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Oficinas de Cajastur en Oviedo.

La carrera de fondo de Cajastur

La caja presidida por Manuel Menéndez lideró una fusión de entidades que vivió éxitos y fracasos y que ahora afronta un nuevo test de estrés clave para su futuro

Enrique Arenas

Domingo, 25 de mayo 2014, 22:25

En 2009 Cajastur era una pequeña caja de ahorros que luchaba por sobrevivir en medio de los nubarrones creados en el negocio bancario y que habían obligado al Banco de España a poner en marcha una operación de concentración de entidades. Salvar la difícil situación de multitud de cajas, más de 30, que tenían al sector al borde de la bancarrota era la principal misión de aquella reestructuración comandada por el presidente del regulador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. La caja de ahorros asturiana, con 15.700 millones de euros en activos, buena solvencia, pero de muy pequeño tamaño, era una de las principales candidatas a ser engullida por los grandes peces que se movían en aquellas aguas revueltas. El martes, tres de noviembre de 2009, sin embargo, Cajastur, que nació en 1946 con la fusión del Monte de Piedad Municipal de Gijón (1929) y la Caja de Ahorros de Oviedo, dio un giro a su futuro. Contra todo pronóstico, la entidad presidida por Manuel Menéndez se hizo con Caja Castilla-La Mancha (CCM), una entidad intervenida por el Banco de España en marzo de ese año y que estaba prácticamente en la quiebra. Ahí empezó la larga carrera de Cajastur.

El pez chico se comió al grande, la caja de Ahorros de Castilla-La Mancha, que tenía unos activos de más de 26.000 millones. Consumada la operación, el nuevo grupo encabezado por Cajastur casi triplicó su tamaño. La caja asturiana pasó a gestionar cerca de mil oficinas (596 con que contaba CCM y las 348 de Cajastur) y 3.900 empleados. De forma conjunta, se creó la octava caja de ahorros por activos de España y una entidad que había pasado casi inadvertida hasta ese momento empezó a ser vista con admiración, especialmente por la valentía con que se había atrevido a hacer frente al morlaco manchego, frente a la reticencia de otras entidades de mayor calibre como Ibercaja o BBK. Para hacerse con el negocio bancario de CCM, Cajastur puso en marcha una operación indirecta a través del denominado Banco Liberta, una entidad inactiva de la caja asturiana que contaba con ficha bancaria y que absorbió los activos y pasivos bancarios de CCM. Con sede en Castilla-La Mancha se convirtió en una filial de la Cajastur

Ocho meses después Cajastur dio otro paso importante en su carrera de fondo. El 27 de julio de 2010 la caja asturiana, Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Extremadura y Caja de Ahorros de Santander y Cantabria suscribieron la creación de una entidad de crédito, en lo que entonces se denominó fusión fría o Sistema Institucional de Protección (SIP). La operación colocaba a Manuel Menéndez como consejero delegado y a Roberto López Abad, de la CAM y ahora procesado por malversación y para quien la Fiscalía anticorrupción pide 6 años de prisión, como director general del nuevo banco, en el que Cajastur pasaba a tener el 40% del capital. En el panorama bancario español nacía el quinto grupo por activos, denominado provisionalmente Efibank, con 127.267 millones, justo por detrás del Banco Popular. Entre las cajas de ahorros Efibank pasó a ocupar el tercer puesto en el ranking, por detrás de la unión de Caja Madrid y Bancaja, y de La Caixa.

Las dificultades no habían hecho más que empezar, porque llegaron las primeras dudas sobre Caja del Mediterráneo, que acabarían haciéndola salir, tras un fuerte escándalo que acabó en un procesamiento masivo a los directivos de la CAM, acusados de haber saqueado la entidad. El resto de las cajas siguieron su camino en solitario.

Las pruebas de resistencia o test de estrés puestas en marcha por la UE como paso previo para aprobar las ayudas a la recapitalización de la banca española constituyó a finales de 2012 un gran quebradero de cabeza para el nuevo banco.

Los resultados no fueron buenos y el SIP de cajas se unió con Ibercaja, la entidad presidida por Amado Franco, para tratar de superalos. La auditoría de Oliver Wyman detectó que el grupo de Cajastur tenía un déficit de capital de 1.198 millones de euros y Liberbank, Ibercaja y Caja3 pusieron en marcha de manera conjunta el plan de recapitalización.

El resultado llevó a la aplicación de un ajuste laboral y salarial en la plantilla para los 5.250 trabajadores de Liberbank y su filial, Banco CCM, 1.400 de ellos de Cajastur.

La Autoridad Bancaria Europea tiene en marcha un nuevo test de estrés y para tratar de superarlo de la mejor manera posible, Liberbank acudió a una ampliación de capital que finalizará el 11 de junio. Con ello, la dirección espera reforzar el banco en 576 millones de euros y después a esperar lo que digan los expertos europeos con las nuevas pruebas.

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