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La vicepresidenta económica, Nadia Calviño; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en Madrid, tras reunirse el verano pasado. EUROPA PRESS
Un centenar de organismos y 550 convocatorias al año atascan los fondos europeos para las pymes

Un centenar de organismos y 550 convocatorias al año atascan los fondos europeos para las pymes

Las empresas asturianas de menor tamaño ven «inaccesibles» las ayudas, que implican trámites complejos y plazos cortos

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Lunes, 19 de septiembre 2022, 00:19

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La lluvia de millones de los fondos 'NextGeneration' no acaba de empapar la economía. Es una queja del sector empresarial que se hace más preocupante a medida que pasan los meses. Se esperaba que 2022 fuera el año de su impulso, más aún con las acuciantes necesidades de las compañías por el impacto en de la guerra de Ucrania, pero el dinero no acaba de fluir. A este retraso se suma también el laberinto burocrático que suponen. En plena batalla de las administraciones por aligerar estos procesos, las solicitudes implican un muro que las pequeñas empresas en muchos casos no pueden sortear.

El peligro es que, finalmente, no se aproveche la palanca que pueden suponer los fondos: 2023 es la fecha tope para que estén comprometidos y en 2026 deben de estar ejecutados. El calendario de las convocatorias previstas en el plan de recuperación se publica cada semestre y en él se recogen las ayudas. Según los cálculos empresariales, las convocatorias que se tramitarán durante 2022 superan las 550, con un presupuesto por encima de los 35.000 millones de euros. No obstante, son 82 de ellas las que acaparan el grueso de la financiación, las que cuentan con más de 100 millones asignados. En total, aglutinan más del 86% del presupuesto, más de 30.100 millones, mientras que el resto se reparte entre más de 460 convocatorias.

Atomización de convocatorias

A esa fragmentación de los llamamientos se suma el entramado de organismos gestores, que se acercan al centenar. Están los distintos ministerios, las comunidades autónomas o las cámaras de comercio, pero también direcciones generales, fundaciones, museos o institutos de todo tipo, desde el de ciberseguridad al de la cinematografía, pasando por el de la diversificación y ahorro de energía. «Esta atomización de convocatorias y entidades gestoras dificulta el acceso a la información y la gestión de las solicitudes de ayudas», denuncian fuentes empresariales, que consideran un auténtico galimatías el entramado creado.

Además, cada uno de los organismos dispone de su propia plataforma, algunas con trámites sencillos, pero otras se convierten en un freno burocrático más. Las pymes asturianas reconocen que este proceso es «muy complejo» para ellas, que resulta muy difícil seguir la publicación de las convocatorias, comprender las bases reguladoras de las ayudas y familiarizarse con las plataformas para tramitarlas. En ocasiones resulta incluso complicado encontrar los enlaces iniciales. «Todo esto dificulta mucho que las solicitudes de ayuda puedan presentarse en plazo», explican.

Porque ese es otro problema que denuncian las empresas. Tras esperar meses por la convocatoria que interese, en muchos casos apenas se dan dos semanas para cumplimentar todo el proceso. Se exige estar muy pendiente de cuándo sale y qué se pide, tenerlo preparado y presentarlo, algo a veces imposible para pymes con poco músculo y menos rodaje que las grandes compañías.

De hecho, María Calvo, presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), duda del impacto que tendrán finalmente los fondos. «Está por ver y solo podrá ser motivo de evaluación cuando estén adjudicados, desarrollados, ingresados y ejecutados», ha apuntado en diversas ocasiones, así como su preocupación por que «no lleguen con la rapidez y fluidez que se necesite». Uno de los empresarios asturianos más claros a la hora de denunciar este laberinto es el presidente de Femetal, Antonio Fernández-Escandón. En la asamblea de esta patronal sectorial el pasado mes de julio, calificó de «inaccesibles» los fondos por su «enrevesada tramitación y el exceso de burocracia». Solo uno de cada cuatro euros ha llegado a las empresas y estas deben ser «las principales receptoras», argumentó.

Lo cierto es que, además, los 70.000 millones de euros en transferencias directas que recibirá España de los fondos NextGenerationEU ya no valen lo mismo por el efecto de la inflación, un hecho que agrava aún más cualquier tipo de planificación. La incertidumbre tampoco ayuda para decidir inversiones, ya que se exigen aportaciones importantes por parte de las compañías.

Y esto no es tan problemático en las subvenciones de menor tamaño y de carácter más sencillo, pero resulta enorme en las verdaderamente transformadoras. Convocatorias como el kit digital, que pueden llegar a financiar a hasta 375.000 pymes -cuenta con unos 1.500 millones- tienen procesos de solicitud más sencillos. Además, también está resultando una ventaja que sean 'agentes digitalizadores', en vez de las compañías, los que llevan la gestión de estas ayudas. Sin embargo, tampoco son la panacea. Se trata de apoyos por un importe reducido, entre 2.000 y 12.000 euros, dependiendo del tamaño de la empresa, repartidos en nueve categorías de soluciones con límites máximos para cada una de ellas. Las pymes también creen que esos topes pueden dificultar que se haga finalmente uso del 100% del kit.

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