El Principado quiere acelerar el cambio de modelo industrial a través los fondos europeos

La pandemia no ha cambiado ni un ápice la intención de la Unión Europea de liderar el proceso de descarbonización de la economía para luchar contra el cambio climático. Es más, lo ha acelerado, como así lo aprobaron los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros en la cumbre celebrada hace dos semanas.En ella, la UE se comprometió a reducir un 55% –frente al 40% del anterior compromiso– las emisiones de CO2 en 2030, con el objetivo de lograr la neutralidad de emisiones en 2050.

Esto conllevará a todos los países a acometer un radical cambio de modelo productivo. Se empezó con el cierre de las centrales térmicas de carbón y ahora toca a la gran industria.

Pero llevar a cabo este modelo será costoso. Especialmente para un sector, el industrial, que es uno de los que más fuertemente se ha visto golpeado por la crisis global derivada de la pandemia. Es por ello por lo que el fondo de reconstrucción poscovid habilitado por la UE se ve ahora como el gran motor que no solo contribuirá a acometer todos estos cambios, sino acelerar el proceso.

Fue el propio presidente del Ejecutivo regional, Adrián Barbón, el pasado miércoles en el programa La Lupa de Canal 10, quien dejó bien claro que «Asturias no puede desperdiciar la oportunidad» que suponen estos fondos para acometer esta transformación. Y aunque el Gobierno central aún no ha creado la oficina –Presidencia es la que asumirá la gestión de los proyectos a financiar con los fondos europeos–, en Asturias ya se han dado los primeros pasos. No solo administrativamente, con la creación del consejo de evaluación de proyectos y la oficina que se encargará de canalizarlos, que dirigirá Raquel García, sino con contactos con las grandes industrias de la región para adaptarse a ese nuevo modelo productivo que debe construirse.

¿Y en qué consistirá ese nuevo modelo? Queda camino por recorrer, pero las claves de la Asturias industrial del futuro pasan, según el Principado, por hacer nuestra industria más competitiva y sostenible. En definitiva, lo que busca el Principado es «actualizar el sector pensando a largo plazo, seguir produciendo pero de forma más eficiente».

El Gobierno asturiano reconoce que ya ha mantenido reuniones con «todas» esas grandes empresas para trasladarles sus proyectos, que también han sido puestos en conocimiento del Ejecutivo central. Uno de ellos, como avanzó EL COMERCIO el pasado martes, es el proyecto que Moncloa negocia con Arcelor para una acería verde en Gijón. Se trata de una propuesta que aseguraría la división de largos, iniciaría el nuevo proceso de producción de acero verde e implicaría al tejido industrial de la región.

Proyectos estrella

El Ejecutivo de España y el del Principado quieren que este sea el gran proyecto tractor para la transformación del modelo industrial de la región. Pero no es el único. «Todas las grandes empresas ya están en contacto con nosotros. Habrá varios proyectos estrella», reconoció Barbón el miércoles en Canal 10, sin citar cuáles son.

No solo la gran industria ocupará una posición relevante en este proceso de transformación que el Principado quiere acometer a través de los fondos europeos.También el energético. El cierre de las centrales térmicas de carbón ha hecho que Asturias deje de ser una comunidad excedente en producción a deficitaria. Por ello, la producción de energía para recuperar su autosuficiencia energética será una pata básica en este nuevo modelo.

La biomasa –recientemente Hunosa aprobó la transformación de la central de La Pereda en una planta de biomasa–, con varios estudios que ponen en valor el potencial de la región en este sentido, o la producción y almacenamiento de hidrógeno verde, que está llamada a ser una de las grandes fuentes del futuro, también cobrarán relevancia en esa Asturias industrial del futuro que el Principado diseña. Aunque Asturias se ha quedado fuera de la primera fase del plan de hidrógeno verde del Gobierno de España, el Ejecutivo autonómico considera que en la región«tiene que haber sitio» para esta fuente de energía como otras renovables, como la eólica terrestre o marina, áreas en las que, además, Asturias cuenta con empresas punteras en la fabricación de componentes y estructuras, como es el caso de Windar.

Para lograr toda esta transformación, el Gobierno asturiano pide al central que en el reparto de los fondos europeos sí tenga con Asturias la «sensibilidad» que no tuvo a la hora de atender su alegaciones al estatuto de las electrointensivas, que no solo no fueron atendidas, sino que se rechazaron sin respuesta alguna.