«Si los autónomos nos uniéramos para cerrar una semana, el país se iría a pique»

Rosa Suárez deja, tras doce años, la presidencia de las Asociaciones Federadas de Autónomos de Asturias (Afas). Esta semana anunció que el empresario gijonés Héctor Jareño la sustituirá en la ardua tarea de dar voz a un colectivo que pretende recuperar con orgullo la palabra empresario. «Un empresario es un emprendedor todos los días. Cada vez que subes la persiana, lo que hiciste el día anterior no vale».

Se va después de haber estado al frente de Afas desde su creación.

Entré en el mundo asociativo a través de la Asociación Gijonesa de Autónomos y, más tarde, fui presidenta de Autónomos Profesionales del Principado de Asturias (APPA). En 2003, vimos que había muchos sectores que se nos escapaban y creímos interesante crear una federación a nivel regional. Los fundadores fuimos APPA, UITA y el sindicato del taxi, pero hoy sumamos 23 asociaciones y 3.500 autónomos.

Cuenta que su mayor orgullo es haber dado visibilidad a su colectivo.

En Asturias hay 34.864 autónomos sin trabajadores; 20.840, que tienen uno o dos empleados; 6.039, con entre 3 y 5 contratados; 2.225, con entre 6 y 9, y 1.307 que emplean a entre 10 y 19 personas. Merecen visibilidad. Se piensa en los empresarios sin tener en cuenta que el 53% de los autónomos no tienen asalariados y un 44% tiene menos de diez.

¿Y dio el paso sin más?

Cuando empezamos éramos cuatro locos. Nadie entendía por qué queríamos ponernos al frente de una asociación de autónomos, algo que no se había visto hasta el momento.

Fueron años de cambios...

En la época de la reconversión industrial se perdieron muchos trabajos. Entre ellos, el mío. Yo trabajaba como maestra de camiseras en Sincos y, cuando la absorbió Ike, muchas nos quedamos en la calle. Viendo la situación, decidí ponerme a hacer camisas por mi cuenta. Al principio solo trabajaba para amigos pero, en 1983, monté un taller. Las cosas no salieron bien. Siempre digo que es muy raro que el primer negocio funcione. Trabajábamos para un único cliente, para el que hacíamos 30 ó 40 camisas diarias. Un buen día, me dijo que no tenía más trabajo ¡Me quedé con el taller, siete empleadas y sin trabajo!

¿Cómo salió adelante?

Me empecé a buscar la vida, a hacer camisas a medida, a diseñar y a vender en tiendas... Y me fue estupendamente. Llegué a tener 12 trabajadoras entre el taller y la tienda. Me prejubilé por enfermedad teniendo mi propia marca y una tienda en La Calzada, Rosa La Camisa, que funcionaba muy bien. Cuando tú crees en algo, acaba funcionando. Que te vaya mal el primer negocio no es un fracaso, es ganar experiencia.

¿Cómo ha ido variando la situación de los autónomos?

Como decía, uno de los cambios más importantes es que ahora se nos visualiza. Al principio no teníamos mucha credibilidad, como si por tener una tienda fuésemos los ricos del barrio. Tras la reconversión industrial, muchos nos lanzamos a hacer lo que sabíamos porque necesitábamos trabajar y la gente, poco a poco, se fue dando cuenta de nuestra problemática.

¿Hace balance positivo de sus años como presidenta de Afas?

En el ámbito asociativo, totalmente. Llevó muchos años de esfuerzo y trabajo, nos queremos como una familia. Creíamos en algo y luchamos por ello sin que nadie cobrase. Hoy, vemos cómo la opinión de los autónomos ya cuenta algo, salimos en la prensa, nos llaman los grupos parlamentarios...

¿Sólo en el ámbito asociativo?

En el económico aún no hemos mejorado demasiado. Sigue habiendo una gran desigualdad con respecto a los trabajadores por cuenta ajena o de otros regímenes. No tenemos paro porque, aunque cotices para ello, el papeleo exigido es tan brutal que nunca consigues cobrarlo. No entiendo cómo los políticos tienen la desvergüenza de callar ante nuestra situación: pagamos por ser autónomos más que en ninguna parte de Europa y nuestras pensiones no llegan al sueldo mínimo interprofesional. Yo tengo 20 años cotizados por el régimen general y 19 por autónomos. En total, 39 años. Y cobro 630 euros, cuando hay pensiones no contributivas de 400. ¿Me ha merecido la pena exponer mi patrimonio, mis ahorros y haber trabajado 40 años?

¿Siguen sintiéndose incomprendidos? Cuando los trabajadores de una gran empresa están en dificultades, la gente se echa a la calle...

Pero empiezan a darse cuenta de lo mal que lo están pasando los autónomos, porque en casi todas las familias hay alguno. Nuestro problema es que no tenemos un lugar de trabajo común, un espacio compartido con los de nuestra misma especie, y eso provoca dificultades para organizarnos. Si nos uniéramos de verdad, con cerrar una semana nuestros negocios el país se iría a pique. Pagamos más impuestos que nadie. En 2015 se nos ha rebajará el tipo de retención del IRPF del 21 al 19% y, al parecer, en 2016 lo dejarán en el 18%. Antes de la crisis, teníamos el 15%. Mientras, las grandes empresas siguen con el 9,9%.

Sigue costando que los profesionales de algunas actividades emitan factura...

Eso se debe a la mala educación cívica que tenemos los ciudadanos. No nos damos cuenta de que así perdemos todos. Pero si yo acepto que no me hagan factura para no pagar IVA no es solo responsabilidad del autónomo. Hay que denunciar esas cosas.

¿Apela a la responsabilidad del consumidor?

Es como en lo relativo a los bazares asiáticos y la importación de China y alrededores. Esos productos vienen de la más pura esclavitud y, contra eso, no hay competencia posible. Hay que mentalizar a la ciudadanía del consumo responsable, porque son los puestos de trabajo de nuestros hijos y nietos. Se están perdiendo sectores de producción enteros.

¿Cómo les ha afectado la crisis, en cifras?

En 2008, éramos 82.200. Ahora, 76.129. Ha crecido muchísimo la morosidad, que ha hundido muchas pequeñas empresas. Hace tres años propusimos en la Junta que se estableciera un mecanismo para controlar que el dinero que la Administración paga a sus contratistas llegue a los subcontratistas. Para evitar que, por ejemplo, la UTE creada para determinado proyecto cobre, se disuelva y desaparezca, dejando a los autónomos sin cobrar un euro. Seguimos esperando una solución. Por otra parte, existe una ley de morosidad que obliga a las administraciones a pagar a 30 días. En Asturias se está pagando a 115.

¿Ve en Héctor Jareño la persona adecuada para afrontar estos retos?

Sí. Creo que el nuevo presidente va a seguir la línea de trabajo de la federación, pero para los nuevos tiempos hace falta gente nueva, con nuevos proyectos e ideas. Héctor tiene una gran capacidad de trabajo, es un luchador, está formado y creo que va a responder muy bien. Me tendrá siempre para lo que necesite.

«No me arrepiento de nada»

Estos últimos meses como presidenta han estado marcados por un desencuentro con el Principado, ¿se va con sabor agridulce?

No me amargaron la despedida porque siempre he tenido muy claro lo que quiero y lo que debo hacer. Cuando veo una injusticia, no me puedo frenar sea o no el responsable afín a mi ideología. Yo soy representante de una federación y no podía obviar la injusticia que se cometió con nosotros. No me arrepiento de nada porque no tuvimos la culpa de lo ocurrido. Sin mediar explicación, decidieron organizar el día del autónomo en la Feria -que nosotros impulsamos en su primera edición- sin contar con Afas, así que organizamos la VII edición por nuestra cuenta, en el Auditorio de Oviedo. Ellos no nos invitaron, nosotros a ellos sí. No asistió nadie del Gobierno regional. Vinieron representantes de todos los grupos políticos, incluso de partidos como Podemos o Ciudadanos, sin representación en la Junta. Todos, menos el PSOE. El desencuentro lo tuvieron ellos con nosotros, no al revés.

¿Tuvo esta polémica algo que ver con su marcha?

No, en marzo ya había anunciado a la junta directiva de Afas que en diciembre había elecciones y yo no iba a seguir. Creo que es mejor dar el relevo y ayudar al nuevo presidente a tomar las riendas de la asociación.

¿El cambio facilitará que se reconduzcan las relaciones con el Gobierno regional?

Si ellos quieren, sí. Conmigo no quisieron. Insisto en que si hasta ahora no ha habido un acercamiento fue por decisión de ellos. Yo solo he dicho la verdad. Si hubiese mentido, habrían salido a dar explicaciones.