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Concentración de trabajadores de minoristas de alimentación frente a la sede del SASEC el pasado diciembre. ÁLEX PIÑA
Los conflictos heredados auguran un inicio de año difícil para la negociación colectiva

Los conflictos heredados auguran un inicio de año difícil para la negociación colectiva

50.000 trabajadores están pendientes de pactar sus convenios que, en algunos casos, llevan una década sin actualizarse

EDUARDO PANEQUE

GIJÓN.

Martes, 7 de enero 2020, 02:22

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El año arranca prácticamente de la misma forma que concluyó el anterior, con el convenio de los minoristas de alimentación sobre la mesa. La huelga de supermercados se desconvocó, casi sobre las campanadas, tras la mediación del Gobierno regional para que las partes -patronal y sindicatos- se sentasen a negociar el próximo 13 de enero. A pesar de su cercanía en el tiempo, no se trata del único conflicto que se quedó enconado y tocará abordar durante este 2020. Algunos, cual promesa de año nuevo, llevan con esa intención desde hace más de un lustro. Es el caso del convenio de hostelería, sin actualizarse desde el 2011 y con congelación salarial desde 2014; el de pompas fúnebres, cuya periodo de vigencia concluyó en 2012, o el del personal laboral de la Administración general del Principado, que hizo lo propio en 2007. A estos se sumarían los sectores de reparación y venta de automóviles, carpintería y el de montajes y empresas auxiliares que, tras una amenaza de huelga, cerró 'in extremis' el año convidándose a retomar la negociación durante este primer trimestre.

Cada uno con sus particulares vicisitudes pero todos con el denominador común de recuperar poder adquisitivo. Los sindicatos remiten al IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) 2018-2020 suscrito por CEOE, Cepyme, CC OO y UGT, como exigencia mínima en materia salarial. Según este, firmado el 5 de julio de 2018, se adquiría un compromiso de elevar los salarios en convenio hasta desembocar en un suelo de 14.000 euros anuales en 2020. Dicho de otra forma, acordaban entonces, la subida progresiva del salario mínimo -distinto del Salario Mínimo Interprofesional que establece el Gobierno- hasta alcanzar un mínimo de 1.000 euros al mes distribuidos en 14 pagas. «Es la hoja de ruta, aunque parece que en Asturias cuesta caminarla porque la patronal regional no se quiere ni sentar a dialogar», denuncia José Manuel Zapico, secretario general de CC OO. A este respecto, Mar Celemín, secretaria de Política Sindical de UGT, añade: «Estamos pidiendo lo que se firmó; en los últimos años ha habido una pérdida de poder adquisitivo, mientras que el reparto de la riqueza no se distribuía de la misma forma entre los salarios de los trabajadores y los beneficios empresariales».

Otro de los procesos abiertos es el que atañe a Arcelor y la concreción de su acuerdo marco. En la recta final de año quedaron constituidas las mesas de trabajo con las que se espera la consecución de un pacto, al menos en los aspectos que no fueron ya refrendados en el convenio. Durante esta fase se discuten medidas relacionadas con el teletrabajo, el control horario y el plan de igualdad. En agosto, todo se fue al traste una vez que el preacuerdo apoyado por una parte de los sindicatos no contó con el respaldo mayoritario a nivel nacional. En aquel punto ya se habían plasmado algunos aspectos de carácter social: el contrato relevo para los nacidos en 1961, la reducción de ocho horas en 2020 para la jornada normal y partida o la jornada de verano del 15 de junio al 15 de septiembre. El escollo llegó al abordar la subida salarial. Para Asturias se acabó pactando en un convenio propio, lo que derivó en paros por parte de CC OO, que ha logrado que se reabra la negociación del acuerdo marco, pero la empresa solo pretende abordar aspectos muy concretos.

Celemín, tiene claras las prioridades: «La derogación de la reforma laboral para que la negociación colectiva vuelva a contar con autonomía y protagonismo que tenía». En cualquier caso, llegaría más allá del 13 de enero, la fecha en que los minoristas de alimentación se volverán a ver las caras. Los sindicatos siguen exigiendo la contabilización de la 'pausa del bocadillo' dentro de la jornada laboral, así como el reconocimiento de la antigüedad y la patronal recuerda que ya puso sobre la mesa, entre otros, unos incrementos salariales de 1,8%; 2% y 2,3% para 2019, 20 y 21, respectivamente. Pero si alejadas parecen las posturas que desembocaron en una huelga de supermercados en Navidad, un abismo separa las posiciones en la hostelería. «Es una situación de sinrazón, máxime con los crecimientos de este sector con, por ejemplo, un turismo que da beneficios a la patronal», subraya Zapico. Sobre la mesa, los sindicatos mantienen la exigencia de una subida salarial del 10% en cuatro años y el abono de la nómina íntegra a partir de los quince días de enfermedad. ¿Se avecinan movilizaciones? «En ámbitos con condiciones precarias es mas difícil organizarse, pero la gente se ha dado cuenta de que durante la crisis solo se apretaron el cinturón los trabajadores», añade el dirigente de CC OO.

Los conflictos heredados de 2019 se sumarán a los convenios que vencen y toca renovar en 2020. Quedan muchos días por delante y, quizá por ello, Mar Celemín concluye: «Vamos a pensar que las cosas vayan bien».

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