Secciones
Servicios
Destacamos
J. A. GARCÍA
GIJÓN.
Sábado, 20 de enero 2018, 00:09
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Las dudas con las que Pablo Carreño llegó al primer 'grande' de la temporada, después de una preparación con más sombras que luces, se han evaporado en la primera semana de competición. No es solo por el calor, sofocante en Melbourne, sino por la regularidad que ha encontrado en su juego. La pasada madrugada, el raqueta gijonés consiguió alcanzar la cuarta ronda en el Open de Australia tras superar a Gilles Müller 7-6 (7), 4-6, 7-5 y y 7-5, logrando así el mejor resultado en torneo marcado por las altas temperaturas, en ocasiones insufribles para los jugadores, que ya han traslado sus críticas hacia la organización.
«Yo creo que en las pistas que tienen techo retráctil podrían hacernos el favor de ponerlo para que no sea tan difícil jugar. Con este calor, no te entra aire en el cuerpo y no respiras bien», señaló el tenista asturiano. «El cansancio le hacía mella también a él -Muller-. Yo intentaba irme la sombra y pararme cada vez que podía. Me echaba agua o hielo en los descansos. Había momentos en los que pensaba, 'por favor, ¿dónde estoy?' Se me secaba la garganta», explicó el semifinalista del Abierto de los Estados Unidos para describir cómo hacía frente al calor.
Carreño no está teniendo suerte en el sorteo de los horarios de sus encuentros y ayer, sin ir más lejos, tuvo que hacer frente a los casi 40 grados que había a la hora del partido ante el luxemburgués. El asturiano no solo fue capaz de sobreponerse al 'infierno' térmico sino los saques de uno de los mejores cañoneros del circuito. Bien que lo demostró Muller durante el duelo, decorando la estadística cuarenta 'aces', una cifra de récord que, sin embargo, no le valió para doblegar al tenista cincelado en el Grupo Covadonga, que salió vivo del bombardeo y supo sacar máximo provecho a las cuatro bolas de ruptura que tuvo a lo largo de un partido que se extendió durante tres horas y veinte minutos.
Clave resultaron los golpes ganadores del gijonés, que cada día que pasa exhibe un juego más sólido, adaptándose cada vez mejor a los cambios introducidos esta temporada por su equipo de trabajo y que incluyen un cambio en la raqueta, lo que si bien le permite golpear más fuerte también resulta un hándicap a la hora de controlar las bolas.
El siguiente reto que tiene por delante es doblegar al jugador número seis del mundo, Marin Cillic, que se deshizo del estadounidense Ryan Harrison. Será importante que el tenista gijonés, que juega esta noche (01.00), se haya respuesto del desgaste sufrido ante Müller, además del hecho de que esta madrugada encaró el duelo de dobles junto a García López ante la pareja Marrero-Lipsky.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.