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Asturias avanza hacia un nuevo modelo productivo dentro de la transformación digital y ecológica, pero el trabajador medio aún corresponde al perfil con el que se vincula tradicionalmente a la región. Esto es, el de un hombre de entre 45 y 54 años que cotiza en el Régimen General de la Seguridad Social y que trabaja predominantemente en la industria manufacturera. Así se deriva del estudio específico sobre el mercado de trabajo asturiano que elabora todos los años el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe).
En el referente al 2022, se pone de manifiesto que, pese a haber ya una proporción equilibrada entre ambos géneros en el número total de afiliados, sigue habiendo más hombres que cotizan (187.560, un 50,68% del global) frente a mujeres (183.203, el 49,41%). De ellos, el 76% lo hace en el Régimen General, el mayoritario, siendo el grupo de edad con más afiliados el de aquellos con entre 45 y 54 años (el 32,8%, más de 52.000).
Más en detalle, en el desglose por actividades económicas, donde más afiliados masculinos hay es en la industria manufacturera, que agrupa a 34.230. A más distancia se encuentra el comercio, con 28.979 cotizantes; la construcción, con 23.342; la hostelería, con 13.248, o las tareas administrativas, con 11.608. Este perfil mayoritario se corresponde también con los porcentajes de asalariados de la Encuesta de Población Activa (EPA) del ejercicio 2022.
El colectivo masculino copa, asimismo, el 53,35% de los contratos indefinidos (lo tienen 112.158), un porcentaje 6,5 puntos superior al de las mujeres. Y dentro de esta tipología de acuerdo laboral tiene jornada completa el 60,86%, un dato que amplía aún más la brecha con respecto al grupo femenino. En concreto, la distancia es de 21,72 puntos.
Por contra, las mujeres (que cotizan también de forma mayoritaria en el Régimen General) aglutinan los contratos indefinidos a tiempo parcial (el 74,09%) y los temporales también parciales (56,32%), lo que demuestra, recalcan los sindicatos, que sus condiciones laborales están «más precarizadas, con salarios inferiores». En las actividades sanitarias y de servicios sociales son mayoría: trabajan en ellas 33.664 mujeres, cifra casi similar a las que lo hacen en el comercio (33.195).
En la radiografía que hace el Servicio Público de Empleo sigue habiendo ocupaciones con una marcada diferencia entre sexos, algo que se constata también si se echa un vistazo a aquellas con más contratos en 2022. La representación femenina en el ámbito de los empleados domésticos es del 94,39%, del 93,44% en el de los trabajadores de cuidados personales a domicilio, del 90,94% del personal de guarderías, del 87,71% de las auxiliares de enfermería hospitalaria... Y en el caso de los hombres, suponen el 94,06% en los trabajos de oficiales y operarios; el 87,97% en los de peones de transporte de mercancías y cargadores, y el 81,33% en peones de industria manufacturera.
Esas diferencias también se revelan al analizar la formación requerida en los contratos. Aun siendo mayoritarios para ambos sexos los trabajos que precisan de la Educación Secundaria Obligatoria (fueron 86.657), la distancia entre ambos géneros se agranda especialmente en aquellos que piden la titulación universitaria (35.461). Más de 30 puntos los separan. En este caso, en favor de las mujeres, que suscribieron el 65,09% de estos contratos frente a un 34,91% de hombres.
En vísperas del Primero de Mayo, en el que las principales reivindicaciones de los sindicatos mayoritarios son «bajar precios, subir salarios y repartir beneficios» para tener «una vida digna» en una época de alta inflación, existen otras como reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres (entre 6.640 y 7.183 euros más al año ganan los hombres frente a las mujeres, según UGT y CC OO) y la apuesta por la industria, especialmente la energética de renovables, en línea con la estrategia europea y porque Asturias, por su tradición, «tiene potencial».
No obstante, aun siendo mayoritario ese perfil de hombre de mediana edad trabajador de la industria manufacturera (predominante también por la estructura poblacional de Asturias, cada vez más envejecida), el sector con más peso en general, entre hombres y mujeres, es el de servicios: aglutina al 76,79% de los afiliados y ocho de cada diez contratos el año pasado correspondieron a esta rama económica. La industria concentra el 12,82%; la construcción, el 6,98%, y la agricultura, el 2,9%.
Aun con todo, sí se constatan avances en Asturias hacia un nuevo modelo productivo basado especialmente en la transformación digital. Así, en 2022, la actividad económica que más afiliados ganó el año pasado fue la de información y comunicaciones, con un 10,85% más (1.103 cotizantes), seguida de las actividades científicas y técnicas, con un aumento del 6,98% (1.380 en términos absolutos) y las artísticas, recreativas y de entretenimiento, con un alza del 5,44 % (387).
Eso sí, son pasos, pero no suficientes para retener y atraer población activa. El saldo entre contratos entrantes y los que salen es negativo. «Un año más», sostiene el informe. Llegaron 20.329 personas, pero salieron de Asturias con un contrato en otra comunidad autónoma 32.466. Es decir, hay un saldo negativo de 12.137. Por cada contrato de entrada se registran 1,6 de salida: 1,75 en el caso de los hombres y 1,39 en el de las mujeres. Entran, especialmente, de Madrid. En concreto, 3.568, pero salen hacia esa comunidad autónoma 9.022.
Siendo el grupo de edad entre 25 y 44 años el más contratado, tanto en hombres como en mujeres, la ocupación en la que más acuerdos laborales se suscribieron el pasado año fue la de camarero.
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