El Parlamento Europeo bloquea la reforma del mercado de emisiones que temía la industria asturiana
El Pleno enmendó la resolución del comité de medioambiente y, finalmente, echó abajo todos los cambios
Se preveía una votación ajustada, pero no lo que ha sucedido. El Pleno del Parlamento Europeo ha bloqueado la reforma del mercado de emisiones que ... temía la industria asturiana y que abogaba por una mayor ambición climática. Ahora la propuesta tendrá que ser renegociada y se mantiene la incógnita sobre qué pasará.
Durante la votación de las alegaciones ya se aprobaron opciones más laxas para la industria en cuanto a la reducción de asignaciones gratuitas -la propuesta inicial pretendía eliminarlas en 2030 y se acordó extenderlas hasta 2034- y también en cuanto al índice de referencia para otorgarlas. Sin embargo, esa reducción en la ambición climática en relación al plan de la comisión de medioambiente ha hecho que el grueso de los socialistas votara en contra del documento final, lo que implica el bloqueo de la reforma, que ahora tendrá que volver a ser negociada para volver al pleno. Sin la reforma del mercado de derechos, medidas complementarias como el ajuste en frontera que reclama la industria no han llegado a votarse.
El resultado ha sido una sorpresa. Justo antes de la votación, la presidenta del Grupo Socialistas y Demócratas, la española Iratxe García, pidió tres minutos de receso en los que se decidió decir 'no' a la reforma. «Cuando la UE más necesita apostar por liberarse de las energías fósiles y asegurar su autonomía energética, el PP europeo negocia con la extrema derecha para rebajar las ambiciones», censuró después en Twitter. A la hora de decantarse, con el pulgar hacia abajo, reclamó el voto en contra a un texto que, en su opinión, había quedado adulterado y al que le faltaba coherencia.
Sin disciplina de voto, hubo numerosos socialistas que se desmarcaron de esta decisión, entre ellos el asturiano Jonás Fernández, que confía en que se alcance pronto un amplio acuerdo. «Es el momento de impulsar la transición ecológica al tiempo que se protege la competitividad de la industria de la UE y los empleos asociados a ella», señaló, sobre asuntos que «responden a objetivos clave para los socialistas europeos y para la transición justa de regiones industrializadas como Asturias».
La otra diputada asturiana del Parlamento Europeo, Susana Solís (Ciudadanos), fue mucho más vehemente. «Estoy extremadamente decepcionada con los votos de hoy (por ayer). Los socialistas han votado junto con la extrema derecha y los verdes para tumbar una pieza clave del paquete climático con tal de no darle un calendario más digerible a la industria. Para Asturias, esto es dramático», afirmó, para añadir que «el texto final recogía enmiendas importantísimas para el sector electrointensivo, con un calendario ambicioso pero razonable, el cálculo de la retirada gradual de los derechos de emisión gratuitos y una solución para la competitividad de nuestras exportaciones. El texto, en definitiva, tenía en cuenta las preocupaciones de la industria asturiana. Tirar esto abajo no tiene ningún sentido y no entendemos qué más sacrificios va a pedir ahora la comisión de Medio Ambiente».
Empresas como Arcelor, Asturiana de Zinc y Fertiberia, junto a los líderes de casi 400 electrointensivas y patronales industriales, habían publicado una carta abierta en la que instaban a la Unión Europea a «apoyar un enfoque coherente y realista para la protección del clima y el liderazgo industrial».
En la misiva mostraban su preocupación por los cambios que se pretendían acometer y recordaban que las empresas tenían que planificar las inversiones dentro de un contexto global, asumiendo un precio del carbono muy superior al de sus competidores, para lo que requieren «un marco regulatorio facilitador que proporcione un alto grado de previsibilidad y seguridad jurídica». Ahora todo son incógnitas sobre qué pasará.
El comité de medioambiente (ENVI) del Parlamento, que planteaba el documento inicial, pretendía reducir las asignaciones gratuitas de CO2 de forma progresiva a partir de 2025 y dejarlas a cero en 2030, un recorte que la industria ve inviable.
Sus argumentos coinciden con los de la gran industria española. Las patronales Unesid (siderurgia), Feique (química y farmacia), Oficemen (cemento), Aspapel (papel), Aop (refino) y Fiab (alimentación y bebidas), en las que se integran buena parte de las grandes empresas asturianas, también emitieron ayer un comunicado en el que advirtieron de que, «para lograr que ningún sector industrial se quede atrás», será necesario contar con medidas que faciliten el despliegue de tecnologías innovadoras, el acceso a las materias primas y energía limpia, líneas de financiación y un marco regulatorio de apoyo que preserve la competitividad de la industria. Recuerdan que los precios del carbono se han disparado un 700%en cuatro años y, junto a la escasez de materias primas, auguran «otra recesión económica». Además, alertaron de que, según datos del Registro de Transacciones de la UE, entre 2012 y 2021, el 16% de las instalaciones industriales sometidas al mercado de derechos se han visto obligadas a cerrar. De ahí que pidan a la UE que respalde las inversiones de las empresas, con medidas efectivas contra la fuga de carbono, evitando costes desproporcionados, cierres de capacidad y pérdidas de empleos a causa de la competencia internacional, entre otras prioridades
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