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Manifestación de jubilados ante el Congreso. J. C. H.
Los hogares mantenidos por jubilados son los únicos en los que creció el gasto desde la crisis

Los hogares mantenidos por jubilados son los únicos en los que creció el gasto desde la crisis

Aumentó un 3,4%, mientras que el consumo de las familias asturianas cayó de media un 11%

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Domingo, 30 de septiembre 2018, 05:50

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Asturias está aún lejos de llegar a una situación económica similar a la de antes de la crisis. Su Producto Interior Bruto y su empleo distan mucho de las cifras de 2008, cuando se llegaron a marcar récords positivos. En ese momento se tocó techo y todos los indicadores emprendieron la caída en picado. Diez años después, en el Principado apenas se ha recuperado uno de cada tres puestos perdidos y el PIB cerró 2017 en 22.708 millones, por debajo de los 24.000 de 2008. La economía de las empresas poco a poco recupera el pulso, pero tampoco alcanza lo niveles de entonces, y lo mismo sucede con la de las familias. De hecho, solo los hogares sustentados por jubilados han aumentado su gasto desde el inicio de la crisis, a pesar de que en los últimos dos años, sí se contrajo su consumo, precisamente, cuando se empezaron a notar con más fuerza las reformas realizadas en el sistema de pensiones para frenar el gasto de la Seguridad Social.

El desembolso por hogar se contrajo en Asturias en 3.334 euros desde que se inició la crisis. Es algo más del 11%. De los 29.756 euros de 2008, se pasó a 26.422 el año pasado, según la última Encuesta de Presupuestos Familiares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, los datos no son homogéneos si se tiene en cuenta la edad de la persona que mantiene ese hogar, tanto en lo que se refiere a su evolución como a las sumas que destinan al consumo.

Así, el gasto se ha reducido en 5.419 euros de media en las familias en el que el sustentador principal tiene entre 16 y 44 años, de los 31.438 euros de 2008 se bajó a 26.019 el pasado ejercicio. Se trata de una caída del 17%, la mayor de todos los tramos de edad. A estos cabezas de familia la crisis les cogió iniciando su carrera profesional o su consolidación. El paro se cebó con el colectivo juvenil y los primeros en caer fueron también aquellos que tenían contratos temporales, con mayor incidencia, precisamente, entre los profesionales de menos edad.

En el caso de los hogares que son mantenidos por una persona de entre 45 y 64 años, la reducción fue algo menor, de 4.692 euros, al pasar de 34.779 a 30.087 euros, lo que supone un descenso del 13,4%. Estas familias fueron las que mantuvieron el mayor poder adquisitivo durante todo el periodo de crisis.

Por contra, en aquellas en las que son los mayores de 65 años los que sustentan la economía doméstica, se produjo un aumento del gasto, al crecer de los 21.728 euros de 2008 a los 22.487 de 2017. Se trata de un incremento pequeño, de apenas 759 euros, lo que supone una subida del 3,4%, que no se acompasa en absoluto con el alza del precio de la vida, ya que el IPC entre enero de 2008 y diciembre de 2017 se elevó en el Principado en un 13,7%, pero sí supone una evolución diferente a la de los hogares mantenidos por personas más jóvenes. Eso sí, estas familias son las que tuvieron los niveles inferiores de gasto durante la última década.

Diferencias por persona

No obstante, también hay que tener en cuenta que, de manera general, las familias sostenidas por un mayor de 65 años cuentan con menos miembros. De hecho, en el caso del gasto por persona, este colectivo cerró 2017 con una cuantía de 11.701 euros, superior a los 10.873 de aquellos con en los que la economía doméstica recae en alguien de entre 16 y 44 años, aunque por debajo de los 12.393 de aquellos que tienen entre 44 y 65 años.

La explicación de estas diferencias tienen mucho que ver con el comportamiento del mercado laboral y de los salarios. Así, mientras los sueldos se revalorizaron únicamente un 4,6% en Asturias entre 2008 y 2016, último año del que hay estadísticas, la jubilación media se incrementó desde el inicio de la crisis por encima del 27% (de 1.012 euros a 1.293), mientras que las pensiones de manera general (incluyendo incapacidad, viudedad, orfandad y favor familiar) avanzaron un 25% (de 865 euros a 1.293).

De este modo, con un paro galopante que llegó a alcanzar una tasa del 25,5% en el primer trimestre de 2013, las pensiones se convirtieron en un ingreso fijo y un sostén económico para muchas familias y territorios, sobre todo, los más envejecidos como son las alas de la región y las cuencas.

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