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El independentismo catalán vuelve a ganar y se lleva la mitad de los escaños en Cataluña

El independentismo sigue avanzando pero no obtiene la mitad de los escaños en Cataluña

Esquerra Republicana aguanta el empuje de la CUP y vuelve a ganar al PSC las elecciones generales en la comunidad

cristian reino

Barcelona

Domingo, 10 de noviembre 2019, 21:44

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El secesionismo había planteado las elecciones como un plebiscito contra la sentencia del Tribunal Supremo al 'procés' y las fuerzas independentistas reforzaron ayer su posición en el Congreso. Si en la cita electoral de abril, ERC y JxCat obtuvieron 22 escaños, estas dos formaciones y la CUP, que ayer se estrenaba en unas generales, avanzaron hasta los 23 diputados, lo que supone el mejor resultado del independentismo en unas elecciones generales. Cataluña ponía en juego 48 parlamentarios en la Cámara baja y el resultado es un fiel reflejo de cómo está la sociedad catalana: dividida en casi dos mitades, entre los que son partidarios de la ruptura y los que no son favorables a la separación. Poco a poco, la Cataluña dual entre elecciones generales y catalanas se va reduciendo. El independentismo aspiraba a alcanzar la mayoría absoluta en Cataluña pero se quedó a las puertas.

El otro partido que estaba en juego en las generales era ver quién era la fuerza ganadora de la noche. En abril, Esquerra ganó 15 a doce a los socialistas. La pugna entre los republicanos y el PSC estuvo ayer aún más reñida. ERC volvió a ser la fuerza ganadora de las generales, por segunda vez consecutiva, obteniendo trece asientos en el Parlamento español, lo que supone un pequeño frenazo respecto a las elecciones de abril. Los socialistas, mientras, mantuvieron los doce escaños logrados hace seis meses. La fuerza del PSC en el área metropolitana de Barcelona sigue siendo un baluarte para los socialistas. JxCat experimentó una ligera mejoría al pasar de siete a ocho, mientras que los comunes firmaron tablas, quedándose en siete. La CUP irrumpió con fuerza con dos escaños, igual que Vox, PP y Ciudadanos. Vox y el PP sumaron uno respecto al mes de abril, mientras que la formación naranja se hundió en Cataluña en línea con el resultado del partido a nivel nacional. Solo hace dos años, Ciudadanos ganó las elecciones catalanas, pero no ha sabido ni capitalizar aquel resultado ni consolidarlo. La formación naranja quedó ayer por detrás de PP y Vox en número de votos.

El independentismo obtuvo en las pasadas elecciones del mes de abril 22 escaños. Fue el mejor resultado del secesionismo desde los primeros comicios al Congreso celebrados en 1977. Las fuerzas partidarias de la independencia se hicieron con el 39% votos. Ayer, el porcentaje superó el 42%. Esquerra se llevó la palma hace seis meses con más de un millón de votos y quince escaños. Los republicanos buscaban el doblete en esta cita electoral: ganar en número de diputados en Cataluña y vencer a Ciudadanos en el cómputo de escaños en toda España. Cumplió los dos objetivos. Los republicanos celebraron además la victoria general del independentismo. Pero su frenazo heló algo la alegría de los republicanos. La cita electoral ponía a prueba la apuesta de Esquerra por un independentismo más moderado y un secesionismo a largo plazo, que trata de aparcar el 'procés' (no abandonar) y poner en barbecho la vía unilateral.

Con el resultado de ayer, las espadas siguen en todo lo alto en Cataluña. Pero ni ERC pudo dar la estocada a JxCat, como esperaba, ni mucho menos, porque quienes avanzaron fueron los posconvergentes y quienes retrocedieron fueron los republicanos, que perdieron casi 150.000 votos respecto al mes de abril. Esquerra quería dar el golpe de gracia a sus socios para forzar elecciones en Cataluña.

Sin embargo, esta posibilidad deberá esperar, al menos hasta después del juicio de Quim Torra. Fuentes republicanas dan por hecho que la convocatoria podría llegar antes de primavera, antes de que se conozca la sentencia por desobediencia contra el presidente de la Generalitat. Apuntaron, incluso, que hasta Carles Puigdemont se inclina ya por elecciones, a diferencia del jefe del Ejecutivo catalán.

Vía unilateral

Quim Torra y Carles Puigdemont ganaron un diputado y, con la irrupción de los anticapitalistas, la opción que ayer ganó posiciones fue la unilateralista. Como esperaban fuentes soberanistas, las escenas de violencia en Cataluña han disparado las formaciones más extremas: Vox a nivel nacional y JxCat y la CUP en la parte catalana.

En ERC se consolaron con la victoria sobre Ciudadanos. «Hemos vuelto a ganar», afirmó el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès. «Habéis ganado a Ciudadanos, disfrutadlo», instó a los suyos Gabriel Rufián. Ningún dirigente de ERC se dirigió a Pedro Sánchez. «Cataluña ha sentenciado como nunca y de manera inapelable», remató. Los republicanos obviaron al presidente del Gobierno porque dan por sentado que no buscará un pacto de izquierdas y sus trece escaños no serán influyentes, como esperaban.

 La situación política española que se abre, apuntaron fuentes independentistas, es de bloqueo y la búsqueda de una solución a la cuestión catalana deberá esperar, señalaron. En JxCat sí miraron hacia el presidente del Gobierno en funciones. «Sánchez, mire el resultado y haga política», señaló la candidata Laura Borràs.

La CUP irrumpe con dos escaños en el Congreso

. La CUP era la principal novedad de las elecciones generales en Cataluña y los anticapitalistas fueron una de las sorpresas de la noche. En su primera presencia en unos comicios para el Congreso, los anticapitalistas irrumpen con fuerza en el panorama político español con dos escaños y 243.000 votos, aunque por un momento durante la noche llegaron a soñar con alcanzar los cuatro.

La izquierda nacionalista acude al Congreso con un discurso radical de defensa de la autodeterminación y la amnistía de los presos y con el objetivo de hacer «ingobernable» la política española. Según fuentes republicanas, se han beneficiado de las imágenes de violencia en las calle de Barcelona.

La CUP, que es una coalición que agrupa a pequeñas fuerzas secesionistas, nació como un proyecto municipalista en 1986, pero hasta 2012 no se presentó a las elecciones autonómicas. En aquella cita, obtuvo tres diputados. En las de 2015 elevó su presencia en la Cámara catalana y se convirtió en un actor decisivo para la gobernabilidad de Cataluña. Con sus diez escaños, vetaron la investidura de Artur Mas.

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