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Una empleada del hogar realiza su trabajo en un domicilio. EFE
La crisis golpea la situación laboral de las asturianas con más tiempo en el paro y sueldos menores

La crisis golpea la situación laboral de las asturianas con más tiempo en el paro y sueldos menores

Según la EPA, el desempleo en el primer trimestre se centró en el colectivo femenino, muy dependiente del sector servicios

JOSÉ L. GONZÁLEZ

GIJÓN.

Domingo, 1 de mayo 2022, 01:47

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La incorporación de la mujer al mercado laboral ha sido un proceso gradual que en España comenzó a desarrollarse con intensidad en los años 80. A lo largo de estas cuatro décadas, los avances han sido muchos, pero la igualdad está muy lejos de lograrse. Un análisis de los datos de la última Encuesta de Población Activa revela que las mujeres siguen teniendo peores registros que los hombres en multitud de variables que miden el estado del mercado de trabajo, como el desempleo, la actividad, la ocupación, el paro de larga duración, la temporalidad y la parcialidad. Y, cuando llega una crisis, son las primeras en sufrir el golpe. En los tres primeros meses del año, muy condicionados por la crisis energética, la guerra de Ucrania y el paro del transporte, el desempleo se ha incrementado de forma mucho más notable entre las mujeres que entre los hombres. De hecho, la encuesta señala que entre los hombres bajó en 100 personas, mientras que entre las mujeres se incrementó en 8.600.

Encontrar las razones que expliquen este fenómeno no es una tarea sencilla. Las cuestiones culturales entran en juego para tratar de esclarecer una situación que con el tiempo va paliándose, pero en la que aún existe una enorme brecha. «La mujer vive la segregación laboral, que la enfoca hacia el sector servicios, donde hay peores condiciones y salarios más bajos. Los hombres ocupan masivamente la industria y la construcción», explica César Rodríguez, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Oviedo.

La distribución de las mujeres trabajadoras por sectores económicos refleja que el 91% de ellas se emplea en los servicios, el sector que se llevó el mayor golpe en número de parados en el primer trimestre del año. Su presencia en la industria y la construcción, que contuvieron mejor los embates económicos en el arranque del ejercicio y que cuentan con mayores salarios y mejores condiciones, es poco más que testimonial. Solo un 5% de las mujeres ocupadas desarrolla su labor en el primer sector, mientras que la tasa en el segundo desciende hasta el 1%. «La minería, la siderurgia, el metal y el naval fueron motor económico de la región durante décadas y ahí no hay presencia femenina. Son sectores muy masculinizados», sostiene Carolina Martínez, catedrática del área de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad de Oviedo.

La descripción de la situación laboral de las mujeres asturianas que arroja la EPA muestra la enorme diferencia con respecto a los hombres. Los datos reflejan que hay 8.000 mujeres desempleadas más que hombres, yendo por delante en casi todas las franjas de edad, a excepción de la que cubre el tramo entre los 45 y los 54 años. La tasa de empleo es 11,5 puntos inferior y la de paro, 2,3 superior. Ni siquiera la educación salva a las mujeres a la hora de acortar la brecha con los hombres. De las 19.800 personas paradas con estudios superiores, 12.500 son mujeres.

El paro de larga duración, el que afecta a personas que llevan un año o más buscando empleo, también afecta más a las mujeres que a los hombres. En Asturias, hay 24.700 personas en esta situación, un 47% de los 52.600 parados totales que refleja la EPA. La distribución por sexos señala que de ellas, 13.500 son mujeres, por 11.200 hombres. De hecho, en el primer trimestre, mientras que 3.900 hombres salieron de esta situación, 800 mujeres se sumaron a ella.

Educación y orientación

Si el foco se pone en la temporalidad, los datos muestran que el porcentaje de mujeres ocupadas que cuentan con un contrato temporal es casi cinco puntos superior al de los hombres. En términos absolutos, hay 41.200 mujeres con contrato temporal por 38.300 hombres. La brecha en términos de parcialidad es aún mayor. De las 46.100 personas que cuentan con una jornada laboral de este tipo en Asturias, 38.100 son mujeres. En la comparación con el último trimestre del pasado ejercicio, hay 2.100 hombres menos con contrato parcial por las 1.000 mujeres más que están en esta situación.

Detrás de los datos hay cuestiones como la educación y la orientación laboral, que tienen un gran peso en el hecho de que se produzca esta situación. La formación orientada a la industria, ya sea de grado medio o superior, sigue contando con una mayoría de hombres, lo que contribuye a perpetuar que sea un sector masculinizado. «Es un poco un círculo vicioso. Las mujeres siguen sin optar por carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés) y en la Formación Profesional de estos sectores tampoco hay chicas», sostiene Carolina Martínez.

La conciliación también juega un papel importante a la hora de analizar este fenómeno. Las mujeres siguen dedicando más tiempo al cuidado de los hijos, lo que lastra en muchos casos sus carreras profesionales. «Las mujeres tienen más responsabilidad en las tareas domésticas y de cuidados de los hijos que los hombres», señala César Rodríguez.

Situación en otros países

El fenómeno que se produce en Asturias no es exclusivo de la región. El catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Oviedo apunta que se reproduce no solo en España, sino también en muchos otros países. «El problema de la segregación laboral de la mujer es una constante del mercado de trabajo de muchos países». Rodríguez señala por ejemplo que, en Holanda, el 70% de las mujeres trabajan a tiempo parcial. En Gran Bretaña también hay una gran parcialidad entre las mujeres, en este caso de forma mayoritariamente involuntaria.

Carolina Martínez explica que muchas mujeres optan además por el empleo público en busca de mayores facilidades para conciliar, ante la creencia de que en el sector privado van a tener menos oportunidades de hacerlo. «Cuesta superar esas trabas culturales y educativas que tienen que ver con mercado de trabajo».

Otra de las cuestiones que afecta a las mujeres es la brecha salarial. Cálculos realizados por economistas en los que se extraen diferentes variables para tratar de dar con el dato más puro señalan que la diferencia en la percepción salarial alcanza el 15%. «Sus salarios están por debajo y no solo estamos hablando de los sueldos medios. La discriminación está prohibida, pero sigue habiendo desigualdad», sostiene Rodríguez, quien cree que el remedio a esta problemática se alcanzará con «tiempo. Son procesos históricos que poco a poco se van suavizando».

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