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Miles de personas acompañaron a los trabajadores de Alcoa en su manifestación contra el cierre de las plantas de La Coruña y Avilés.

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Miles de personas acompañaron a los trabajadores de Alcoa en su manifestación contra el cierre de las plantas de La Coruña y Avilés. EFE

Grito unánime: «Alcoa no se cierra»

Unas 6.000 personas se manifestaron ayer en La Coruña para pedir la retirada del ERE | Más de cien trabajadores de la planta de Avilés se desplazaron a la ciudad gallega para defender sus puestos de trabajo y mostrar su apoyo a los compañeros de Galicia

EVA FANJUL

LA CORUÑA.

Domingo, 21 de octubre 2018, 07:46

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Los trabajadores de Alcoa se mostraron ayer muy satisfechos y alentados ante la expresión de apoyo recibida en La Coruña. Unas 6.000 personas, según fuentes de la Policía Local, participaron en la manifestación convocada por los trabajadores de la factoría del municipio gallego para exigir la retirada del ERE de extinción que amenaza con cerrar dos de las tres plantas de la multinacional estadounidense y eliminar con ello cerca de 700 puestos de trabajo directos.

Una multitudinaria respuesta de apoyo en la que también estuvieron presentes trabajadores de las plantas que la multinacional tiene en San Ciprián, en Lugo, la única que no pretende cerrar, y Avilés. Cientos de ellos se desplazaron a la ciudad para apoyar la movilización convocada por sus compañeros coruñeses.

A los empleados de la aluminera se sumaron, además, representantes de todos los grupos políticos del Ayuntamiento de La Coruña y de la Xunta de Galicia, que acudieron a mostrar su solidaridad con la plantilla de Alcoa y su rechazo al despido colectivo previsto por la empresa. Entre ellos estaban la eurodiputada y secretaria general de Podemos Avilés, Tania González; la diputada autonómica y coportavoz de Podemos en la Junta, Lorena Gil, y la coportavoz de la Secretaría General de la formación morada y concejala de Xixón sí Puede, Nuria Rodríguez.

La manifestación arrancó en la plaza de A Palloza, pasadas las 11 de la mañana. Al ritmo de las gaitas y con el estruendo de los petardos, la marcha discurrió sin incidentes por la avenida Linares Rivas hasta la sede de la Delegación de Gobierno, en la plaza de Orense. Las bengalas humeantes rojas y amarillas, acompañaron el trayecto en el que se gritaron consignas como 'Solución, energía', 'Alcoa no se cierra. Esto es la guerra' o 'Alcoa es gallega, Alcoa es asturiana'.

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El cuerpo de la manifestación se distribuyó en tres grupos, encabezados por grandes pancartas que reivindicaban el futuro de la industria y la estabilidad energética. El lema de la cabecera de la manifestación rezaba 'Estabilidad energética, futuro para la industria ya'. Tras él avanzaban los miembros del comité de empresa de Alcoa, seguidos de los representantes políticos.

Los trabajadores asturianos y sus familias engrosaron el tercer cuerpo de la marcha. Un grupo de más de cien personas muy visible por las camisetas amarillas reivindicativas, con el lema 'Alcoa no se cierra', y el azul de las banderas de Asturias.

La manifestación concluyó ante la sede de la Delegación de Gobierno con la lectura de un manifiesto por parte del presidente del comité de empresa de la planta de Alcoa en La Coruña, Juan Carlos López Corbacho. «Estamos ante la principal estafa del siglo y hay que salir a la calle. No queremos ayudas, no podemos vivir de ellas. Lo que necesitamos es un precio de la electricidad real y una política de industria», aseguró.

Para ello, López Corbacho insistió en la necesidad de que «las instituciones se impliquen» y exijan a Alcoa «como primera premisa la retirada del expediente de extinción, así como el mantenimiento de las factorías y la creación urgente de una mesa de diálogo».

El presidente del comité de Alcoa en La Coruña hizo una dura crítica en su discurso a la situación de España como «país preparado para que vengan especuladores a llevarse nuestra riqueza. Alcoa empezó con once centros de trabajo y ahora quedan solo cuatro, dos de ellos con un ERE de extinción», aseguró, en referencia a las plantas de Avilés y Coruña y las dos que se salvan y que consituyen la instalación de San Ciprián.

López Corbacho también manifestó que al contrario de lo que asegura la empresa «Avilés y Coruña son factorías rentables», lo que ocurre es que «Alcoa quiere inundar el mercado español con metal fabricado en Arabia Saudí, Noruega e Islandia». Según el representante de los operarios de la planta coruñesa, les «consta» que esa rentabilidad puede atraer a posibles compradores.

Ante esta posibilidad, los trabajadores avilesinos se muestran cautos. El presidente del comité de empresa de la factoría asturiana, Sergio Sobrido afirmó que «queremos dejar bien claro que nosotros no estamos en esa tesitura y no queremos que ninguna administración se distraiga del objetivo principal que es que Alcoa siga operando en las plantas».

De Avilés a Coruña

Para el centenar de trabajadores y familiares de la fábrica avilesina que acudieron a La Coruña el día fue muy largo. A las siete de la mañana salieron rumbo a la localidad gallega. La mayoría, más de setenta, lo hicieron en dos autocares que les esperaban en el aparcamiento del centro comercial Parqueastur, en Trasona.

Vestidos con las camisetas amarillas con el lema 'Alcoa no se cierra' y pertrechados con pancartas y banderas de Asturias, los manifestantes tomaron asiento con rapidez. Por delante, cerca de tres horas de viaje en las que, a pesar del sueño, no se paró de hablar.

La incertidumbre laboral que afrontan todos dominó las conversaciones y aunque «la procesión va por dentro», también hubo momentos en el que el humor logró arrancar algunas risas.

En general, durante el trayecto intentaron mantener el ánimo alto pero resultaba evidente la tensión y preocupación que comparten ante esta grave situación. «Esto no es como hace cuatro años, no pinta bien», comentaban una y otra vez.

Entre grupo destacaban dos niños, los únicos del viaje. Se llaman Adrián y Daniela Jurado y son dos hermanos de Avilés, de 11 y 7 años de edad, respectivamente. A pesar de su edad quisieron acompañar a sus padres a la manifestación y defender los puestos de trabajo. Al llegar, el niño salió orgulloso del autocar portando una enorme bandera de Asturias, mientras que ella sujetaba una pancarta que había dibujado con esmero y que recogía el sentir de los miles de manifestantes. Entre corazones y un dibujo de su familia escribió «Alcoa no se cierra, por favor».

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