Borrar
Tres de los trabajadores de Gijón Fabril, encerrados ayer en la nave de Porceyo.
La plantilla de Gijón Fabril recibirá hoy las cartas de despido

La plantilla de Gijón Fabril recibirá hoy las cartas de despido

Los trabajadores mantendrán el encierro en los talleres de la empresa en Porceyo «hasta que nos echen»

Noelia A. Erausquin

Viernes, 22 de abril 2016, 04:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Una parte de la historia industrial de la ciudad podría llegar hoy a su fin. Después de más de cien años de actividad, si no hay una oferta 'in extremis' por Gijón Fabril, la empresa se quedará esta mañana sin plantilla, cuando los administradores concursales entreguen las cartas de despido a sus 48 trabajadores, que ya fueron advertidos hace dos semanas de que el día 22 se extinguirían sus contratos, al no contar con más tesorería para hacer frente a sus salarios. Para las indemnizaciones, los empleados tendrán que recurrir al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), porque tampoco hay fondos para ellas.

El pasado mes de enero, el propietario de Gijón Fabril anunció que solicitaba el concurso voluntario de acreedores como paso previo a la liquidación de la empresa porque Verallia, que adquiría el 80% de su producción, no quería renovar el contrato ante la competencia de China y de Europa del Este. Esta tesis fue rechazada por los trabajadores, que creen que nunca quiso renegociar esta relación laboral y que trasladó la producción a Cataluña, donde tiene compañías que se dedican a la misma actividad. Pese a las quejas de la plantilla, el proceso siguió adelante con una única alternativa: encontrar un inversor que quisiera hacerse con la empresa. Tras algo más de tres meses de búsqueda, todos los intentos han sido infructuosos y no se ha formalizado ninguna oferta por la histórica sociedad, abocada ahora al cierre.

Los orígenes de esta compañía, dedicada a la fabricación de moldes destinados a la industria del vidrio, se remontan a comienzos del siglo XX, con la fundación de una harinera y vidriera en La Calzada, que en sus mejores años llegó a tener medio millar de trabajadores y producir casi 150 toneladas diarias de botellas. Ocupaba una extensión de 86.000 metros cuadrados y albergaba líneas de fabricación de botellas y también talleres que suministraban piezas para el resto de la factoría. Es parte de esta última sección la que subsistía hasta la actualidad en la moderna Gijón Fabril, trasladada en 1994 a su ubicación actual, en el polígono de Porceyo.

Por esta fábrica mostraron cierto interés un grupo francés que también quería hacerse con la planta gijonesa de Tenneco, pero que al ser rechazado por la multinacional americana descartó la operación, y una pequeña empresa de Azuqueca de Henares (Guadalajara), dedicada también a la fabricación de moldes. Sin embargo, la única alternativa que parecía viable en las últimas semanas era la de Esnova-Ideas en Metal, en quien pusieron sus esperanzas los trabajadores, pero que tampoco ha dado el paso adelante necesario para salvar la planta. La plantilla no descarta que mantenga su interés, pero que prefiera hacerse con los talleres una vez liquidados y sin tener que hacer frente a la deuda actual de la compañía y a las obligaciones con los empleados. De momento, los trabajadores ya han advertido de que no piensan abandonar el encierro que mantienen desde hace tres meses «hasta que nos echen», una iniciativa que emprendieron para que no se llevaran las máquinas con las que esperaban pagar sus indemnizaciones y que se ha convertido ahora en su modo de protesta ante una situación que, creen, podría haberse revertido.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios