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Una persona teletrabajando desde su casa. JOSÉ VALLINA
La segunda ola dispara el teletrabajo en Asturias que llevan a cabo más de 40.000 personas

La segunda ola dispara el teletrabajo en Asturias que llevan a cabo más de 40.000 personas

El Principado es la tercera región con más implantación de la actividad remota tras Madrid y Cataluña, cifra al alza por los rebrotes

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Domingo, 15 de noviembre 2020, 01:04

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Algunos no dejaron el teletrabajo desde la primera ola de la pandemia, otros regresaron a la actividad normal y ahora vuelven a sus domicilios y también los hay que se suman por primera vez a esta modalidad laboral. El miedo a los contagios y la intención de preservar la salud de su plantilla está llevando a muchas empresas asturianas a mandar a sus empleados a casa. En el tercer trimestre la cifra alcanzaba las 40.000 personas, el 10,5% del total, según datos del gabinete económico de CC OO, pero no deja de subir en las últimas semanas. Tras un descenso en verano, con el alivio de los datos de contagios, la vuelta a las aulas y la segunda ola han disparado la actividad en remoto. El Principado es, además, tras Madrid, con el 20%, y Cataluña, con el 13%, la tercera comunidad con mayor implantación, por encima de la media nacional, que se sitúa en el 10,3%.

Este nuevo auge del teletrabajo se hace con más experiencia y preparación que a mediados de marzo, cuando miles de asturianos estrenaron a la vez confinamiento y trabajo en remoto de una forma atropellada y llena de improvisación. No obstante, a pesar de que la incidencia del coronavirus en Asturias es mayor ahora, la cifra de personas en teletrabajo es inferior en este segundo estado de alarma, puesto que, a pesar de los cierres decretados, no hay confinamiento y continúan muchos más servicios presenciales.

Entre aquellos que han vuelto a mandar a casa a parte de sus trabajadores está Arcelor. Durante el primer estado de alarma alrededor de un millar de empleados realizaron su actividad sin acudir a las plantas y oficinas de la multinacional. Ahora son más. La compañía ha dado orden para que el 100% del personal de los departamentos transversales -administración, compras, finanzas...- realice su actividad desde casa. Además, se ha planteado que hasta el 50% de los empleados de departamentos productivos pueda teletrabajar, siempre que se considere viable.

En el complejo de DuPont, en el valle de Tamón, la consigna desde marzo es priorizar el teletrabajo. Una cifra superior al 70% de la plantilla realiza su tarea desde casa y solo acude a las instalaciones el personal que, por su labor, debe estar presencialmente. A lo largo de estos meses, a medida que se iba conociendo más el virus, se han ido tomando distintas medidas de seguridad, que pivotan sobre «cinco inexcusables»: autovigilancia de síntomas, distancia social, higiene de manos, higiene respiratoria y uso de mascarilla.

Ence también ha ido adaptando sus medidas de seguridad a las circunstancias en su factoría de Navia. De hecho, al protocolo especial por la covid añadió uno más por los rebrotes. Así, cuando Asturias se mantuvo varias semanas sin contagios, hubo personal que teletrabajaba que se incorporó a la planta, pero se redoblaron los esfuerzos ante el cercano brote de La Mariña, en Lugo. En el escenario actual, todo el personal que puede trabajar en remoto ha vuelto a hacerlo.

En ThyssenKrupp, con fábricas en Mieres y el centro de I+D en Gijón, tras el regreso a las oficinas, se vuelve a fomentar el teletrabajo al máximo posible, igual que Nestlé en sus fábricas de Gijón y Sevares (Piloña), y donde los que acuden a trabajar lo hacen con cierta normalidad tras integrar en las rutinas diarias nuevos hábitos de seguridad.

La compañía eléctrica EdP, sin embargo, apenas ha tenido cambios desde marzo, cuando ya se promovió el teletrabajo para buena parte de la plantilla, alrededor del 70%. También en Intermark se mantiene una mayoría de los trabajadores realizando su actividad en remoto, entre el 80% y el 90% del total. «No hemos cambiado desde la primera ola a la segunda», explica el gerente de la división de Industria 4.0, Bernardo Veira.

Más trabajo

Muy cerca, en la zona del Intra del Parque Científico y Tecnológico de Gijón, también está Izertis, donde ya sabían lo que era el teletrabajo, con una pequeña parte de la plantilla realizándolo mucho antes de la pandemia. Pero la llegada de la covid supuso una revolución, al mandar al 100% de los empleados a casa, mientras sus clientes les pedían ayuda urgente para permitir la actividad en remoto de sus propias plantillas. El comité de seguridad de esta tecnológica asturiana ha establecido una clasificación por fases, según la ocupación máxima de las instalaciones y el riesgo existente, que va del 10% al 50%.

A la vez, el volumen de actividad relacionada con el teletrabajo crecía alrededor de un 83%, aunque de forma irregular. «Desde marzo o abril se trató de parchear la pandemia», reconoce Daniel Dumont, responsable de Modern Workplace de Izertis. Ahora su labor se centra en «diseñar una estrategia digital acorde a las necesidades actuales». Las empresas del sector sanitario, del industrial y los 'call centers' son los que más han demandado su ayuda para instaurar el trabajo en remoto.

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