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Belarmino Feito, en el centro, con un grupo de invitados ante una pieza de uno de los proyectos de vanguardia de la compañía.
La figura del empresario se reivindica en la celebración del 25 aniversario de Asturfeito

La figura del empresario se reivindica en la celebración del 25 aniversario de Asturfeito

La empresa asentada en el PEPA muestra su enorme potencial internacional y es puesta de ejemplo por el presidente del Principado y el de FADE

JOSÉ MARÍA URBANO

Miércoles, 19 de noviembre 2014, 00:19

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Belarmino Feito sufrió en 1993 los embates de una crisis producida por la suspensión de pagos de una importante subcontrata asturiana de una multinacional. Sólo cuatro años después de haber iniciado su andadura como empresario se dio de bruces con una realidad que le llevaba cada noche, cuando llegaba a casa, a acomodarse ante la cuna de su hija Lucía y meditar sobre la incertidumbre que le embargaba a él y a su familia. «No sabía si tendría que coger la cuna de mi hija y volver a casa de mis padres o a ir a vivir debajo de un puente».

Sobre esta confesión tan personal giraron ayer los discursos pronunciados en el acto oficial de la celebración del 25 aniversario de Asturfeito, la empresa fundada y dirigida por Belarmino Feito, que ayer fue puesta como ejemplo de superación y que sirvió para reivindicar la figura del empresario.

Ante un nutrido grupo de representantes del mundo económico, político y social del Principado de Asturias, Belarmino Feito quiso celebrar ayer en su propia empresa, en el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) de Avilés los 25 años de una carrera de obstáculos, pero también los de una historia de éxito, los de una compañía que nació en un pequeño taller de apenas cuarenta metros cuadrados en el barrio de La Argañosa, en Oviedo, hasta convertirse hoy en un referente de la internacionalización del tejido industrial asturiano, con presencia en sectores como el de las instalaciones científicas, el oil&gas y el nuclear. Con una plantilla de 180 trabajadores, Asturfeito opera hoy en los cinco continentes, en más de cuarenta países y destina ya nada menos que el 95% de su producción al exterior.

El empresario quiso hacer ayer partícipe de este aniversario a su personal de confianza, a los que citó uno por uno -Avelino, Rubén, Marcos, José Carlos, Manolo, Ricardo y María Jesús- y a los que hizo salir al estrado para recibir el aplauso de todos los presentes, «porque nada sería posible sin ellos», y para que trasladaran ese aplauso al resto de la organización. Tras emocionarse al referirse a su familia y poner de manifiesto su ayuda, significó en su hijo mayor, Pablo, «su apoyo y comprensión, porque los empresarios también tenemos familia, aunque no lo parezca». Un frase que le llevó a pedir un mayor apoyo para los empresarios, que «están siendo injustamente tratados por la sociedad, cuando lo que hacemos es generar trabajo y riqueza».

La última reflexión de Belarmino Feito fue aprovechada por el presidente de FADE, Pedro Luis Fernández, que en su intervención, tras destacar la línea de trabajo de Asturfeito, quiso dejar un mensaje nítido, captado por todos los presentes: «Nuestra sociedad está empeñada en que no hay esperanzas, en que los empresarios, los políticos y los periodistas solo hacemos trampas y corruptelas. E incluso algunos están empeñados en decirnos que nuestro futuro pasa por la lucha de clases y por cubanizar este país».

Ana Concejo, vicealcaldesa de Avilés, puso en valor el cambio experimentado por Avilés, como eje de un nuevo modelo de reindustrialización, basado en la internacionalización y en las empresas en las que prima el conocimiento.

«Donde hay una empresa de éxito alguien tomó alguna vez una decisión valiente». La frase, de Peter Ferdinand Drucker, abogado y tratadista austriaco considerado el mayor filósofo de la administración en el siglo XX, le sirvió a Javier Fernández, presidente del Principado, para iniciar su discurso de cierre del acto, en donde tras poner en valor el esfuerzo y la carrera profesional de Belarmino Feito y su empresa, destacó su su defensa, «hoy más que nunca, de que la recuperación económica de España pasa por la reindustrialización», sin que sirva de excusa la crisis «para precarizar nuestro sistema económico».

Pero el presidente del Principado no quiso desaprovechar la ocasión para recordar que «los que tenemos responsabilidades políticas también estamos obligados a tomar medidas que sacudan el polvo reposado y cansino de la inercia, a explorar nuevas formas de hacer las cosas», sin que esa exigencia se limite al mundo empresarial. De ahí, a hablar del acuerdo presupuestario con el PP solo hubo un paso: «Son quienes están presos de la vieja mala política, del tacticismo más ramplón, los que se emboscan en excusas o planteamientos imposibles para rechazar un acuerdo presupuestario, basándose en un supuesto balance negativo de beneficios y daños electorales».

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