Unos vecinos de Avilés observan, desde la avenida de Gijón, el apagado de la última batería de cok. MARIETA

La crisis del acero lleva a Arcelor a ejecutar la mayor parada en Asturias de la última década

Todas las líneas de acabados de Avilés se detendrán la próxima semana. Afectará a más de 500 trabajadores directos

LAURA CASTRO

GIJÓN.

Miércoles, 2 de octubre 2019, 01:31

Arcelor ya lo había advertido el pasado viernes: «Todas las instalaciones de Asturias pararán de aquí a final de año». Y con esta premisa, consecuencia de la crisis del acero en Europa, anunció ayer la mayor parada en la región desde la crisis económica. Entre el 6 y el 13 de octubre todas las instalaciones de acabados de Avilés pararán, de media, tres días, a excepción de la línea de galvanizado 1 que dejará de producir durante toda la semana. Las instalaciones afectadas son, concretamente, decapado, tándem 1 y 2, precocido continuo, témper 1 y 2, las dos líneas de galvanizado y las dos de hojalata. La medida repercutirá de manera directa en unos 500 trabajadores de plantilla y, esta vez, implicará también a los de las subcontratas, con 50 operarios afectados. La multinacional, como es habitual, aplicará en primera instancia los descansos, vacaciones y reconocimientos médicos pendientes, pero después recurrirá al expediente de regulación de empleo.

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Hace más de una década que la siderúrgica no para tantas instalaciones a la vez y por tanto tiempo, según explicaron fuentes de Arcelor. «Es posible que ni siquiera se llegara a aplicar una medida así ni en la fase más acuciante de la crisis económica española», añadieron.

El anuncio y, sobre todo, el impacto de esta nueva medida pilló por sorpresa a los sindicatos durante la reunión mantenida ayer con la empresa por la negociación del convenio. Es cierto que la multinacional siempre lleva a final de año paradas de ajuste y para el mantenimiento de instalaciones, pero nunca se habían dado a principios del otoño. «No es lo más habitual», reconocía Raúl Cueto, secretario general de la sección sindical de UGT en ArcelorMittal Avilés. «El Gobierno de España y la Unión Europea tienen que tomar urgentemente medidas si no quieren acabar con la industria», reclamó.

Esta vez repercutirá también en el personal de subcontratas, con 50 empleados afectados

La situación de Arcelor es de «emergencia total», tal y como afirmó el consejero delegado del clúster de Asturias de ArcelorMittal, Oswaldo Suárez, quien no se anduvo con rodeos y advirtió de que se ha activado «el modo supervivencia» en las plantas de Avilés y Gijón, afectadas ya por un recorte de 700.000 toneladas -anunciado en mayo- y otro adicional de 100.000 toneladas por cada mes que se prolongue la parada del horno alto 'B', prevista para el próximo mes.

Las paradas de todas las instalaciones de la región se irán sucediendo a lo largo de los próximos meses, según señaló Suárez, sin embargo su concreción está siendo, a ojos de algunos representantes sindicales, «caótica». Así lo afirmó José Manuel Castro, secretario general de CC OO en ArcelorMittal España, quien señaló, no obstante, que «entran dentro de lo esperado» debido a los recortes de producción y a los anuncios vertidos por el consejero delegado del clúster asturiano la pasada semana. Además, ayer se llevó a cabo la última extracción de cok en las baterías de Avilés lo que sumado a que las de Gijón aún están construyéndose acabará teniendo también un impacto negativo aguas abajo. «La acería y el TBC iban a un ritmo normal de trabajo y ahora se verán afectadas», aseguró.

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«Sensación de hartazgo»

En lo que a la negociación del convenio regional se refiere, continúan sin darse grandes avances. Sí ha habido acercamientos en algunos puntos, como el acuerdo para fijar una prima variable del 1%, consolidable a tablas y vinculada a objetivos, para 2021. Pero el principal escollo continúa siendo el mismo que en la fase anterior de la negociación, que duró unos ocho meses: la subida salarial. La empresa insiste en la congelación salarial para este año y el próximo y en una subida en base al IPC real para 2021, mientras que los sindicatos piden el IPC y subidas del 1% -hasta ahora pedían el 1,5%-, 2% y 2,5%, respectivamente. «Hay una sensación de hartazgo. De manera casi inminente, habrá que tomar acciones, medidas de presión o movilizaciones», advierte Castro.

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