La crisis del diésel desploma la venta de coches en Asturias, sostenida por los de gasolina
Las matriculaciones caen por primera vez en la región desde 2012 en un «mal año» para el sector y con malas perspectivas para 2020
«Ha sido un mal año en ventas y las perspectivas para 2020 no son más halagüeñas». El rotundo análisis de Jesús Jardón, vicepresidente de Aspa (Asociación del Automóvil de Asturias), viene refrendado por los datos de matriculaciones conocidos ayer. Sobre la letra gruesa se observa un descenso del 5,58% durante 2019 respecto al año anterior. Pero, bajando al detalle, rápidamente se encuentra la primera de las explicaciones: el segmento de las entregas de diésel han caído un 34,57%, de los 6.760 en 2018 a los 4.423 coches vendidos en 2019. «Los mensajes que se lanzan desde los poderes públicos tratando el diésel como si fuera el enemigo número uno están causando un perjuicio importante al sector del automóvil», lamentó Jardón.
Aunque, los de la región no son los peores datos comparándolos con los de otras comunidades, sí quedan a relativa distancia de la media nacional (-25,91%). Ante este panorama, la gasolina ha tenido que echar el resto para equilibrar la foto fija del sector cuyas cifras fueron presentadas ayer conjuntamente por fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam). En este segmento, Asturias luce indicador en verde (+5,47%), tan solo superada por las regiones de Madrid (+10,10%) y Murcia (+31,92%). Pero los ojos estaban puestos sobre el comportamiento de los coches eléctricos en el mercado. Crece, sí, pero sigue arrojando cifras exiguas si se ponen en consonancia con las campañas en marcha. En concreto, en Asturias se vendieron 150 eléctricos «puros» durante 2019, en parte gracias a las iniciativas de vehículos compartidos. Aunque aún suponen el 1% de las ventas totales, se confía en su crecimiento hasta el 3%-4% durante 2020, aupadas por la multiplicidad de la oferta de la práctica totalidad de los fabricantes. Los consumidores mantienen sus reservas debido al «miedo a quedarte tirado en la carretera en vista de los pocos puntos de carga aún existentes si uno se plantea hacer un trayecto de media distancia». Lo que el vicepresidente de Aspa no comparte es que el mantra que se jalea respecto a la contaminación: «Si queremos apostar en serio por el medio ambiente la forma más rápida sería facilitando el cambio de coches con 15 años de antigüedad por otros nuevos, solo con eso estás reduciendo la contaminación en un 40%».
Poniendo en la balanza el desglose de subidas y descensos, el resultante rompe la tendencia alcista que se venía produciendo desde 2012. La caída del pasado 2019 (-5,58%) hasta 18.564 unidades no fue tan pronunciada como la de aquel año (-20,94%) pero desde entonces las matriculaciones habían encadenado ejercicios positivos que elevaron las 10.785 matriculaciones de 2012 hasta las 19.661 de 2018. «Tenemos que ser capaces de revertir esta situación, dando mensajes de certidumbre a los clientes», apunta Noemí Navas, directora de comunicación de Anfac. Por su parte, Raúl Morales, su homólogo en Faconauto, señala que «este resultado puede mejorar o empeorar en función de la evolución que tenga la economía, el empleo, la confianza del consumidor o el contexto político». Sobre este último punto incide Tania Puche (Ganvam): «La incertidumbre, batiendo el récord de citas electorales, las dudas sobre la economía, que crece por debajo de lo esperado, y sobre todo, el desconcierto de los ciudadanos sobre qué coche comprar han pasado factura a las ventas». Porque ese, los particulares, es precisamente el canal que se resiente. Sus ventas bajaron en Asturias un 13,70% en los doce meses, hasta las 11.200 unidades, al tiempo que las empresas matricularon 5.834 automóviles en 2019, un 10,37% más. Por su parte, las firmas de 'rent a car', cerraron el ejercicio con 1.530 unidades matriculadas, un 9,52% más.
Los datos de la región no son excepcionales sino que reflejan en mayor o menor medida la tónica general del país: un retroceso medio del mercado del 4,8% al cierre de 2019, también el primero desde 2012. Como también lo son el descenso de entregas de vehículos de diesel, la subida de otros combustibles y una radiografía española donde seis de cada diez consumidores siguen apostando por la gasolina.
Sin mejoría en 2020
El sector no las tiene todas consigo respecto a una remontada. De hecho, las previsiones que manejan reflejan una prolongación de la tendencia bajista que se traduciría en una nueva caída del 3% en las ventas. El factor que podría dar un vuelco a la situación y cuyo efecto aún parece difícil de calibrar es la entrada en vigor de la normativa europea de emisiones, que obligará a los fabricantes a no rebasar en su mix de ventas los 95 gramos de CO2. «Será el comprador el que más se puede beneficiar de este escenario porque previsiblemente saldrán al mercado modelos diesel, híbridos y eléctricos en muy buenas condiciones, ya que su aportación para alcanzar esos objetivos medioambientales será clave», avanza Raúl Morales.