Arcelor anuncia más paradas mientras abre una línea de galvanizado en Francia

La plantilla de ArcelorMittal en Asturias tendrá que hacer frente a nuevas paradas durante la próxima semana. Así lo anunció ayer la multinacional a los sindicatos después de varias jornadas en las que, precisamente, la falta de pedidos y los malos augurios en torno al futuro de las plantas asturianas han marcado la agenda del gigante siderúrgico. En concreto, las instalaciones afectadas esta vez serán los trenes de alambrón y chapa de Gijón, que pararán el 8 y 9 de octubre en el caso del primero y el 9 y 10 de octubre en el caso del segundo. La empresa alude a la falta de cartera como causa principal de esta medida.

Estos recortes en la producción se suman, por tanto, a los ya anunciados en decapado, tándem 1 y 2, precocido continuo, las dos líneas de galvanizado y las dos de hojalata. Este es el mes con más paradas desde, incluso, antes de la crisis, un extremo que sorprende a los sindicatos ya que, a su juicio, «la situación no es tan catastrófica como la venden y también sorprende que se apresuren tanto con los anuncios de paradas justo después de anunciar los malos datos que prevén para los próximos meses», según apunta un miembro del comité de empresa de la multinacional.

La situación, asimismo, contrasta con recortes mucho más tímidos en otras plantas del grupo y hasta la apertura de nuevas instalaciones. Es el caso de la factoría francesa de Florange, donde se pararon los hornos altos en 2013. Desde entonces se han invertido 321 millones de euros, sobre todo para mejorar y diversificar la producción para el sector de la automoción. Coincidiendo prácticamente en el tiempo con el anuncio de recortes en las instalaciones de galvanizado de la planta avilesina, en la factoría gala se inaugurará una nueva línea de galvanizado, en concreto de acero Usibor, muy demandado por la industria del automóvil y que ha recibido 89 millones de inversión. Se espera que la producción de esta aleación aumente progresivamente a lo largo de los próximos meses hasta llegar a 800.000 toneladas a partir del próximo año.

Por otro lado, a partir del próximo lunes, cerca de 320 trabajadores de las baterías de cok de Avilés -en torno al 90% de los empleados allí- se incorporarán a las instalaciones de Gijón.

Sobre la crisis de Arcelor se pronunciaron ayer tanto el presidente del Principado, Adrián Barbón, como el presidente de la patronal asturiana, Belarmino Feito. El primero reconoció la preocupación que existe dentro de su Gobierno sobre los recortes de la empresa, aunque insistió en que estos problemas no son exclusivos de Asturias y su solución tampoco se encuentra aquí.

En este sentido, puso en valor la reunión que ya avanzó este periódico el pasado martes que mantendrán el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el presidente y máximo accionista de ArcelorMittal, Lakshmi Mittal. Esta reunión será, a juicio de Barbón, «fundamental», dado el carácter de multinacional de la compañía. El hecho de que el Gobierno esté en funciones, sin embargo, restará opciones al Ejecutivo para acometer reformas de calado.

Feito, por su parte, reconoció que no se imagina un Principado sin la siderúrgica. Según explicó, los más de 8.000 empleos que genera de manera directa la compañía en la región -sumando a los trabajadores en plantilla y los de las auxiliares-, se dispararían a entre 24.000 y 36.000 empleos indirectos que dependen directamente de sus las plantas. «Hay riesgos y amenazas sobre la industria, por tanto, que hay que combatir», concluyó el líder de la patronal.