Arcelor ganó 1.000 millones en el tercer trimestre, pero sus beneficios se desploman

Tras un 2021 de récord, este cambio de tendencia se debe a los «vientos en contra de la economía», «un efecto combinado», en palabras del consejero delegado, Aditya Mittal, provocado por la caída de los precios siderúrgicos, una demanda más débil y el incremento de los costes energéticos, «que se tradujeron en una presión sobre los beneficios».

Así, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en los 12.903 millones de dólares (unos 12.872 millones de euros) a cierre de septiembre, un 10% menos, y en los 2.660 millones de dólares (unos 2.653 millones de euros) en el tercer trimestre.

«La empresa reaccionó con rapidez ante la evolución de la coyuntura, aplicando recortes de producción en las plantas con mayores costes para gestionar la demanda viable y reducir los costes fijos, y reduciendo el consumo de gas en Europa en un 30%», destacó Mittal, en referencia al apagado de instalaciones que afecta a distintas factorías, entre ellas las asturianas, donde mantiene detenido el horno alto 'A' desde finales de septiembre.

Asimismo, añadió que las perspectivas a corto plazo para la industria siguen siendo «inciertas y conviene actuar con cautela». No obstante, destacó que ArcelorMittal «tiene la fuerza, la resiliencia y la experiencia para afrontar el futuro con confianza». Así, l deuda neta del grupo se sitúa en 3.900 millones de dólares (unos 3.892 millones de euros) a finales de septiembre, frente a los 4.200 millones de dólares (unos 4.191 millones de euros) a cierre de junio.

«Con el respaldo de un sólido balance general, continuaremos enfocándonos en ejecutar nuestra estrategia, diseñada para garantizar nuestro liderazgo en el sector a largo plazo, así como para generar retornos sostenibles para los inversores», apuntó Mittal. Mientras, la compañía confía en mantener los costes fijos limitados gracias a las paradas y la aplicación de medidas de flexibilidad laboral, que en el caso de España se materializan en el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) actualmente vigente, y que tuvo una incidencia del 8,6% en el tiempo de trabajo de las factorías asturianas en octubre.