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Peyrou hace lo que él llama «una pose a lo Jovellanos». C. SANTOS
Festival de Cine de Gijón: Óscar Peyrou, el crítico de cine que no ve las películas

El crítico de cine que no ve las películas

El argentino Óscar Peyrou se basa en los carteles de los filmes para opinar sobre ellos | El FICX proyecta hoy un documental sobre este peculiar personaje que llegará a las salas comerciales en 2019

AZAHARA VILLACORTA

GIJÓN.

Lunes, 19 de noviembre 2018, 16:40

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¿Se imaginan a un crítico cinematográfico que no viese las películas y que ofreciese a los lectores una opinión sobre ellas basándose únicamente en sus carteles? Pues dejen de hacerlo, porque ese hombre existe, se llama Óscar Peyrou, nació en Buenos Aires hace 74 años, se exilió en España -donde incluso llegó a presidir la Asociación Española de Prensa Cinematográfica y a ser jefe de la sección de Cultura Internacional en la Agencia Efe- y lleva escribiendo críticas cuatro décadas.

Así que, cuando el cineasta canario afincado en Valencia Octavio Guerra conoció a semejante kamikaze, se quedó fascinado y decidió convertir su historia en un documental que -haciendo un malabar con el nombre del crítico y el premio hollywodiense- tituló 'En busca del Óscar' y que esta tarde se proyecta en el FICX (Yelmo, 17 horas) con la presencia del realizador y de su personaje.

«Todo empezó porque yo era amigo de Ripstein, el director mexicano. Estábamos en Cannes y él, que presentaba una película, me preguntó si iría a verla. Le respondí que no, porque era su amigo y eso me iba a influenciar. Así que escribí una crítica sin verla y, cuando se la mandé, me dijo que era la mejor que le habían hecho en toda su vida». Así lo cuenta, al menos, Peyrou, que se quita importancia: «En Estados Unidos y Francia hay dos críticos ciegos, lo que demuestra que no es necesario ver». Utiliza un símil: «Cuando analizas a una persona, puedes estudiar su personalidad, pero también puedes saber mucho de ella conociendo sus gustos o a sus amigos, lo que hay alrededor». Y, en su caso, extrae la información que necesita de elementos como la sonoridad del título, las imágenes, los colores o la tipografía del póster.

En esa defensa de su controvertido 'modus operandi' radica también la capa reivindicativa de esta película, que es «muy anti-sistema, pero a la vez muy honesta, porque la revista para la que Óscar trabaja le permite hacerlo», explica Octavio Guerra.

Un ataque a la línea de flotación del capitalismo. «Al final, el hecho de no ver las películas y decirlo es muy coherente», añade Guerra. Y se explica: «Tenemos políticos que nos mienten todo el rato y se quedan dormidos mientras legislan. Tenemos médicos que ni te tocan cuando vas a la consulta y se limitan a darte medicación. Tenemos una sociedad totalmente desinformada, que no lee, que comparte las noticias sin leerlas. Y tenemos un auge de los fascismos increíble en todo el mundo aprovechando toda esta dejadez social que consiste en no ver, en criticar sin saber».

Óscar Peyrou heredó ese carácter contestatario de la familia de intelectuales en la que se crió en Argentina -su tío era el escritor Manuel Peyrou, íntimo de Borges y Bioy, asiduos en su casa-, de donde tuvo que huir como tantos montoneros perseguidos por el horror de la dictadura de Videla.

Eso sí: distingue entre «los estudiosos del cine o quienes te ayudan a entender una película y aquellos que se limitan a escribir reseñas con cinco estrellitas en los medios» y a acudir a los festivales a comer, beber, socializar. Porque, al fin y al cabo, «¿quién es capaz de decidir si un filme es bueno o no?, ¿cómo ser riguroso si coincide que ese día te encuentras mal o estás deprimido?».

Pero es que, además de no ocultarse y defender que sus críticas son más acertadas que las que podremos leer cualquier viernes de estos, carga contra una profesión rendida al marketing y las grandes distribuidoras: «Te puedo asegurar que el 80% de los críticos no ven las películas. Se duermen, salen a fumar o ven cinco minutos y se van. Y luego están los críticos-estrella, que son burócratas que están ahí porque les pagan y que no existirían sin su periódico».

Pero esa es solo una de las caras de esta cinta, que, a modo de historia borgiana y sin querer revelar «cuánto hay de ficción y cuánto de realidad», dibuja también a un ser humano cercado por la soledad y el tiempo, porque lo que Guerra descubrió al bucear en la vida de Peyrou fue a un hombre bajo el peso de la culpa después de abandonar por otra a la mujer de su vida y que esta muriese poco más tarde. A un crítico que se estaba quedando ciego y al que solo viajar a los festivales como tantas veces hizo, como un ritual ajeno al interés por el cine, le hacía seguir adelante. En 2019, 'En busca del Óscar' llegará a los cines y, paradójicamente (o no), lo hará con el beneplácito de la crítica, que la ha calificado como «una de las mejores nueve películas que este año han pasado por la Berlinale».

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