Vista aérea de la planta de Arcelor en Gijón. Damián Arienza

La avería del horno alto 'B' deja a las plantas asturianas de Arcelor en la máxima incertidumbre

La siderúrgica plantea ahora llevar a cabo una nueva maniobra para la que ha solicitado la colaboración de la plantilla del horno 'A'

Domingo, 7 de diciembre 2025, 00:30

Hay una profunda preocupación en Asturias por las consecuencias de la avería del horno alto 'B' de Arcelor, que acumula más de dos meses ... sin producir. La inquietud se extiende desde las plantas de Gijón y Avilés al conjunto de la región, ya que la actividad directa de la siderúrgica aporta alrededor del 12% del Producto Interior Bruto (PIB) asturiano, todo ello sin contar el negocio indirecto e inducido del que tira. Las operaciones efectuadas desde finales de septiembre para tratar de arrancar y estabilizar la instalación han resultado infructuosas. Tras introducir la oxilanza –herramienta mediante la que se introduce oxígeno y gas propano– por distintas zonas, no se ha logrado retirar el arrabio que está solidificado en el interior del horno.

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Hoy está previsto que se lleve a cabo una nueva maniobra nunca antes realizada en las plantas asturianas, que consiste en actuar en dos piqueras –oquedades por donde se da salida al arrabio–, la de emergencia y la sur. Para ello, la empresa ha solicitado la colaboración voluntaria de la plantilla que trabaja en el horno alto 'A', cuyos turnos se alargarán hasta 12 horas, ante la necesidad de contar con personal experimentado durante un periodo de entre tres y siete días como máximo.

Arcelor confía en que mediante este procedimiento pueda obtener resultados beneficiosos. En una reciente reunión mantenida con los sindicatos para analizar el estado de los hornos altos, trasladó su rechazo a acometer la operación de enfriamiento y posterior vaciado, que sería muy costosa y que, casi con total seguridad, requeriría del permiso de la cúpula de la multinacional en Europa. Además, se prolongaría durante, al menos, tres meses. Así las cosas, la solución es muy compleja y las plantas asturianas están sumidas en la máxima incertidumbre, funcionando a medio gas desde que a finales de septiembre el horno alto 'B' parara para someterse a trabajos de mantenimiento.

Precisamente, el objetivo era adecuarlo para garantizar que estuviera en las mejores condiciones cuando tuviera que operar en solitario, ante el cercano final de la vida útil del horno 'A', que se calcula en 2026. Una instalación cuya producción de arrabio resulta insuficiente para abastecer a todos los talleres de laminación, de ahí que haya sido necesario desplegar el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que Arcelor tiene vigente hasta el 31 de diciembre, y para cuya renovación ya se han iniciado las negociaciones.

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Esta inactividad generalizada también afecta a las empresas auxiliares, que ven cómo se les reduce la carga de trabajo y tienen que regular a sus propios trabajadores. Asimismo, la siderúrgica ya trasladó a los sindicatos que, de cara al periodo vacacional navideño, se contratarán menos trabajadores eventuales ante la caída de actividad de las factorías.

Arcelor reconoce que no hay fecha para la estabilización del horno alto 'B'. La última previsión era poder tener arrabio consumible a finales de diciembre, con lo que se estimaba que la producción podría normalizarse entre finales de enero y principios de febrero de 2026. Para que se cumpliera este calendario era necesario que los procedimientos realizados el pasado fin de semana tuvieran éxito, y no ha sido así. La introducción de la oxilanza por la piquera del centro no solo no dio los frutos esperados, sino que llegó a subir la escoria por las toberas, incrementando así el atasco. Las continuas maniobras efectuadas en estos dos meses en las que se taladra el crisol con lanzas suponen un maltrato, por lo que los responsables de la instalación han solicitado al grupo una puesta a punto del horno alto 'B', que también precisaría de la autorización de los altos mandos y de una preparación previa de dos años, de manera que su ejecución no sería hasta 2028.

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Producción

La avería de esta instalación de cabecera ya se ha dejado notar en la economía asturiana. Tras cinco meses consecutivos en positivo, la producción de la industria regional vuelve a caer. Y lo hace con fuerza, un 5,9% en comparación con octubre del pasado año. Según el análisis difundido por Sadei, el principal motivo de esta contracción que marca un cambio de tendencia es la parada del horno B.

El desplome de la actividad en las factorías de Gijón y Avilés se produce en un momento crucial para Arcelor, que «se está preparando para incrementar la producción en sus instalaciones de toda Europa, anticipándose al cambio neto en la demanda derivado de la medida de contingentes arancelarios de la Unión Europea». En este sentido, Geert Van Poelvoorde, CEO de ArcelorMittal Europa, aseguró a finales de noviembre que la compañía puede «satisfacer adecuadamente» la demanda de sus clientes europeos con acero producido en este territorio.

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En este punto, la firma que controla la familia Mittal mantiene su exigencia a la Comisión Europea de que se introduzca de manera «urgente» el nuevo contingente arancelario presentado en octubre.

La «invariable situación negativa» sigue lastrando a la siderurgia

La «invariable situación negativa –aranceles estadounidenses y disrupciones comerciales, tensiones económicas y geopolíticas, una demanda débil y prolongada, y precios energéticos aún elevados– sigue lastrando el mercado siderúrgico europeo».

Así lo aseguró esta semana Eurofer, la patronal del acero del Viejo Continente (a la que pertenece Arcelor). Los datos que maneja revelan que, en el segundo trimestre, el consumo aparente de acero revirtió su breve recuperación y volvió a caer tras dos modestos aumentos consecutivos (-1,8%, tras un +2,2% en el primer trimestre), hasta los 34,3 millones de toneladas.

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Las perspectivas confirman para este año «una nueva recesión tanto en el consumo aparente de acero (-0,2%) como en los sectores consumidores de este producto (-0,5%)». Así, las proyecciones sobre la demanda siguen siendo «extremadamente inciertas, ya que no se esperan mejoras antes del primer trimestre de 2026» y están condicionadas a una evolución positiva de la industria y a una disminución de las tensiones mundiales.

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