Europa controlará parte del acero turco que amenaza la producción de Arcelor en la región
Empieza a registrar la entrada de bobina laminada en caliente, lo que le permitirá imponer medidas 'antidumping' con efecto retroactivo
NOELIA ERAUSQUIN
GIJÓN.
Miércoles, 18 de noviembre 2020, 02:58
Arcelor se mueve estos meses en un entorno más que complejo. El grupo, como toda la siderurgia europea, ya sufría antes de la pandemia una importante crisis y la covid no ha hecho otra cosa que agravarla. En este contexto, cualquier avance es acogido con una enorme satisfacción. Esto es lo que ha sucedido con la decisión de la Comisión Europea de someter a registro las importaciones de bobina laminada en caliente que proceden de Turquía. Se trata, además, de uno de los productos estrella de las plantas asturianas del grupo, amenazadas de forma importante por las importaciones que llegan de ese país.
El control al que se somete desde ya a este tipo de acero turco permitirá, además, a la Unión Europea aplicar derechos 'antidumping' retroactivamente. Se trata, de alguna forma, de evitar que se cuele producción procedente del país otomano y, de paso, si hay investigaciones y se decide poner aranceles -están programados para enero de 2021- se tendrá un control exhaustivo para gravar esas importaciones.
Esta decisión no va a salvar a las plantas asturianas de la situación en la que se encuentran, pero en la multinacional se ve como un paso positivo.
La bobina laminada en caliente que se produce en Asturias está destinada, básicamente, al sector industrial. Este semiproducto, además de venderse a clientes finales, también se transporta a las factorías que Arcelor tiene en Lesaca, Echévarri y Sagunto para darle diferentes acabados. Se espera que poniendo coto al coladero que suponía la entrada de este material desde Turquía, los precios mejoren y también la competitividad de las bobinas asturianas. No obstante, existe cierto escepticismo sobre su aplicación, dada la laxitud de las medidas de defensa comercial que está aplicando la Unión Europea en los últimos años, cuando el mercado comunitario se ha visto invadido de acero barato procedente de terceros países y que encontraban en él una salida a su producción ante la guerra comercial y los aranceles impuestos por la Administración Trump en Estados Unidos.
Pese a ello, la patronal comunitaria del sector, Eurofer, ha acogido con satisfacción este paso. «El registro ayuda a evitar aumentos repentinos de importaciones oportunistas antes de la imposición de aranceles posteriores», aclaran desde esta organización.
«Los procedimientos 'antidumping' son lentos y su desarrollo requiere mucho tiempo», reconoce el director general de Eurofer, Axel Eggert, que vaticina que, a pesar de esta medida, las importaciones seguirán siendo volátiles y podrán perturbar el mercado rápidamente. «El registro es, por tanto, una herramienta fundamental para garantizar la eficacia de los instrumentos de defensa comercial de la UE», subraya.
Con esta decisión, la Comisión Europea atiende la solicitud presentada por Eurofer este mes de septiembre a raíz de una denuncia hecha en mayo y que estimaba un 'dumping' que se mueve en la horquilla del 4% al 8%.
No obstante, el exceso de importaciones y la distorsión que produce en el mercado están lejos de solucionarse. La Comisión mantiene una política tremendamente garantista con los productos foráneos y, de hecho, permite que en el viejo continente entren grandes cuotas de acero de terceros países sin pagar aranceles, cuotas calculadas, denuncia la patronal siderúrgica, sin tener en cuenta la caída de la demanda actual.