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Fon Cortizo vivió ayer el estreno mundial de su película en la edicón 'online' del FICX. E. C.

«Silenciar la memoria evita el dolor, pero al final hay que enfrentarse a ella»

Fon Cortizo | Director de cine ·

El gallego presenta en Retueyos '9 fugas', una cinta contra el olvido en la que primero fue la banda sonora y luego llegó el guion

m. f. antuña

Martes, 24 de noviembre 2020, 04:02

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Forma parte de esa generación de directores gallegos que no paran de darle alegrías a la cinematografía española. Fon Cortizo (Vigo, 1978) recurre a la música, a Vigo, al olvido y las huidas para trazar '9 fugas', una película singular que tiene algo de thriller distópico.

–¿Cómo lleva el 'festivaleo' en la distancia?

–Hay un poco de tristeza. Llevaba meses soñando con estar en Gijon, así que es un poco chasco, pero después hay partes positivas, que va a llegar a gente que igual no podría asistir físicamente.

–La suya es una peli muy para pantalla grande.

–Sí, la imagen es muy importante, el sonido es fundamental, necesita que el espectador se meta dentro y se deje llevar por esa atmósfera. Y luego está el ver cómo reacciona el público, recibir el 'feed back', que te comenta, que ve cosas que no esperabas que viera. Pero tampoco estoy muy seguro de cómo va a ser esto, a lo mejor después de estrenar 'online', empiezo a recibir mensajes o llamadas.

–En esta peli hizo la casa por el tejado. Primero banda sonora y luego lo demás.

–El punto de partida era ese:juntar a un grupo de músicos improvisadores, muchos de la zona Vigo, Santiago, gallegos todos, y crear una orquesta de improvisación libre, que se basa en nada, en sensaciones. Les di pocas pistas, les escribí tres líneas, un haiku, un poema japonés como referencia, y crearon la banda sonora de una película que no existía. Cada una de las nueve piezas fueron grabadas en una toma, de la que salió su especial sensibilidad e intuición, después nosotros trabajamos un guion muy abierto, absolutamente abierto en muchos aspectos.

–¿Pero había un principio y un final?

–Realmente sí sabía por dónde empezar y por dónde acabar, pero no había un final claro, de hecho salió en el montaje. Quería que la película estuviera viva y abierta durante todo el proceso.

–¿Cómo fue la experiencia con los actores?

–Chulísima, y para los actores, también. Trabajé sobre todo con actrices muy cercanas, que ya conocía y sabía cómo funcionan, y hubo secuencias que escribí sabiendo quién las iba a interpretar. Les di un borrador y abrí la puerta para que improvisaran, para que lo naturalizaran al máximo. Una de ellas tiene un papel muy físico, cercano a la danza contemporánea, y la metimos en una marisma llena de lodo, en una batea de mejillones en la ría. La puse bastante al límite, pero creo que transmite esa dureza, es el papel de la fugitiva más clásica.

–Se ha tildado de thriller distópico. Usted cómo la define.

– No sabría definirla con una sola palabra. Es una peli que combina intriga y misterio, con una parte claramente musical. A pesar de que en la cabeza tengamos el musical como una película más luminosa, aquí la musica es la impulsora de las historias. Es un musical muy oscuro y con el misterio y la intriga como hilo. Y también es un drama.

–¿También es una peli muy gallega?

–Todo lo que hago es muy gallego, porque al final la cultura la llevas en la médula, la duda que tengo es si para fuera se entiende bien, aunque en realidad en muchos aspectos es una historia universal, habla de las huidas a nivel personal, de escapar de nosotros mismos.

–Pero el paisaje y la atmósfera de Galicia están muy presentes.

–Está todo grabado en el entorno de la ría de Vigo, que es muy protagonista. Soy un enamorado de ese mar tranquilo que también tiene mucha potencia, mucha fuerza, que oculta muchas cosas. El mar en la película es como una barrera, pero también es lo que esconde gran parte de la historia, es magnético, te atrae y a la vez oculta grandes misterios.

–¿Fue complicado el rodaje?

–Tuvo partes complicadas. El equipo de rodaje era bastante pequeño y muy comprometido y eso te da mucha flexibilidad. Rodamos de forma cronológica y hubo días de sol a sol.

–¿Se encontró muchas sorpresas agradables en la sala edición fruto de la improvisación?

–Sí, hay revelaciones, pero también hay veces que no funciona, y hay que asumirlo. Pero el trabajo sin partitura te da de repente la satisfacción de haber encontrado un golpe de realidad.

–La película reivindica la memoria. ¿Tan mala la tenemos?

–En general, sí. Y yo en concreto, malísima. Para mí el tema de la memoria estaba muy condicionado, cuando empecé diagnosticaron a mi padre de alzhéimer. En un momento dado, con otras de estas preocupaciones que siempre tienes de la memoria histórica en este país y cómo fue mutilada, se me ocurrió ponerlas en paralelo, plantear si la memoria histórica no está afectada por una enfermedad parecida al alzhéimer y al tiempo hablar de esos recuerdos que queremos olvidar, de ese proceso de silenciar la memoria personal que es parecido a cómo se silenció la memoria histórica. Y con esos ingredientes intenté jugar y ponerlos en el mismo campo. Me apetecía hacer esa reflexión, sobre cómo el silencio a veces te evita dolor, pero al final vas a tener que enfrentarte a él.Ese paso está por dar en nuestro país con la memoria histórica de la guerra y la postguerra. El silencio pudo ser útil, pero ya no lo es.

–Pero se están dando pasos al frente desde el arte.

–Sí. Al final el arte es una herramienta que ayuda a desbloquear este tipo de cosas. Para mí personalmente la película ha sido un ejercicio catártico, de sanación.

–¿Qué pasa con el cine gallego que no para de dar alegrías?

–El cine gallego está a tope. Espero que no sea una moda, porque ya son muchos años con cineastas consolidados haciendo cine de todo tipo. Parece imparable y creo que lo es porque es una generación muy joven y cada vez hay más cineastas nuevos.

–¿Qué hay detrás el éxito?

–Las ayudas al talento de la Xunta. Eso fue el detonante.

–¿Fue fértil el confinamiento? ¿Ha salido algún proyecto de él?

–Me valió para acabar esta película y algún proyecto que estábamos ahí iniciando también, como un documental sobre el cantautor texano Micah P. Hinson.

–¿Teme que tanto tiempo en casa, y acostumbrándonos a verlo todo el pantalla chica, sea la puntilla para el cine?

–El concepto de cine se fue transformando a lo largo de los últimos años y a lo largo de su historia, y esto va afectar y dejar una marca. Ahora bien, el cine lo llevan matando muchos años y ahí sigue. No va a morir.

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