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El delegado especial de Hacienda en Asturias, José Ignacio Rollán, durante su intervención en los cursos de La Granda. A la izquierda, Miguel de la Fuente, decano del Colegio de Economistas. PATRICIA BREGÓN
La Agencia Tributaria recauda de media 200.000 euros por inspección

La Agencia Tributaria recauda de media 200.000 euros por inspección

Tal cantidad «explica muy bien a por quién nos dirigimos», manifiesta en La Granda su delegado especial en Asturias, José Ignacio Rollán

J. F. GALÁN

AVILÉS.

Viernes, 17 de agosto 2018, 02:31

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La eficacia del fisco es bien conocida y en algunos casos incluso temida. «Se nos culpa de todo, de presionar a las grandes empresas, a los autónomos, a las rentas del trabajo... Nosotros no somos responsables de las normas, solo las aplicamos. A lo mejor es que lo estamos haciendo bien», manifestó José Ignacio Rollán, delegado especial de la Agencia Tributaria en Asturias, durante la ponencia que impartió ayer en La Granda en el marco del curso Administración Tributaria e Impuestos.

Los datos que puso sobre la mesa avalan sus palabras. En los veinticinco años de vida de la agencia la recaudación se ha duplicado, de 86.000 a 193.000 millones de euros, pese a que lejos de crecer, el personal a su servicio -y al de todos- ha ido a menos, de 27.000 a 25.000 trabajadores. La clave es la automatización y las nuevas tecnologías. «Gracias a que hemos sido capaces de mecanizar el servicio ahora hay más inspectores, técnicos y agentes y menos auxiliares».

Rollán desmontó mitos. «No es cierto que pongamos únicamente la lupa sobre el pequeño contribuyente y que seamos condescendientes con el grande, como tampoco lo es que la presión fiscal sobre las empresas sea excesiva. En 2007 se recaudaron 44 mil millones de euros en concepto de Impuestos de Sociedades frente a los 23 mil de 2017». Claro que por el medio estuvo la crisis, lo que explica que la recaudación actual esté por debajo de los 201.000 millones que alcanzó en 2007, la más alta en la historia de la Agencia Estatal Tributaria.

Los números también demuestran que defraudar a Hacienda es cada día más difícil. Según los datos que expuso, en 2005 se recaudaron por esta vía cinco mil millones de euros, nada que ver con los catorce mil millones a los que ascendió en 2017. «Sale a 591.000 euros por funcionario, y teniendo en cuenta nuestro presupuesto, por cada euro invertido se recaudan once». Tal efectividad «no ha sido a base, como ha quedado demostrado, de crecer en personal, sino de trabajar mejor, de ahorrar costes para dirigirlos a la lucha contra el fraude, de ser eficaces, de la colaboración entre administraciones y de una serie de cambios normativos. Ampliar plantilla seguro que ayudaría, pero la relación no es directa, hay un techo», señaló.

La Agencia Tributaria despliega dos tipos de controles en su lucha contra el fraude, «selectivos e intensivos. Los primeros se realizan sobre un pequeño número de contribuyentes con mayor índice de riesgo de fraude», y como prueba de que no solo se pone la lupa en el pequeño esgrimió que la eficacia media de los controles «es de 200.000 euros por contribuyente, cifra que explica muy bien a por quién nos dirigimos».

Otra parte «muy importante a la que dedicamos muchos recursos es Vigilancia Aduanera, servicio que al contrario que en otros países está completamente integrado en la Agencia Tributaria. Como ejemplo, citó que en 2017 «se decomisaron noventa mil kilos de hachís, doce mil de cocaína, catorce millones de cajetillas de trabajo y dos de productos falsificados».

Pese a que Hacienda cada vez aprieta más -«en 2016 se enviaron 600.000 cartas o requerimientos»- no todo el mundo está al día. El referido año «se acordaron más de dos millones y medio de aplazamientos, el 98% de ellos por deudas inferiores a 30.000 euros. El 2% restante supone el 45% de la deuda aplazada, 42.000 millones a día de hoy frente a 15.000 millones en 1997. La cifra asusta, pero entenderla requiere desglosarla. Dieciocho mil millones son deuda voluntaria y veintitrés mil están paralizados en tribunales o procesos concursales. De todas formas nuestra función es cobrar, no ser entidades financieras».

A tenor de las palabras de Rollán el control cada vez será mas exhaustivo. El futuro pasa por «el suministro inmediato de la información», y el proceso ya está en marcha. Hacienda recibe «en un plazo máximo de cuatro días las facturas que generan unas 60.000 empresas que suponen el 80% de la facturación del IVA. Está claro. «Hay que gente que dice que la administración pública es ineficiente. Nuestro caso lo desmiente», concluyó el delegado especial de la Agencia Tributaria en Asturias.

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