La burocracia impide a las compañías asturianas contratar fuera de la UE

Sin embargo, polémicas al margen, la propuesta del presidente de los constructores sigue la estela de otros sectores de gran peso en la economía regional, como el metal y las tecnológicas (TIC), aquejados también de falta de profesionales cualificados que, en un momento determinado, exploraron esta vía y, ciertamente, chocaron con una realidad normativa complicada. Los requisitos legales hacen prácticamente imposible la contratación de trabajadores no comunitarios.

Para empezar, todo está marcado por lo que se denomina situación nacional de empleo, que refleja la situación de la demanda y la oferta de las ocupaciones en España. Se elabora con los datos procedentes de los servicios públicos de empleo y queda plasmada en el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura, donde figuran los trabajos susceptibles de ser cubiertos a través de contratación de extranjeros y que se publica trimestralmente en el Boletín Oficial del Estado.

«Actualmente, en ese catálogo solo aparece que se precisan profesionales vinculados al sector naval y marina mercante y, lo que es un absoluto escándalo, deportistas y entrenadores profesionales», explica Enrique Jáimez, director general del Clúster TIC Asturias. «Puedes fichar a cualquier deportista o entrenador extranjero, eso que no falte, pero no profesionales que contribuyen a crear riqueza, es lo que hay», comenta resignado el representante del sector tecnológico.

A esta situación se enfrentó la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), que hace más de una década, ante las carencias de trabajadores para las compañías del metal asturiano, lideró la contratación de trabajadores en Iberoamérica para este sector. De momento, desde la patronal asturiana están prestando apoyo técnico, jurídico e informativo a las empresas que lo requieren, pero, en el corto plazo, no volverán a realizar una actuación integral como la de entonces, que incluyó la selección de personal en origen. «Aunque no la descartamos si surgiera la necesidad», explica Ignacio García López, director del área de Apoyo Corporativo de Fade.

Desde la patronal, que tiene entre sus prioridades adaptar la formación a las necesidades reales de las empresas y la orientación a las demandas del mercado, también son conscientes de que «estos procesos llevan un tiempo y a veces chocan con la necesidad empresarial, que requiere una resolución inmediata», comenta García López.

De vuelta al proceso de contratación de extranjeros, hay alguna excepción al Sistema Nacional de Empleo, como los convenios internacionales con Chile y Perú o la declaración de ocupaciones de difícil cobertura. El empleador tiene que solicitar al Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) que emita un certificado cuando no puede cubrir una vacante, algo que no es sencillo, ya que este organismo prioriza cubrir las demandas con nacionales a través de la formación.

«Esto falla fundamentalmente porque actualmente el mercado de laboral se mueve en internet, donde las empresas publican sus ofertas y donde los desempleados buscan empleo, con lo cual los datos del Sepe no cubren todo», explica García López. «Si al término del proceso selectivo a través del Sepe no se encuentra el trabajador requerido, hay que solicitar el certificado con el que iniciar un expediente que, por lo menos, tarda tres meses en resolverse y en el que la Delegación del Gobierno debe emitir su valoración para que el trabajador al que se va a contratar pueda iniciar sus trámites legales personales», añade.

«El caso es que, salvo en casos de ocupaciones que no sean de difícil cobertura o en las que el Sepe certifique las dificultades de contratación en una ocupación determinada, la contratación de extranjeros está prácticamente vedada, con lo que se desaprovecha una oportunidad de conseguir personal cualificado que ayudaría a solucionar el problema que tienen ciertos sectores», apunta Belén Fraga, socia de Derecho laboral de Vaciero.

«Las complicaciones son colosales, la burocracia para que una actividad pase al catálogo es compleja y extremadamente lenta y existe una incoherencia evidente entre los perfiles de las personas desempleadas registradas en los servicios públicos de empleo y los que realmente necesita el sector», comenta el director del Clúster TIC Asturias. El sector tecnológico ha querido afrontar la escasez de profesionales con la captación de no comunitarios.

«Nos hemos reunido con la Delegación del Gobierno y nos han informado de que, con la excepción de trabajadores de Perú y Chile, países con los que existen convenios vigentes, la legislación y la tramitación hacen que la respuesta a las necesidades del mercado laboral sean absolutamente ineficientes. Esto implica un tremendo riesgo de pérdida de oportunidades para Asturias y para España y de incapacidad, por ejemplo, para ejecutar los proyectos que se podrían financiar con los fondos europeos para la digitalización», añade Jáimez.

Ante este choque con la burocracia, el sector tecnológico está buscando otras soluciones. «Algunas empresas se han visto obligadas a abrir sedes en el extranjero para contratar desde ellas a profesionales que les permitan ejecutar proyectos y nosotros estamos estableciendo acuerdos de colaboración con los municipios colombianos de Medellín y Manizales y los estados mexicanos de Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Michoacán y Zacatecas, que nos permitan facilitar el traer egresados de sus universidades combinando estudios y prácticas empresariales», explica el director del Clúster TIC.

En la construcción falta mano de obra de casi todos los oficios (capataces, jefes de obra, encofradores, albañiles, operadores de grúa...), pero el problema se va a extender irremediablemente por la situación demográfica de Asturias. «Hay muchas actividades, como la sanidad, la agricultura, la metalurgia, los transportes y otros , en las que las edades de los profesionales ya están muy próximas a la jubilación y no hay relevo», apunta desde Fade Ignacio García López.