Sánchez: «Volveré como presidente para hacer cosas buenas por esta tierra»

El debate entre los cinco principales candidatos a la Presidencia del Gobierno dejó poso en el discurso de Pedro Sánchez. El presidente en funciones y cabeza de lista del PSOE para las elecciones del domingo hizo un encendido llamamiento a la movilización para «frenar a la ultraderecha y a los dos partidos que ha colonizado», señaló ayer en un mitin en el Recinto Ferial Luis Adaro, en Gijón. Porque, según Sánchez, esa fue una de las principales conclusiones que se pueden extraer de las más de tres horas de debate que se pudo ver el lunes en las principales cadenas del país, que Vox ha conseguido hacerse con un espacio en la derecha marcando la pauta de las otras dos formaciones que se disputan ese espectro del voto. «Lo peor de todo fue el silencio de la derecha acobardada», afirmó en referencia a la actitud de PP y Ciudadanos.

Silencio ante un discurso duro de su líder, Santiago Abascal, que «dijo que quiere ilegalizar el aborto, cargarse el título 8 de la Constitución, el que se refiere a las comunidades autónomas... Miraba y me costaba verlo en color».

El mensaje de Pedro Sánchez entronca con la estrategia que ya siguió su partido en la campaña de las pasadas elecciones, las del mes de abril. Entonces, con Vox aún fuera de las instituciones, pero con enormes expectativas en las encuestas, el PSOE lanzó un discurso en el que advertía de la llegada de «la ultraderecha» y que le sirvió para movilizar aún más a sus bases. Ahora, los argumentos de los socialistas pasan de advertir una amenaza a constatar una realidad. Vox cuenta con 24 escaños en el Congreso de los Diputados y ha sido clave para la formación de gobiernos de derechas en territorios como Madrid y Murcia, donde el PP y Ciudadanos van de la mano. La presencia de Vox disputando el voto de la derecha a estas dos formaciones también es un acicate a los resultados del PSOE, que se beneficia del fraccionamiento del voto que, tradicionalmente, solo había afectada a los partidos de izquierdas en España.

El mitin protagonizado por Pedro Sánchez en la tarde de ayer se hizo de rogar. El presidente en funciones tuvo a primera hora de la tarde otro acto en Badajoz, después de haber liderado un tercero durante la mañana en Valladolid. La apretada agenda de Sánchez provocó un retraso de 50 minutos sobre el horario previsto que las cerca de 3.000 personas, según la FSA, que acudieron al Recinto Ferial Luis Adaro aguantaron estoicamente. Cuando la lluvia repicaba con fuerza sobre el techo del pabellón central del Recinto Ferial Luis Adaro llegó Sánchez, provocando el ondear de los cientos de banderas que hasta entonces reposaban en las sillas. Sus primeras palabras fueron para Asturias. «Que la próxima vez que venga sea como presidente con todas las funciones para poder echar una mano a esta región», afirmó.

Son muchos los asuntos que afectan a Asturias y que dependen de la formación de un Gobierno. Pedro Sánchez se refirió a tres: la situación de la industria, la aprobación del estatuto de las electrointensivas y una «transición ecológica justa». Defendió para sacar adelante estos asuntos la necesidad de contar con un ejecutivo «progresista, estable y coherente», aunque para lograrlo será necesario superar la situación de bloqueo que se ha vivido desde que se cerraron las urnas el pasado 28 de abril. «Todos van contra el PSOE, pero el PSOE va contra el bloqueo de todos», afirmó.

Habrá que esperar al recuento del domingo para saber el margen de maniobra que el nuevo tablero político le ofrece al PSOE, al que todas las encuestas dan como claro ganador. El propio Sánchez ya reclamó en el debate del pasado lunes que el resto de partidos, si no cuentan con una alternativa a los socialistas, les dejen gobernar para echar a andar la legislatura. Ayer, en Gijón, defendió que el suyo es el partido más capacitado para hacerlo. «Somos los que tenemos el proyecto político. El único proyecto del resto es frenar al PSOE, que salga de las elecciones lo más debilitado posible».

Pedro Sánchez defendió la gestión llevada a cabo en los últimos quince meses. El presidente en funciones recordó la subida de las pensiones, del Salario Mínimo Interprofesional y la lucha contra la explotación laboral, logros que se arrogó y que fueron posibles a pesar de «contar con presupuestos prorrogados. No pudimos aprobar las cuentas que necesitaba Asturias».

La situación de Cataluña también tuvo su hueco en el mitin de los socialistas. Tras la sentencia del 'procés' la situación en las calles de ciudades como Barcelona se ha caldeado añadiendo más tensión a un problema que acapara el debate público y que cada vez está más polarizado. Ante las peticiones de la derecha de mayor contundencia, el Gobierno ha defendido el principio de proporcionalidad y también el de firmeza. Pedro Sánchez reivindicó ayer la capacidad de su partido para encontrar una solución al conflicto independentista gracias a la «implantación territorial» de la que goza. Las reflexiones del presidente en funciones sirvieron también para atizar al PP. «En Cataluña se juegan 48 escaños en cada elección. El PP tiene uno. Quieren salvar a los catalanes, pero los catalanes no quieren ser salvados por el PP».

Pedro Sánchez contó con el calor de muchos militantes, peor también de los cuadros del partido en Asturias. Además del presidente del Principado y secretario general de la FSA, Adrián Barbón, de la vicesecretaria general del PSOE y candidata por Asturias, Adriana Lastra, y la alcaldesa de Gijón, Ana González, se pudo ver entre otros muchos al presidente de la Junta, Marcelino Marcos Líndez, la portavoz en el parlamento regional, Dolores Carcedo y la secretaria de organización de la FSA y diputada, Gimena Llamedo, así como numerosos alcaldes socialistas.