro y otros lados. «Quizás he perdido ligeramente potencial a una vuelta, pero he mejorado en ritmo, que es lo que buscaba para estar más cerca de las Ducati», valoró Márquez, que el viernes había reconocido el favoritismo de Andrea Dovizioso. Y es que Dovizioso, segundo los tres últimos años en la carrera de Losail, fue el que dejó la impresión de tener las cosas más claras. «La Ducati de este año es incluso mejor que la del pasado en este circuito», aseguró el subcampeón del pasado curso, que asume con «mucha felicidad» su rol de candidato al título, algo que se ha ganado con su sensacional 2017 y con un buen invierno en el que no ha dejado muchas dudas en ninguno de los entrenamientos.

«Ha sido casi perfecto, todo lo que hemos probado ha funcionado. Me voy contento a casa pero sin exagerar, porque sé que el fin de semana del gran premio será distinto», explicó el italiano, muy convencido con la versión 2018 de la moto roja, algo que no quedó tan claro en el otro lado de su box. «Todo puede cambiar», declaró un Jorge Lorenzo que mantuvo la línea optimista de su etapa en Ducati sin ocultar que era más competitivo con la Yamaha aunque con la creencia de que con un poco de tiempo todo llegará. La confirmación, en cualquier caso, de que la Ducati sigue siendo muy competitiva vino del lado de Danilo Petrucci, que también compite con la GP18. Petrucci fue uno de los pilotos que mejor simulacro de carrera hizo, lo que da pistas de cómo puede rendir esta moto en Catar. Aunque, como decía una persona de la marca de Borgo Panigale, «es un circuito que se nos da muy bien, pero ha ganado Yamaha en los últimos tres años.».

En concreto Yamaha mejoró su rendimiento en el último día de pruebas. Johann Zarco voló, y se quedó con el mejor tiempo de los tres días, aunque fue mucho más discreto en el vuelta a vuelta; Valentino Rossi finalizó segundo, e hizo una tanda larga muy interesante, aunque reconoció que las dudas residen en si las motos japonesas del equipo de fábrica están capacitadas para exprimir los neumáticos en la distancia real de carrera. Maverick Viñales, ganador en Losail en 2017 y el más rápido en este mismo test hace doce meses, respiró al final del día, aunque confesó que eso no mitiga la preocupación que viene arrastrando a lo largo de toda la pretemporada. «Si mañana fuera la carrera no estaría listo. Estoy bastante confuso después de este test», explicó el catalán. Difícil concluir nada y asignar favoritismos claros, también por la apariencia de igualdad que dejó los tres días en el desierto, con los 12 primeros pilotos separados por 745 milésimas de segundo en un trazado de más de cinco kilómetros de longitud. A esta 'fiesta' de la igualdad se ha sumado este invierno, y más aún en Losail, Suzuki, tanto con Andrea Iannone (ausente el último día por un proceso febril) como con Alex Rins, uno de los más sólidos de la última prueba invernal y de cuya boca salió la confesión de no saber si está para pelear por ganar, por el podio o por ser cuarto.Nada más, y nada menos. En cualquier caso, los interrogantes típicos de la pretemporada se resolverán muy rápido, cuando llegue la hora de la verdad.

Lluvia en el desierto

Quince camiones repartidos en tres grupos de cinco encharcando cada uno unos 400 metros de la pista. Ese fue el sistema elegido por el organizador del campeonato para simular en Qatar lo que podría suponer rodar con la pista mojada, con la dificultad de hacerlo con el reflejo de la luz artificial que ilumina Losail, uno de los atractivos del primer gran premio de cada año. Esta posibilidad, la de correr en lluvia, había sido descartada reglamentariamente por las dificultades que podía conllevar.

El incremento de las opciones de lluvia durante un fin de semana de carreras -en 2009 se tuvo que trasladar la prueba de MotoGP a un lunes por la fuerte tormenta caída el domingo antes de que se apagase el semáforo rojo- ha llevado a hacer este peculiar experimento, que simula estas condiciones, aunque no completamente: no se puede entender cómo afectaría la iluminación artificial si hay una cortina de agua, y el agua vertida sobre el asfalto era limpia, mientras que por su ubicación la que suele caer lleva gran cantidad de tierra, lo que probablemente generaría barro sobre la pista. "La recta estaba muy mojada, bastante más que el resto del circuito", explicó Dovizioso. «Ahí he rodado detrás de Petrucci y era difícil ver. Con poco agua se puede correr, con mucha estaríamos muy al límite». «No sé qué decidirán, pero creo que estamos muy al límite en cuanto a seguridad», ratificó Lorenzo, en una opinión muy mayoritaria entre los pilotos, con alguna excepción, como Márquez. «Por supuesto, ves menos, pero en cuanto a seguridad está bien».

Todos los pilotos tuvieron la obligación de hacer esta prueba, con las salvedades de Iannone, enfermo, y de Pol Espargaró, muy disminuido tras su reciente operación de una hernia discal provocada por la brutal caída a 250km/h que sufrió el segundo día del primer test del año, el de Malasia, y que ya le hizo perderse los tres días en Tailandia. Es más, el de KTM incluso tuvo que descansar el viernes por sus problemas físicos, aunque aguantó un último día de pruebas con casi 50 vueltas, tras las que terminó extenuado.

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