Calviño ve El Musel como centro logístico «clave» para el suministro de gas

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha señalado este viernes en Oviedo que los retos de la crisis energética pueden convertirse en «oportunidades» para el Principado, comunidad que «puede ser uno de los elementos clave del plan de contingencia». Tras reunirse con el presidente regional, Adrián Barbón, insistió, de hecho, en que El Musel tiene la oportunidad de convertirse en una pieza fundamental «como centro logístico de suministro de gas».

Durante el encuentro, ambos trataron diversos temas, pero principalmente dos: la situación económica y el despliegue de los fondos europeos, mediante el plan de recuperación impulsado por el Estado. La ministra destacó la revisión al alza del crecimiento del país que ha hecho el Instituto Nacional de Estadística, que elevó el alza del PIB del segundo trimestre al 1,5% y al 5,5% el de 2021, y subrayó «la fuerte recuperación económica» que experimenta el país.

No obstante, reconoció amenazas y situó a la inflación como «el reto más importante que tiene España», un alza del coste de la vida que «deriva del incremento de los precios energéticos», empujados a su vez por la guerra en Ucrania. Y, ante esta coyuntura y el corte de suministro de gas por parte de Rusia, Calviñó recalcó «la oportunidad que tiene España, gracias a su diversificación de fuentes energéticas». Cree la vicepresidenta que el país tiene una posición de fortaleza para convertirse en un hub logístico para el conjunto de Europa, en el que Asturias tendrá ese papel «clave».

Asimismo, aseguró que España está liderando el despliegue de los fondos europeos y cifró en 400 millones los transferidos ya al Gobierno del Principado. De ellos, según explicó Barbón en la Junta y reiteró este viernes, 189 ya están en ejecución, lo que acerca la cifra al 50% del total. «Asturias es de las comunidades que está ejecutando con mayor agilidad», apuntó Calviño, que destacó «decisiones estratégicas» del Principado para impulsar el despliegue de los fondos, como centrarse en barrios enteros en materia de rehabilitación.

La ministra de Economía también recogió el guante de dos asuntos que planteó el presidente asturiano, como es reforzar la inversión en la modernización del sector agroalimentario y potenciar un PERTE para la descarbonización de la industria, programa que ya ha anunciado la ministra de Industria, Reyes Maroto, y en el que trabaja el Ejecutivo.

También le pidió Barbón que desde el Gobierno central se logren acelerar las autorizaciones que tienen que llegar de la Unión Europea en relación al plan de descarbonización de Arcelor. «El Gobierno está trabajando con la Comisión Europea para ver hasta qué punto podemos apoyar el proceso», afirmó Calviño, que consideró que este tipo de proyectos son «más urgentes que nunca con el chantaje de Putin».

«El Gobierno de España está comprometido con Asturias y lo demostramos con hechos, no con palabras», insistió la vicepresidenta primera, que pidió, además, unión ante la actual coyuntura y huir de la visión del PP «que incentiva la competencia a la baja». Precisamente, buena parte de su comparecencia y de la del presidente regional se centró en la supresión del Impuesto de Patrimonio emprendida por varias regiones populares, una cadena de anuncios que Calviño calificó de «irresponsabilidad fiscal». «Sería deseable que alguien ponga orden, si hay alguien al mando», reclamó la ministra, en referencia a los anuncios de comunidades como Andalucía o Murcia, que siguen la senda de Madrid en la supresión de este tributo, en un tipo de «política destructiva».

Barbón, muy crítico con las rebajas fiscales emprendidas por otras comunidades, como Madrid, a la que ha acusado de 'dumping fiscal' en numerosas ocasiones, cargó también contra las decisiones de las autonomías populares. «Frente a un populismo de saldo, de paraísos fiscales para ricos tenemos que ir hacia un sistema justo», aseguró, para defender que en el Principado solo pagan este tributo 3.500 «ricos» y que supone una recaudación de 24 millones de euros. Sin esa recaudación, enumeró, no se podrían atender políticas como las ayudas a la natalidad, el fomento de la escolarización de niños de 0 a 3 años, el incremento de ayudas contra la pobreza energética o las que hay para libros de texto. «Es una cuestión de justicia social», argumentó.

Por otro lado, y en respuesta a este periódico, Calviño defendió el rescate del Gobierno a Duro Felguera, tras concederle 120 millones de euros mediante la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, un apoyo que se ha producido «con enorme responsabilidad» con el objetivo de reestructurar la empresa para garantizar su viabilidad a medio y largo plazo. Pidió esperar a ver cómo evoluciona la negociación con los representantes de la plantilla y subrayó que «lo que más nos preocupa es que protejamos aquello que es competitivo y esa fortaleza de Duro Felguera para tratar de garantizar esos empleos de calidad mirando hacia el futuro».

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