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Arcelor trae más acero de Brasil mientras recorta en Asturias

La empresa extiende los ajustes a todo su personal en la región, incluso a la plantilla de las oficinas

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Martes, 8 de octubre 2019, 05:18

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La acería de Avilés de Arcelor, la LDIII, funciona desde ayer a medio gas. Ya no recuperará su actividad plena hasta enero, con lo que se recortarán alrededor de 475.000 toneladas de producción hasta fin de año sobre los 3,8 millones que produjo en 2018. Esto no significa que las instalaciones acabadoras se vean afectadas en la misma medida, ya que la multinacional ha incrementado la importación de desbastes, sobre todo, de Brasil. Así, mientras recorta producción en la cabecera asturiana, trae piezas para laminar del otro lado del Atlántico.

Las razones para estas importaciones por parte del gigante siderúrgico son variadas y pasan por la crisis que sufre el sector en toda Europa y que se está cebando con las plantas asturianas, pero también por la necesidad de compensar la reducción de la producción que implica la remodelación a la que se someterá la LDIII a partir de noviembre -se modernizará una mitad tras la reforma de la otra que tuvo lugar en 2016-. A esto se añade un punto más, las plantas asturianas han pasado a ser deficitarias en derechos de emisión de CO2, es decir, tienen que acudir al mercado para comprar la posibilidad contaminar y, aunque el precio de estos derechos se ha moderado ligeramente desde el verano -se sitúa ahora en 23,78 euros, cuatro menos que en julio-, no compensa adquirirlos para producir.

A partir de cierta cantidad, cuando se agotan los derechos gratuitos, reconocen en la multinacional que es mucho más rentable producir y contaminar en Brasil, sin el sobrecoste que supone en Europa, y traer a Asturias las piezas semiacabadas. Hacerlo en el Principado ronda un coste extra de 45 euros por tonelada, lo que hace que las piezas no sean competitivas en un mercado, además, invadido por acero barato turco, que tampoco tiene que pagar derechos de emisión.

Incluso el transporte de los desbastes desde Brasil no supone un gran problema de sobrecoste, ya que es precisamente de ese país desde donde llega la mayoría de mineral que consumen las factorías de la región. Por tanto, se sustituye la llegada de esa materia prima por la de piezas semiacabadas.

Arcelor lleva avisando meses de que en las condiciones actuales las instalaciones de cabecera comunitarias están en peligro, ya que es más rentable traer el acero de sus factorías de Brasil, Ucrania, Sudáfrica o Kazajistán que producirlo en Europa, con el consiguiente riesgo que supone para las plantas de los Estados miembros y sus trabajadores, pero también para los objetivos de reducir las emisiones a nivel global, dado que en esos países no hay medidas tan restrictivas en materia medioambiental, por tanto se contamina más, a lo que hay que sumar las emisiones que produce el transporte de las piezas. De ahí, que la multinacional reclame un arancel ambiental en frontera que proteja la producción comunitaria.

Hasta ahora era habitual que llegara a las factorías asturianas acero extracomunitario para realizar ajustes en la actividad de las factorías. El año pasado, sin los problemas de ahora y con las instalaciones a máxima capacidad, se laminaron 200.000 toneladas de piezas semiacabadas brasileñas. El problema en esta ocasión es que se se trae acero mientras en Asturias se paran instalaciones y se regula personal.

Más recortes

Esta misma semana la multinacional está llevando a cabo una serie de paradas que afectan a más de 600 trabajadores y que suponen el mayor ajuste de la empresa en la última década. Mientras, el tren de bandas en caliente, al que suministra los desbastes la acería de Avilés, funciona con normalidad gracias a las existencias almacenadas y a las piezas importadas, algo que puede convertirse en habitual en los próximos meses. Las bobinas laminadas en caliente que salen de esta instalación o bien pasan a las líneas de galvanizado y hojalata de Avilés o se trasladan a las plantas de Lesaca, Echévarri y Sagunto para someterlas a otros procesos o se venden al exterior.

Por tanto, la actividad de las líneas acabadoras no dependerá tanto de los recortes de cabecera, en la que no funcionan las baterías de cok, se parará un horno alto y también la mitad de la acería de Avilés, como de la situación que fije el mercado y la cartera de contratos, que es mala a causa, precisamente, de la entrada masiva de productos acabados turcos desviados a Europa por la guerra comercial, lo que provoca una importante caída de los precios, y la desaceleración económica, con sectores como el del automóvil muy afectados. El precio elevado del mineral de hierro y de la energía, así como el alto coste de los derechos de emisión, afectan mucho más a las líneas de cabecera.

Y, en este contexto, se prevén nuevos recortes. Hoy mismo se celebrará una reunión en la planta de Sestao para analizar la aplicación del expediente de regulación temporal de empleo en las factorías españolas, ya que los ajustes no solo afectan a Asturias. En este encuentro y en el que tendrá lugar mañana en el Principado, también para abordar el ERTE, la empresa anunciará que la regulación no se quede en el personal de producción y llegue también al de oficina. Aunque no está cuantificado aún el periodo de aplicación o a la cifra de trabajadores a la que afectará esta nueva medida, como referencia, en el primer trimestre aplicó una regulación de siete días al personal de jornada normal, lo que afectó a 1.624 trabajadores.

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